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Fecha de lanzamiento:
PS3, X360, PC, WiiU:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Ubisoft Toronto
Producción: Ubisoft
Distribución: Ubisoft
Precio: 69,95 €
Jugadores: 1-2
Formato: Blu-ray
Textos: Español
Voces: Español
Online: hasta 8 jugadores
ANÁLISIS

Primeras horas Splinter Cell: Blacklist

Sam Fisher vuelve en plena forma con su aventura más completa y ambiciosa, repleta de contenidos para uno o varios jugadores, que volverá a enamorar a los fans de la serie.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versiones PS3, Xbox 360, PC, Wii U. También disponible en Xbox 360, Ordenador y Wii U.

Los juegos de acción e infiltración se pueden considerar un género en sí mismo, aunque lo que más vende últimamente es dejar a los jugadores afrontar las situaciones de la manera que quieran, mediante la confrontación directa o el sigilo. Un buen ejemplo de esto es el éxito de Far Cry 3, tan disfrutable si lo jugábamos como un shooter tradicional como si intentábamos pasar desapercibidos, algo a lo que se están apuntando muchos títulos de acción en primera persona. El también exitoso Dishonored demostró que todavía hay hueco para las aventuras que basan su desarrollo casi exclusivamente en el sigilo, y ahora en el mejor momento posible, en plena moda de este tipo de juegos, vuelve todo un clásico del género, Splinter Cell.

El agente Sam Fisher regresa 11 años después de su primera aventura, en una serie que pese a algunos altibajos, siempre ha tenido una calidad entre notable y sobresaliente. Por ello no ha tenido que ser tarea fácil para Ubisoft Toronto estrenarse con este primer trabajo, que no solo promete estar a la altura de la saga, sino que además se puede convertir en la mejor entrega.

Y decimos esto tras haber jugado unas cuantas horas a la campaña para un jugador, al modo cooperativo para dos jugadores, y al adictivo modo multijugador competitivo, los tres pilares de un juego que no establece barreras y separaciones entre sus distintos modos, fusionándolos y conectándolos de una manera muy orgánica, en un ejemplo a seguir en el futuro.

En Blacklist tendremos que hacer frente a los Ingenieros, un grupo terrorista que a través de la llamada Lista Negra, una serie de objetivos, ha prometido realizar un atentado cada 7 días hasta que Estados Unidos no retire sus tropas militares en todo el mundo, con presencia en dos tercios de los países. Sam Fisher deja la clandestinidad en esta entrega y se une al Fourth Echelon, una unidad clandestina que solo responde ante el presidente de Estados Unidos, y cuya misión será dar caza a los Ingenieros por todos los medios, y detener la cuenta atrás de la Lista Negra. Un premisa argumental bastante sencilla pero muy interesante, que como ya hemos visto va a dar mucho juego.

La base de operaciones de esta unidad secreta es el Paladín, un sofisticado y enorme avión en el que se encuentran Sam y su equipo, y desde donde parte a las misiones. Esto no es un menú o algo anecdótico, es una detallada localización que podemos explorar con libertad antes de entrar en acción, y donde podemos hablar con la tripulación, adquirir todo tipo de mejoras, y acceder a las misiones, ya sean para un jugador o cooperativas, e incluso entrar al multijugador competitivo. Una manera bastante original y natural de unir los distintos modos de juego, conectados mediante la narrativa y un sistema de puntos compartido.

Tras un breve prólogo que sirve de tutorial, y donde los Ingenieros realizan su primer atentando, pasamos a controlar a Sam dentro del Paladín, que podemos explorar a nuestro antojo. Aquí se encuentra una vieja conocida de la saga, Anna Grimsdottir, directora técnica de operaciones, con quien además de hablar de los distintos aspectos de las misiones, nos da acceso a las mejoras del avión. Mediante puntos, podemos por ejemplo mejorar la cabina, lo que en el primer nivel desbloquea el radar que muestra a los enemigos. En el segundo nivel, que nos pide bastantes más puntos, amplía el rango del radar, que muestra además la dirección en la que miran los enemigos.

Podemos mejorar el taller de Charlie, que desbloquea mejoras para las armas, la enfermería, que aumenta la regeneración de salud, y todo se adquiere mediante puntos que conseguimos ya sea jugando solos, en el cooperativo o en el multijugador. Esta es la conexión de la que hablábamos, cualquier punto conseguido en el juego, vale para desbloquear ventajas en los distintos modos. Por ejemplo los puntos obtenidos en el modo historia, sirven para adquirir mejoras en el multijugador. Esto hace que sea importante la manera en la que vayamos a jugar, ya sea Fantasma, Pantera o Asalto, siempre nos están dando puntos por nuestras acciones, por matar con determinado estilo, por noquear sin ser vistos, por encontrar un secreto, por explorar los escenarios, y un largo etcétera.

También se encuentran en el Paladín para charlar el agente de la CIA Isaac Briggs, nuestro compañero del modo cooperativo, y el hacker Charlie Cole, dos personajes que además cháchara, nos dan acceso a la adquisición de distintas mejoras. En un gran detalle, entre misión y misión, también podemos llamar por teléfono a la hija de Sam Fisher, algo que jugablemente no sirve para nada, pero que sí le da más empaque y emotividad a la historia. Cuando ya estemos listos para la acción, bastará con acceder al IME, Interfaz de Misión Estratégica, un moderno mapamundi donde se encuentran repartidas todas las misiones, de todos los modos de juego.

Nos ha sorprendido la cantidad de misiones secundarias que tenemos disponibles casi desde el principio, al margen de las principales de la historia. Hay varios tipos, las que tenemos que jugar solos, las que tenemos que jugar en cooperativo –ya sea a través de internet o con un modo a pantalla partida desde la misma consola-, o misiones que se pueden jugar tanto solos como acompañados. Estas son muy curiosas, ya que su desarrollo aparentemente no varía, pero encontraremos caminos por los que solo podemos avanzar si lo hacemos junto a un amigo. Por supuesto las misiones estrellas son las principales, las de la historia, pero es impresionante la cantidad de contenidos que alberga este Splinter Cell: Blacklist, tantos que abruman un poco al principio.

Ya no solo es que haya un montón de misiones, sino que además estas tienen retos secundarios, como por ejemplo hackear algún ordenador, capturar a cierto terrorista vivo, buscar un disco de datos, o desafíos jugables, como pasársela sin que te detecten, sin matar a nadie, o en la máxima dificultad posible, objetivos que por supuesto nos regalarán suculentos puntos, con los que podremos desbloquear muchas mejoras. Ya sea en el Paladín como os hemos comentado, o en el equipamiento de Sam Fisher, muy completo y totalmente personalizable: gadgets de todo tipo como diferentes granadas, cámaras espía, un dron volador, dispositivos que causan ruido y atraen la atención de los enemigos, varios tipos de visores, trajes y sus distintas partes como el torso, los guantes, pantalones, botas, y un amplísimo arsenal, que a su vez se puede personalizar. Unas opciones de equipamiento y personalización que con igual de completas en la historia que en el multijugador.

Al iniciar la partida, aunque se puede cambiar tanto antes como durante las misiones, tenemos que elegir uno de los cuatro niveles de dificultad. En Fácil los enemigos te detectan con más lentitud, y causan menos daño. En Normal el sigilo y el combate es de nivel moderado, y las cosas se empiezan a poner interesantes en los dos siguientes modos. En Realista el medidor de ejecución se llena con más dificultad, y el sigilo y el combate son muy exigentes. Y en Perfeccionista, el nivel de dificultad más elevado, no hay ejecuciones, con el visor sónico no podemos ver a los enemigos a través de las paredes, el combate y el sigilo son muy complicados, y no puedes reabastecerte en los escondites de suministros, que encontramos de cuando en cuando en los otros modos. Una dificultad solo apta para los más puristas y los veteranos de la saga, que hará las delicias de los amantes de los grandes retos.

Como ya hemos descubierto por las primeras horas jugadas, Splinter Cell Blacklist no es ni siquiera sencillo en el nivel de dificultad normal, es un juego bastante exigente, como casi siempre lo fue la saga. Es cierto que contamos con ayudas inestimables, como el medidor que nos indica si nos están viendo, el radar que muestra a los enemigos, todo tipo de visores y gadgets, o las ejecuciones automáticas, un medidor que una vez tenemos listo, si marcamos hasta tres enemigos, y estamos a la distancia adecuada, Sam se los ventila automáticamente pulsando un botón, en una escena a cámara lenta muy vistosa. Pero esto no quiere decir que podamos jugar a lo loco ni mucho menos, y como comprobamos en distintas ocasiones, si nos descubren aparecen una gran cantidad de enemigos, que en enfrentamiento abierto y directo, acaban con nosotros con facilidad.

Por tanto aunque la acción directa aparentemente es una opción, el diseño del juego nos empuja a jugar con sigilo, que es como más se disfruta, con escenarios enormes, llenos de caminos y de posibilidades, dando una gran libertad de actuación al jugador. Hemos jugado algunas secciones varias veces, y nos ha encantado descubrir la cantidad de formas que había de superar un mismo escollo. Además, la inteligencia artificial de los enemigos es notable, te ven y te oyen de muy diversas maneras, o incluso te huelen, como en el caso de los malditos perros, que nos harán pasar más de un mal trago.

Dada la premisa argumental, un grupo terrorista que pretender atentar por todo el mundo, visitaremos una gran variedad de localizaciones, desde Libia a Paraguay, pasando por Luisiana o Irak, en escenarios con una excelente ambientación, recreados con todo lujo de detalles. El cambio más importante en la jugabilidad de unos lugares a otros son las misiones nocturnas o diurnas, algo que influye muchísimo en nuestra manera de jugar. Como es una seña de identidad de la serie desde sus primeras entregas, a oscuras nos tendremos que mover entre las sombras, evitando la luz, y destruyendo cualquier fuente de iluminación. Aunque los enemigos no son tontos, por ejemplo nos ha bastado apagar el interruptor de luz de un pasillo para llamar la atención de un guardia, al que mosqueamos más si sabe cuando lo volvimos a encender.

De día no tenemos la ventaja de la oscuridad, aunque hay misiones que combinan lugares exteriores con interiores, donde sí podemos volver a jugar con las luces y sombras. Algo que cobra un gran protagonismo en este Splinter Cell es la verticalidad de los escenarios, gracias a las nuevas habilidades de Sam para la escalada. Como si la productora del juego, Jade Raymond, se lo hubiera traído de su anterior trabajo, la saga Assassin's Creed, ahora Sam puede escalar con gran agilidad todo tipo de superficies y encaramarse a distintos salientes. Esto provoca que tengamos que observar los escenarios con mayor atención, y pensar en rutas más originales, como por ejemplo en vez de atravesar las habitaciones y pasillos de un edificio, rodearlos por el exterior a través de los balcones y ventanas.

Podía parecer algo anecdótico cuando se presentó el juego por primera vez, pero ahora que hemos jugado bastante se nota y se agradece esta mayor agilidad y movilidad del personaje, que le da un mayor dinamismo y frescura a la acción, y que nos permite dar esquinazo o caza a los enemigos de muchas maneras. Porque en todo momento podemos actuar de una manera letal o no letal, accediendo al inventario y pulsando un botón. Esto provoca que si sorprendemos a un enemigo por la espalda o tras una esquina, si estamos en modo no letal, lo dejaremos inconsciente, no lo mataremos, eso sí, con una gran variedad de animaciones. Si estamos en actitud letal, le mataremos sin piedad con el kerambit, un cuchillo curvado.

Dependiendo de nuestra manera de actuar, iremos recibiendo puntos, y se nos valorará de tres maneras: tipo Fantasma, pasando completamente desapercibidos sin ser detectados, tipo Asalto, buscando el enfrentamiento directo, o tipo Pantera, actuando de manera sigilosa pero sin piedad, acabando con todos los enemigos. Al final de cada misión nos mostrarán los puntos que hemos conseguido en cada comportamiento, y será interesante buscar la máxima calificación en cada uno de los tres tipos de maneras de jugar.

Todo lo que un amante de los juegos de acción y sigilo espera y desea se encuentra en este nuevo Splinter Cell. Hay que tener cuidado con los cuerpos de los enemigos, que tenemos que ocultar en contenedores o lanzarlos al vacío para que lo nos encuentren sus compañeros, aunque estos no son bobos y pasado un rato se dan cuenta de que falta alguien en la patrulla, y se ponen a buscarlo. Hay infinidad de detalles que hacen la experiencia muy inmersiva, y que demuestran constantemente que estamos ante un producto muy cuidado y mimado.

También hemos tenido la oportunidad de volver a probar el multijugador competitivo, que nos ha vuelto a encantar, tanto como en nuestras impresiones de hacer un par de meses, cuando visitamos Ubisoft Toronto. Vuelve el modo Espías vs Mercenarios, tanto en su vertiente clásica, dos contra dos, sin clases y casi sin ningún tipo de ayuda, como en un modo nuevo que enfrenta a dos equipos de cuatro jugadores cada uno, en el que podemos elegir tres clases y personalizarlas. Como ya pasó entonces nos hemos vuelvo a viciar de lo lindo, y confirmamos las positivas primeras impresiones, un modo multijugador que puede que sorprenda a más de uno.

Esta última versión de Splinter Cell Blacklist que hemos jugado en un evento celebrado ayer en París, ya se encuentra doblada al castellano, con una calidad en el doblaje a la altura de lo que nos tiene acostumbrados Ubisoft. E incluso con algún pequeño lujo, como contar con la voz del carismático Ramón Langa, el actor de doblaje habitual de Bruce Willis en España, quien dobla a un personaje. Esta vez hemos probado la versión de Xbox 360, y aunque le ocurre como a casi todos los juegos de este final de generación, que no sorprenden técnicamente, sí al menos cuenta con un apartado gráfico robusto, sin defectos como ralentizaciones o tearing, y además es unos escenarios bastante grandes y repletos de detalles. Un apartado técnico a la altura de un producto de estas características.

La entrega más completa de la saga

Además de su calidad, indiscutible, nos ha llamado la atención la cantidad de contenido que encontraréis en Blacklist, sin duda sorprendente. Muchas misiones para uno o dos jugadores, un factor de rejugabilidad muy alto, un multijugador muy adictivo y completo, todo tipo de retos y desafíos, algunos de ellos diarios y semanales, una cantidad de desbloqueables enorme, en definitiva, un juego al que estar enganchado semanas. Si eres fan de la serie, y te decepcionó un poco la anterior entrega, este te va a encantar, ya que recupera totalmente las bases de la saga. Si nunca has jugado un Splinter Cell, pero te gustan o te llaman la atención los juegos de acción y sigilo, estamos ante una entrega perfecta para iniciarse en las aventuras de Sam Fisher. Saldrá el 22 de agosto para Xbox 360, PlayStation 3, Wii U y PC, y es sin duda uno de los juegos más interesantes de los próximos meses.

Redactor