MadWorld, Bayonetta, Vanquish, todos juegos de autor y sobre todo estos dos últimos unos portentos jugables medidos al milímetro y diseñados con exquisito gusto. Con Shinji Mikami, Atsushi Inaba e Hideki Kamiya, algunos de los talentos de la industria japonesa del videojuego que se mantienen al margen de su crisis sistémica, su nueva obra, Anarchy Reigns, parece que está pasando un poco desapercibido, sin crear demasiada expectación, quizás por eso, nos ha sorprendido su divertida propuesta al jugarla en la Gamescom.
Un juego que no parece tenga ya mucho que esconder, con la mayoría del plantel de personajes presentado y su concepto y modos de juego más que explicados y probados. En esta ocasión jugamos un todos contra todos a cuatro bandas, y nos lo pasamos en grande.
Aunque desde el principio se anunció como un multijugador online, también contendrá dos interesantes campaña que harán un total de 10 horas, con una elaborada historia como hemos podido descubrir en un vídeo de hace unas semanas.
No sabemos qué tal funcionará jugando solos, si sabrá ser lo suficientemente variado para que no se haga aburrido, pero sí sabemos que la historia se vivirá desde dos puntos de vista, por decirlo de manera sencilla, disfrutaremos del argumento desde el punto de vista de los malos y de los buenos. Habrá varios modos multijugador, por ejemplo un uno contra uno, e incluso un cooperativo competitivo, es decir, deberemos luchar los jugadores juntos contra varios enemigos pero ganará el que más puntos haga.
Nosotros jugamos un todos contra todos entre cuatro jugadores, y teníamos disponibles once personajes para elegir. Nos dio tiempo a probar hasta cinco distintos, y no sabemos si tuvimos suerte, pero todos tenían encanto y con movimientos y golpes completamente diferentes, se disfrutaban casi por igual, con sus distintas particularidades. Como si de una mezcla de sus anteriores juegos se tratara, estamos ante un beat 'em up o yo contra el barrio con piel de cordero, ya que en un principio su aspecto gráfico, muy normalito, es más propio de un título modesto, pero una vez te pones a jugar demuestra tener una jugabilidad a prueba de bombas.
Se podrá conectar más o menos con su diseño, con la impronta japonesa con la que marca Platinum Games a sus trabajos, pero una vez a los mandos la diversión es imparable y todos los personajes demuestran tener recursos muy buenos. Elegimos el personaje, pudiendo modificar su apariencia entre un gran número de colores, y comenzamos a jugar. Luchamos en un único escenario bastante reducido y de dos alturas. Era bastante soso estéticamente, y los gráficos en general no son precisamente una maravilla, pero todo se mueve con fluidez, y los diferentes golpes y especiales resultan bastante espectaculares. La idea de este modo es simplemente liarse a mamporros con los otros tres personajes y ganará el que más puntos haga. Nos los dan por cada golpe que consigamos asestar pero por supuesto la cantidad será muy suculenta cada vez que matemos a un personaje.
Tenemos dos barras, una de vida y otra que se gasta con los especiales. Cuando nosotros morimos, nos restan puntos, y hay que jugar con cabeza porque sufrir un par de muertes seguidas puede hacer que pasemos de la primera posición a la segunda o la tercera, como nos pasó a nosotros. Este escenario era una especie plataforma en lo alto de un edificio, y podíamos caer al vacío, lo que también se penaliza. Jugar con uno u otro personaje es un mundo aparte, primero porque los diseños son muy variados y distintos, y después porque los golpes entre personajes no se parecen en nada.
Zero es un ninja con dos espadas y ataques demoledores, con el realizamos nuestra mejor partida. Activando su ataque especial se pone a repartir espadazos y se queda solo, además es ágil y rápido. Durga es un peculiar hombre-robot-felino que usa mayoritariamente las patadas gracias a sus piernas con garras, y que incluso cuenta con un arma de fuego a distancia. Garuda es un robot que como en todo juego de lucha ocurre con este tipo de personajes, al ser grande y pesado es lento, pero tiene ataques devastadores, sobre todo uno de ellos que toma un impulso que arrasa con todo lo que pille a su paso, difícil de acertar pero decisivo si lo consigues. Además cuando se desplaza por el escenario, lo hace transformado en una nave. Estos son solo algunos de los personajes, pero como ya os hemos dicho, todos lo que cogimos tienen su gracia.
Las partidas duran 5 minutos y aun así no te puedes relajar, al final del combate se otorgan unos puntos extras, en base a las muertes y a otros conceptos que todavía no os podemos explicar del todo bien, pero que bonifican con bastantes puntos, y en caso de llegar al final de un combate con puntuaciones igualadas, estos puntos extra pueden decantar la balanza para uno u otro lado. La jugabilidad en resumidas cuentas es muy buena, y la palabra que mejor definiría a este juego es diversión.
La misma o parecida que proporciona un título de lucha como Smash Bros, o el ya olvidado Power Stone, un escenario reducido y cuatro personajes dándose de tortas, sencillo pero que funciona. De vez en cuando pasan aviones que nos lanzan cajas con ítems, pero estos no son decisivos ni demasiado importantes, y la jugabilidad es bastante directa y sencilla. Los combos no son de una gran complejidad, teniendo un par de golpes básicos, un agarre, un botón para protegernos, y uno de los gatillos en combinación con los botones principales hace que se produzcan los golpes especiales, algunos demoledores. También podemos activar la furia pulsando los dos stick analógicos, lo que nos hace durante unos segundos especialmente poderosos.
Nos picamos en esta sesión de juego de una manera realmente sorprendente, y pese a que llegábamos un poco justos a la siguiente cita, ante la propuesta de la persona de Sega de jugar una última vez, no nos pudimos resistir, puro vicio. No está haciendo ruido, y quizás mucha gente no lo conozca o no sepan quién está detrás de él, pero quienes disfrutasteis de anteriores obras de este estudio como Bayonetta y Vanquish, no deberías perder de vista a este juego. Con una jugabilidad elaborada, adictiva y divertida como principal razón de ser, Anarchy Reigns nos ha parecido uno de los juegos más divertidos de la feria, puro frenetismo y acción arcade.