Criterion Games es una compañía con una trayectoria no muy larga, pero que ya ha dado algunos juegos muy interesantes. El más célebre de todos ellos es sin ninguna duda la saga Burnout, que en su día revolucionó el género de la velocidad arcade y que ya ha tenido cuatro entregas, crecientes en opciones y calidad gráfica. Sin embargo, Criterion Games no solo se limita a Burnout, y más teniendo en cuenta que hace un año que fue comprada por el gigante Electronic Arts. La compañía lleva bastante tiempo trabajando en Black, la que será su primera, y sonora, incursión en el género de la acción en primera persona.
Black se presentó por primera vez, a puerta cerrada, en el E3 del año 2004, y solo unos pocos medios tuvieron acceso a él, contando que se trataba de un juego muy prometedor.
Un año después volvió a mostrarse del mismo modo en la feria californiana, y esta vez Vandal Online tuvo acceso a una sesión donde pudimos ver qué es lo que intenta conseguir Criterion, a través de Alex Ward, su productor –y creador de la saga Burnout-: un juego de acción tremendamente frenético y caótico donde sintamos la emoción de disparar una ametralladora.
El nombre del juego responde a la justificación de su argumento. Nosotros formamos parte de un grupo de operaciones encubiertas (Black Ops) que tendrá que cumplir misiones en los lugares más peligrosos del mundo. Uno de los principales requisitos de las misiones es que no quede nada –ni nadie- en pie, por la aplastante lógica de que si nadie que lo haya visto queda vivo, es imposible que se lo cuente a alguien. Viajaremos por lo tanto por todo el mundo, tanto en escenarios urbanos como rurales, llevando a cabo misiones encubiertas con un gran nivel de destrucción y violencia.
El objetivo de Criterion es el de hacer al jugador sentirse como en una película de Hollywood, con la emoción de verse rodeado de enemigos a los que disparar y que te disparan. Aparentemente el juego contará con una gran inteligencia artificial y con un alto nivel de interacción con el escenario –del que pronto hablaremos-, pero permitirá también cierta no linealidad y que podamos resolver una situación de varias formas. Entre ellas se encontrará la de la aproximación sigilosa, pues de hecho en todos los niveles habrá un silenciador que poder aplicar a nuestras armas, pero no será necesaria, y de hecho, el objetivo del juego no es ese: es la destrucción total a base de tiros, tiros y más tiros, pues la munición para las numerosas armas que podremos disparar no escaseará precisamente.
Uno de los grandes atractivos de Black es la acción frenética y, sobre todo, la posibilidad de causar destrucción en el escenario y que sea precisamente esta destrucción la que acabe con los enemigos. Prácticamente todos los objetos de los escenarios del juego serán destruibles, desde los pequeños hasta los grandes, y del mismo modo, podrán usarse para acabar con los enemigos; por no hablar de los numerosos bidones explosivos que siempre acostumbran a abundar en los escenarios de batalla.
En palabras del equipo, la forma "correcta" de jugar a Black no es matar a los enemigos a tiros, sino interactuar con el escenario para que sea éste el que acabe con ellos. De este modo podremos estar en un tiroteo donde los enemigos se ocultan tras las columnas del frontal de un edificio, y en vez de esperar a que se asomen, lanzar una granada a la parte de arriba del frontal para que éste se derrumbe y caiga sobre los enemigos.
En la demo se mostraron muchas más situaciones similares, como una en la que teníamos que disparar a las letras gigantes de un establecimiento para que cayesen sobre los enemigos. En el juego prácticamente todos los objetos serán destruibles o se podrá interactuar con ellos, pudiendo hacer grandes destrozos dirigiendo nuestra ametralladora a una cristalera.
Es por lo tanto un juego de acción tan típico como atípico. Por una parte es convencional en lo que se refiere a las armas, la perspectiva y el control, pero elementos accesorios en otros juegos –que se centran en los objetivos de una misión por ejemplo- como puede ser la interacción con el escenario o su destrucción, se convierten aquí en algo central en la jugabilidad, del mismo modo que en Burnout las colisiones pasaban a ser las protagonistas en vez de ser el "añadido bonito" que eran en otros juegos. De hecho, el objetivo declarado de Criterion es hacer con los juegos de acción lo que en su día hizo Burnout con los de velocidad, es decir, redefinir el género hacia una dirección.
Que lo consigan dependerá en gran parte del diseño de los niveles y de cómo integren un escenario destruible y con objetos utilizables para acabar con los enemigos sin que éste resulte tremenda y evidentemente diseñado para tales fines y sin que se fuercen las situaciones para que eso pueda ocurrir. Lo que sí conseguirán, y esto es seguro, es sorprender con un espectacular apartado gráfico. Criterion siempre ha llamado la atención con los gráficos de sus juegos, gracias en gran parte a que un departamento de la empresa es el responsable de la herramienta Renderware, y con Black lo van a volver a hacer.
A nivel gráfico el juego muestra unos enormes y detalladísimos escenarios en los que, como decíamos, todo será destruible, que se mueven con fluidez y gran cantidad de efectos, donde cada bala tiene una repercusión, impactante a nivel visual, en el escenario. Cuando vimos el juego en el pasado E3 el equipo nos aclaró que el juego estaba en esos momentos al 25% de su desarrollo, pero al 50% en lo que se refiere a su apartado gráfico, y ya entonces llamaba poderosamente la atención. Los que han podido probarlo en versiones más avanzada han declarado casi unánimemente que se tratará de uno de los últimos espectáculos visuales de la presente generación.
Aparte de la ultra-violencia, Black contará con una historia de la que todavía no se sabe nada, pero no tendrá muchas cosas más. El equipo ha dicho que no habrá modo multijugador, ni juego online, aunque sería muy de agradecer que, del mismo modo que el modo Crash de Burnout supuso un minijuego divertidísimo, ideasen algún extra adictivo con Black. De ser así, no será un modo cooperativo ni un deathmatch, como ya ha desmentido el equipo en numerosas ocasiones.
Black se presenta como uno de los juegos más interesantes en este comienzo de año y como uno de los últimos grandes juegos para la actual generación, siendo éste el año donde los grandes juegos saldrán, a partir de la mitad, únicamente para las nuevas consolas. Su apartado gráfico sin duda impactará a todos los jugadores, y el ambicioso objetivo de Criterion puede resultar todo un soplo de aire fresco en el género de la acción. El 23 de febrero veremos si lo han conseguido, y esperamos que así sea.