Hay fenómenos mediáticos de los videojuegos occidentales que en Japón no arrastran masas igual que allí hay lanzamientos capaces de paralizar un país mientras en Europa o Estados Unidos apenas mueven unas decenas de miles de juegos. Hay muchos ejemplos de ambos casos, y uno de ellos es Gundam, una licencia de anime y manga muy popular –y veterana, 30 años- en el país nipón que recibe títulos a ritmo constante todos los años. Cuando se une esta marca a Dynasty Warriors el éxito parece asegurado, y así hemos llegado a la cuarta colaboración de este tipo entre Bandai Namco y Tecmo Koei con Dynasty Warriors Gundam Reborn, que estará disponible en las tiendas europeas el 27 de junio, sólo en su versión para PlayStation 3 –la de PS Vita se queda por el camino-.
Como breve resumen, los Mobile Suit son unos mechas –robots bípedos- inmersos en una guerra entre facciones humanas en un futuro distante. Hay una serie de pilotos de estos robots que dan el tono humano y dramático que toda historia necesita, como Amuro Ray y su RX-78-2 Gundam, todo un icono de Mobile Suit. El llamado "modo oficial" de Reborn incluye varios arcos argumentales de series y películas con sus correspondientes protagonistas: Mobile Suit Gundam, Zeta Gundam, Char's Counter Attack, Unicorn, SEED y SEED Destiny.
Si desconoces la historia de Gundam no te preocupes porque se va desarrollando para entender el contexto de cada misión mediante diálogos, capturas estáticas de las diferentes animaciones y ocasionalmente –para los momentos más espectaculares- secuencias de vídeo generadas por ordenador, todo ello con voces en japonés y textos en inglés. No nos parece, en cualquier caso, que el punto fuerte de este Gundam Reborn sea la narrativa.
Desde el primer Dynasty Warriors: Gundam lanzado en 2007, esta subsaga utiliza un sistema heredado del género musou de Dynasty Warriors, el de las luchas masivas, podemos esperar enfrentamientos entre nuestro mecha y ejércitos rivales numerosos comandados por generales de una resistencia y agresividad mayor que sus acólitos. Aunque no tengas experiencia previa en Gundam, si conoces cualquiera de los musou de Omega Force, sean los basados en el Romance de los tres reinos o hasta los One Piece Pirate Warriors, no tendrás problemas en entender el desarrollo general y saltar inmediatamente a la acción, casi sin necesidad de leer los pertinentes tutoriales que saltarán en los primeros minutos.
Controlar a nuestro mecha es sencillo, combos a corta distancia con una espada, disparos a larga distancia que pueden ser recargados para mayor daño y otras habilidades como ataques devastadores, todo esto dependiendo del Mobile Suit que hayamos escogido. Aunque el cuerpo a cuerpo sigue siendo la principal forma de devastación, el uso de técnicas de larga distancia es una de las diferencias más importantes respecto a Dynasty Warriors junto a la sensación con el pad del movimiento de desplazamiento mucho más rápido, que hace sea más dinámico y ágil que otros juegos del género, lo cual nos ha gustado bastante; no es que sea un Zone of the Enders, pero tampoco estamos controlando soldados a pie o a caballo. En general, es una mecánica muy sencilla, al estilo de estos juegos, así que no necesitas pelearte con el pad aprendiendo complicadas técnicas de memoria: elimina todo lo que se desplaza por pantalla, asegura zonas y cumple lo que te van ordenando por radio. No hace falta un Master en ciencia aeroespacial.
Avanzar en el modo oficial mejorando nuestro mecha con mayor vida o potencia de ataque, cambiar de robot por uno del centenar disponible o añadir acompañantes no sólo es divertido, también servirá para desbloqueará pilotos en el Ultimate Mode, una serie de misiones e historia creadas para el juego con diferentes objetivos extras y la posibilidad de conseguir más pilotos, compañeros y Mobile Suit, con opción de cooperativo en la consola o mediante online. En definitiva, no se puede decir que haya nada rompedor a grandes rasgos respecto a pasados Dynasty Warriors Gundam respecto a modos, si bien tampoco esperábamos la reinvención de la rueda.
Lo que hemos visto del juego es que se trata de otro juego desestresante y muy directo, que no escapa de los problemas habituales de los musou, como pueda ser la repetitividad de su desarrollo, disimulada cuando lo probamos en sesiones breves pero no tanto tras un par de horas. Los enemigos también hacen gala de su bajísima inteligencia artificial y llega un momento en el que sólo vemos masas de robots clonados esperando pacientemente a recibir un golpe. A decir verdad, no desentona demasiado con lo que ofrece el resto de integrantes del género, y a quien no le haya convencido nunca un Dynasty Warriors, Gundam Reborn no le va a cambiar la opinión ni un ápice. Por otro lado, sí nos ha parecido entretenido y con una buena dosis de configuración de los mecha, creemos que puede enganchar a quienes prefieran este tipo de diversión que no requiere ningún tipo de esfuerzo mental y casi ni de habilidad.
Los gráficos de Gundam Reborn han recuperado el estilo realista –realista en la medida de lo posible- de los dos primeros Dynasty Warriors Gundam, y por tanto se aleja del estilo cel shading más colorido de Dynasty Warriors Gundam 3, que pretendía parecerse más a la animación y de paso aumentaba el número de unidades simultáneas. La nueva opinión de Omega Force es que aquella dirección artística le restaba seriedad o épica, de manera que los colores son menos chillones, lo cual puede resultar más sosillo y monótono según gustos personales; digamos que ahora se asemeja bastante a un Armored Core. Nosotros al menos hemos comprobado que el juego corre de manera fluida –con algún que otro tirón, pero nada grave- y responde mejor que otros productos de este tipo, aunque sea a costa de escenarios con los detalles en su mínima expresión. Siempre es positivo ver que la jugabilidad se ha valorado sobre las virguerías técnicas en un título que podría convertirse en un caos si coincidiesen centenares de enemigos, ralentizaciones, tearing, pop-up y otro tipo de problemas.
Es Gundam. Es Dynasty Warriors. Es acción por un tubo
Gundam Reborn añade algunas pequeñas novedades, como el Burst System o la colisión de armas –un minijuego QTE en el que sólo hay que pulsar un botón- y recupera algunas características, por ejemplo el citado aspecto gráfico de texturas sucias o los combates espaciales. No se puede decir que sea un giro inesperado en la saga o el género, pero si se puede considerar una versión más refinada de anteriores producciones; y más completa también, los números están de parte Gundam Reborn: es la que más misiones ofrece hasta la fecha, con 120 mechas diferentes para controlar –incluyendo los Mobile Armor-.
La cuestión no es tanto si Reborn Gundam mejora a sus predecesores, sino cómo aguanta frente a comparaciones de lanzamientos recientes, mismamente Dynasty Warriors 8: Xtreme Legends. En las próximas semanas os lo contaremos.