EA Black Box son los encargados de esta nueva entrega de Need for Speed. Aunque hasta hace dos años sus oficinas estaban situadas en Vancouver, a finales 2008 comenzaron a trasladarse al impresionante complejo que tiene Electronic Arts en Burnaby, una ciudad muy cercana a Vancouver. En este lugar que recuerda más a un campus universitario que a unos estudios de desarrollo de videojuegos, con cafeterías, un restaurante, un campo de fútbol y todo tipo de pistas deportivas, también si sitúa EA Sports, aunque en esta ocasión no tuvimos la oportunidad de ver ningún trabajo suyo (una pena, ese FIFA…).
Como se nos explicó en la presentación, la serie Need of Speed comenzó en 1994 y ya cuenta con 20 títulos que han vendido más de 100 millones unidades, todo un hito y algo que muy pocas sagas pueden decir, lo que se consiguió en 2009, ya que la serie hoy en día ya ha superado los 115 millones de ventas. EA Black Box cogió la saga en 2002 para realizar Need for Speed: Hot Pursuit 2, aunque fue al año siguiente con Need for Speed: Underground cuando trajeron una auténtica revolución a la saga, al introducir con fuerza el mundo del tuning, tan de moda por entonces.
Need for Speed: Underground 2 (2004), Most Wanted (2005), Carbon (2006), ProStreet (2007), Undercover (2008) y Need for Speed: World (2010), este ultimo un multijugador online para PC. Una entrega por año aunque tomándose algún respiro con los tres Skate, y que en esta ocasión, con The Run, quieren ofrecer algo fresco y distinto, nunca visto en un Need for Speed y realmente después de haberlo probado, ni en ningún otro juego de conducción. Una saga que ha tomado distintas vías, con un excelente Need for Speed: Hot Pursuit el año pasado de la mano de los británicos Criterion, y la saga de simuladores deportivos Shift, que en su segunda entrega ha abandonado en su título el nombre de la franquicia. The Run toma un nuevo camino, el de la cinematografía y la importancia de una historia y un argumento, algo no muy explotado en el género de la conducción.
Aunque ya íbamos sobre aviso, y sabíamos que habría momentos fuera del coche, esto no evitó que nos sorprendiera lo que vimos. Need for Speed: The Run nos llevará en una carrera de San Francisco a Nueva York, corriendo por otras ciudades reales además de las afueras de estas. La historia tendrá un protagonista que se ve obligado a competir en carreras ilegales y que además es perseguido por la policía, siendo pocos o casi nulos los detalles que conocemos hasta ahora del argumento, que parece que se guardan para más adelante, aunque sí nos enseñaron el tamaño físico del guión, y parecía realmente grande.
La demostración que nos enseñaron –y que después también jugamos- comenzaba con una carrera nocturna por Chicago. Bastantes elementos en pantalla, muchos interactuables, y una notable iluminación, sobre todo en lo referente a los charcos de agua en el suelo, fue la primera carta de presentación del Frostbite 2. El motor gráfico que usará esta entrega, creado por los suecos DICE y que todos ya habíamos podido admirar con las espectaculares demostraciones que se han hecho de Battlefield 3, aunque siempre en PC, y esta era la primera ocasión que veíamos este motor moverse en consolas, concretamente en Xbox 360. Algo curioso, ya que como después se nos dijo, la plataforma base para desarrollar The Run ha sido PlayStation 3.
Tras correr por varias calles en una carrera frenética pero más o menos normal dentro del género, que podría pasar por la de cualquier otra entrega de la serie Need for Speed, nuestro coche tiene un accidente con otro en un cruce, tras lo cual la conducción se detiene y nuestro protagonista sale huyendo a pie perseguido por la policía. Una espectacular escena cinemática da comienzo, se adentra en un edificio, sube las escaleras y sale a la azotea, y es aquí donde comienza la gran novedad de esta entrega. Tenemos que pulsar botones en las escenas cinemáticas, algo también conocido como Quick Time Event, no controlamos al personaje en ningún momento, solo pulsamos los botones que nos indican en pantalla. Han sido muchos los juegos en los últimos años que contienen esto, aunque como luego explicaremos, una situación más adelante nos recordó la aplicación de esta mecánica jugable a cómo lo hizo Heavy Rain, más que a ningún otro juego.
Pulsar repetidamente A para correr, Y para saltar, X para golpear, parece que aunque el pulsar un botón u otro será contextual, sí que quieren que instintivamente relacionemos cada botón con determinadas acciones. Una carrera por la azotea, un salto entre dos edificios con un helicóptero siguiéndonos muy de cerca, un descenso un tanto abrupto, y finalmente un enfrentamiento contra dos policías a los que les robamos el coche. Todo muy peliculero y con una dirección cinematográfica notable, algo que se nos confirmó sobre lo que se ha trabajado mucho, y que es donde mejor luce el Frostbite 2. Como vimos habrá acciones determinadas que si fallamos nos obligarán a repetir la escena, pero en otras no necesariamente pasará esto, sino que la escena seguirá pero de otra manera.
Se nos puso como ejemplo de esto el combate contra los dos policías. Cuando nos enfrentamos al primero si pulsamos el botón justo a tiempo le derribamos con una patada, pero si fallamos, nos agarrará del cuello y tendremos con él un duro forcejeo del que nos podremos zafar. Si volvemos a fallar, nos terminan por detener y acaba la secuencia, pero es un ejemplo de cómo a veces podrás fallar una pulsación y tener una segunda oportunidad y ver otro desarrollo de los hechos. Tras robar el coche de policía, y tomar otra vez las riendas de la parte de conducción del juego, se sucede una ruidosa persecución en la que nos sigue un helicóptero, que nos apunta con un foco de luz que tenemos que evitar, ya que cuando estamos bajo este nos dispara, y si nos dañan demasiado puede acabar la partida.
Al final salimos volando de la carretera y acabamos volcados en mitad de las vías del tren. Para escapar del coche nos permitían mirar a los distintos lados del habitáculo e interactuar con sus elementos. Nos tuvimos que quitar el cinturón, intentamos romper una de las lunas laterales sin suerte, luego la delantera con idéntico resultado, y al final, en el último momento antes de que llegara el tren, nuestro protagonista consiguió escapar por una de las puertas. Esta es la situación como comentábamos antes que más nos recordó a Heavy Rain, ya que parece que en estas secuencias de vídeo no solo pulsaremos botones en un momento determinado, sino que a veces habrá que observar el entorno y actuar en consecuencia.
Después de ver esta demostración pudimos jugarla nosotros mismos. El control es bastante arcade, no nos acabó de enamorar la verdad, un poco tosco y sin personalidad, sin ser un simulador ni un arcade descarado, aunque al ver otros fallos y bugs nos dio la sensación de que probamos una versión muy prematura del juego, y que todavía le quedaba mucho por pulir y mejorar. Lo mismo pasó con el Frostbite 2, el piropeado motor por sus demostraciones en vídeo mostrando Battlefield 3 en PC, visto en consolas y en directo no nos pareció para tanto –al menos en este juego-, tiene detalles buenos como la iluminación y muchos elementos con los que interactuar en el escenario, pero luego cierta falta de fluidez y otros tantos defectos, fruto de un juego que está en una fase temprana de su desarrollo.
Una de las cosas que nos llamó la atención fue la cámara que sigue la acción, más dinámica y cinematográfica que en un juego habitual de conducción. Cuando por ejemplo frenamos esta se acerca hacia el coche, y en otros momentos de encontronazos o momento límite modifica su ángulo. Lo que va a tono con el resto, un juego en el que nos quieren trasladar a una película, mediante las escenas de vídeo interactivas y unos momentos de conducción espectaculares y con más tensión de lo habitual.
Algo importante que nos dijeron es que las secuencias de vídeo interactivas no supondrán más del 10% del total del juego, quedando el 90% restante para la conducción. Tendremos opción de elegir entre varios coches, incluso hacer modificaciones, aunque aún no sabemos cómo, al igual que el multijugador, del que no nos comentaron nada pero que está confirmado, ya que repetirá el Autolog, el sistema que inauguró el año pasado Hot Pursuit, y que permite a los jugadores comparar sus mejores tiempos y puntuaciones con los amigos, mandar mensajes y compartir documentos, como si se tratase de una red social.
Sobre las versiones de Wii y Nintendo 3DS también anunciadas, no se nos comentó nada al respecto, por lo que entendemos que un equipo diferente se está ocupando de ellas, e imaginamos que serán bastante distintas a la versiones de PlayStation 3, Xbox 360 y PC, que tiran mucho de poderío gráfico.
Need for Speed: The Run llegará en noviembre, y lo que es innegable es que es una apuesta bastante arriesgada. A quien busque un simulador de conducción, o un arcade sin complicaciones, en la línea de los anteriores Need for Speed creados por EA Black Box, puede que estas escenas interactivas le molesten bastante. Quien busque una buena historia y un desarrollo cinematográfico, no querrá un juego en el que el 90% nos pasamos compitiendo, por lo que se fijará en otros títulos. Por estos motivos, tenemos dudas de cómo lo encajará el público, aunque está claro que Electronic Arts no se iba a tirar a la piscina sin haberlo pensado antes.
Nosotros aplaudimos que al menos sea algo distinto, una mezcla de géneros pocas veces vista, y a falta de ver el resultado final, nos gusta que se arriesgue en una industria a la que le cuesta tanto hacerlo en lo que se refiere a grandes producciones. Por otro lado lo que probamos no nos acabó de entusiasmar, no por la idea o el concepto, sino por su acabado. Le quedaba mucho por pulir y arreglar, tanto en la jugabilidad como en los gráficos, no vimos ese supuestamente maravilloso Frostbite 2 lucir como debería, pero también entendemos que vimos una versión muy prematura del proyecto. Habrá que darle un voto de confianza de aquí a su lanzamiento y sobre todo saber, ¿qué os parece la idea a vosotros?