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Fecha de lanzamiento:
PS4, XBOne:
Switch:
PC:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: IV Productions / Leonard Menchiari
Producción: Merge Games
Distribución: Steam
Precio: 16.99 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Inglés
Voces: Inglés
Online: Sí
ANÁLISIS

Impresiones RIOT - Civil Unrest

Un simulador de altercados que da a conocer las principales revueltas ciudadanas de los últimos años.
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versiones PC, Switch, Xbox One, PS4. También disponible en Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch.

RIOT - Civil Unrest es uno de esos juegos que llega precedido por un halo de polémica ya que se trata de un simulador de disturbios, lo que lleva a plantearse, antes de jugarlo, si tiene algún objetivo ideológico concreto, ¿es un defensor de los altercados callejeros y la violencia contra los cuerpos de seguridad del estado?, ¿realiza apología de las fuerzas antidisturbios y del uso de las armas contra los manifestantes? Tras haber jugado con él algunas horas hemos llegado a la conclusión de que ni una cosa ni otra: es un juego que despierta la curiosidad sobre algunas de las revoluciones lideradas por los ciudadanos los últimos años y lleva a que nos planteemos cuestiones sobre el uso de la violencia, proceda del bando que proceda.

En el modo historia de este juego de estrategia hay cuatro campañas que se pueden jugar desde los dos bandos. Aunque antes de comenzar cada una hay una sucinta descripción de las circunstancias en que comenzó cada revuelta, aunque la intención del juego es más despertar la curiosidad del jugador y que se informe por otros medios que posicionarse (no obstante, en los vídeos introductorios predominan las escenas de violencia policial gratuita) y sin esos datos adicionales no se entiende bien lo que sucede.

Durante los enfrentamientos oiremos los cánticos más representativos. En el caso de España sonará el famoso 'Que no nos representan'.

Campañas ubicadas en países del Mediterráneo

La primera campaña es No Tav, y describe cuatro momentos de la lucha por los habitantes de Valsusa, en Italia, para impedir la construcción de un tren que supondría la destrucción parcial de un bosque y una montaña. La segunda, Indignados, describe algunos momentos del movimiento español 15 M; la tercera es Keratea, en la que los habitantes del pueblo griego del mismo nombre se unen para parar la construcción de un vertedero ilegal que se está levantando cerca de sus casas y la cuarta hace referencia a la primavera árabe.

Quizás el estulo retro no sea el más adecuado para distinguir las unidades cuando hablamos de multitudes.

Al ir avanzando se desbloquean nuevas campañas y otros mapas de sucesos ocurridos en otras partes del mundo como los disturbios de Foxcomm en China o las protestas estudiantiles de Chile, así como nuevos personajes que los protagonizaron y armas.

Antes de cada mapa podemos modificar algunos detalles, como las armas que llevan o la ventaja adicional que tendrán los policías y que varían el precio de la operación, o si habrá muchas banderas en el bando revolucionario (lo que afecta a la cantidad de gente que habrá inicialmente en la partida), pero en realidad no parece que esos cambios sean relevantes para la partida; el acceso a cócteles molotov o armas con munición real están ligados a mapas específicos y no a las decisiones del jugados.

Al final de la partida se nos proporciona un resumen en números del conflicto.

La violencia es casi siempre el camino más rápido, pero no el mejor

Esto nos lleva a comprobar si lo que decide el éxito o el fracaso en una misión -y, por tanto, avanzar en el juego- es cómo movemos en el terreno a las unidades que tenemos o la actitud que elijamos para ellos. Una actitud violenta suele ser más eficaz pero no es garantía de victoria y se cobra su precio al dar ventaja al bando contrario para la siguiente fase de la campaña. Al estar mucho mejor armado,el bando policial tiene más fácil conseguir la victoria.

El desarrollo de los mapas da la sensación de ser un poco flojo. En algunos casos es suficiente con posicionar las unidades y dejar pasar los minutos y en otro hay simplemente que ir avanzando sin hacer nada más, mientras que en otros hay que esperar a ver cómo actúa la inteligencia artificial para decidir. No hay que olvidar que está en acceso anticipado y el estudio está realizando ajustes.

Además de modificar alguna característica de las unidades policiales, en ocasiones podemos elegir una unidad adicional.

Los creadores del juego querían plasmar el caos que se produce cuando hay una muchedumbre nerviosa que tiene enfrente a un cuerpo organizado pero también alterado, y el resultado es que hay demasiados factores aleatorios como para garantizar que una estrategia funcione; en el mismo mapa el bando contrario puede tener una actitud bastante pasiva en un intento y cierta agresividad en el siguiente, los policías pueden entrar en pánico y retirarse o cargar a las primeras de cambio. En el bando revolucionario se entremezclan las distintas unidades y resulta complicado controlarlas, incluso en las dificultades en las que la inteligencia artificial responde más rápido a nuestros actos.

Controlar lo incontrolable e incluir emociones

Los mapas suelen así consistir en probar con el grado de agresividad adecuado para cada caso, lo que acaba haciéndonos reflexionar sobre el uso de la violencia ante las manifestaciones ciudadanas: en realidad no compensa frenar al pueblo a base de porras y bolazos de goma, pero tampoco siente correcto atacar con cócteles molotov y piedras o bombas papel a las fuerzas del orden. A esto ayuda el ya mencionado hecho de que la violencia se castiga en los mapas subsiguientes. Es un elemento más con el que RIOT quiere despertar en el jugador interés por estas revueltas ciudadanas.

El aspecto retro del juego es llamativo, pero no facilita la jugabilidad; más bien al contrario, a veces es difícil saber qué sucede en la multitud o hacia dónde van los cuerpos policiales. El control, inexplicablemente, no contempla el hacer clic y arrastrar para seleccionar unidades, y hay que ir eligiendo una por una con el ratón en el menú de la parte superior o pasando de una a otra con el tabulador, lo que ralentiza la acción y eso es importante en un juego en el que juegas contra el reloj.

RIOT está desarrollando una línea diferente para los juegos de estrategia al incluir las emociones: los policías reaccionan al sentirse atacados y unos bolazos de goma pueden desatar una estampida entre los revolucionarios; los nervios llegan a afectar al comportamiento hasta el extremo de que los cánticos para tranquilizar los ánimos o los estimulantes juegan un papel importante.

Las campañas toman momentos representativos de cada revuelta, pero no explican lo sucedido.

RIOT - Civil Unrest es una curiosa experiencia que nos propone intentar controlar imprevisibles multitudes casi desarmadas -o sin casi- y unidades policiales que deben mover ciudadanos no dispuestos a ceder. Los RTS no suelen incluir las emociones entre los parámetros que marcan la respuesta de cada unidad, y esa es la propuesta de RIOT. Es todo un reto lograrlo y que el jugador sepa leerlo y reaccione de la forma adecuada. Mientras sus creadores encuentran la manera más adecuada de conseguirlo, el juego consigue despertar la curiosidad -y la conciencia- del jugador.

Hemos escrito estas impresiones con un código de descarga que nos ha proporcionado Merge Games.

Redactora