Patapon fue uno de los juegos emblemáticos de PSP junto con LocoRoco. La portátil de Sony recibió un gran apoyo nipón y superproducciones (para la época y el sistema), pero estas dos licencias destacaron en la consola por ser creadas específicamente para la plataforma; no eran adaptaciones "menores" de otras provenientes de PS2 o PS3.
El cierre de Japan Studio no supuso el fin para algunos de los directores y diseñadores del estudio, que con sus nuevos equipos desarrollan licencias originales como Slitterhead de Keiichiro Toyama o secuelas espirituales, caso de Ratatan con Hiroyuki Kotani de director (diseñador y creador de Patapon) junto con Kemmei Adachi (compositor de Patapon). Efectivamente, Ratatan es prácticamente un Patapon 4, y ya puedes jugarlo en su fase de acceso anticipado.
No diga Patapon, diga Ratatan
Ratatan está previsto para 2026 en PS5, Xbox Series, PS4, Nintendo Switch y PC, aunque Ratata Arts y Tokyo Virtual Theory han apostado por estrenarlo en Early Access de Steam, que es la versión que hemos jugado.
Estiman entre 6 meses y un año hasta su lanzamiento completo, momento en el que habrá más contenido (mundos, personajes, armas, habilidades, expandir el endgame y más).
Gran parte de las mecánicas de Ratatan se explican fácil para aquellos que conozcan Patapon. Estamos ante una aventura 2D que combina estrategia y ritmo, para un jugador o en cooperativo para cuatro jugadores, que narra el viaje de los Ratatans para conocer a "La Diosa", incluso si eso supone explorar peligros mundos repletos de amenazas. Por que sí, en nuestro periplo nos toparemos con enemigos e incluso imponentes jefes.
Estos Ratatans lideran a los Cobuns, unas criaturas más o menos numerosas que nos acompañan siguiendo obedientemente nuestras órdenes por el instrumento mágico llamado Melodium. Estos comandos se ejecutan, claro, con una melodía: según la secuencia de botones, oportunamente pulsada en el constante ritmo musical indicado en la parte inferior, enviamos al grupo a atacar, a protegerse o lanzar un ataque especial, entre otras acciones; acierta con precisión y entrarás en Fever Mode, falla y quedarán confundidos, sin actuar. Exactamente lo que podríamos esperar de un Patapon, y es que incluso el canto pegadizo es muy, muy parecido al de la saga original.
Uno de los cambios de Ratatan es que introduce mecánicas de roguelite. Hay un puñado de Ratatans para elegir, cada uno orientado a un tipo de gameplay por sus habilidades únicas (bonus de daño por comandos perfectos, aumento en el empuje, potenciación de técnicas especiales, más daño por efectos de estado, más velocidad de movimiento, mejor guardia...). También puedes personalizar a los Cobun, distribuir en la posición del grupo o modificar su equipo.
Los elementos roguelite permiten crear niveles generados por procedimientos, así que nunca sabrás qué potenciadores y recompensas vas a encontrar en cada expedición. ¿Qué mejoras vas a elegir en tu run? ¿Más daño contra jefes, más castigo contra enemigos envenenados o ataques normales que provocan parálisis? Lógicamente, con la derrota volverás a la zona principal, Rataport, el "nido de operaciones" donde por ejemplo puedes mejorar a tus Cobun o comprar desbloqueos en el centro de soporte, que pueden activar una mayor cantidad de Cobun que puedes mover o añadir manantiales curativos. Cuantas más misiones jugamos, más fácil se irá haciendo el juego y más lejos llegaremos.
En el estado actual, Ratatan ya incluye varias opciones para suavizar la partida a los novatos. Existe un "modo de bienvenida" con equilibrios que lo hacen más asequible (se puede activar y desactivar en cualquier momento), y configuraciones del modo comando de ritmo (predeterminada y avanzada) según la complejidad o libertad de la experiencia que deseamos. Ya hay un buen montón de personajes, armas y habilidades disponibles, varios mundos y multijugador, así que por su precio de 24,50 euros (inferior a la colección remasterizada Patapon 1+2 Replay) tenemos toda una secuela original de Patapon.
Hay que decir que, al margen de los posibles bugs que se pueden encontrar en esta fase de desarrollo, la traducción también está a medias. La mayoría del texto está en español, pero de vez en cuando encontraremos descripciones o pantallas de la interfaz en inglés. Nada demasiado molesto, es algo que se irá puliendo en un futuro. También se podría criticar que el contenido actual es un poco escaso (lo que contribuye a la repetición de secciones) y hay momentos en los que se nota que necesita un equilibrio en la dificultad.
No podíamos dejar de hablar de esa estupenda banda sonora que se va formando con las "frases" de nuestros comandos, y el aspecto visual, que se ha renovado respecto a Patapon. Aquella saga estaba diseñada para pantallas pequeñas, y por tanto el arte minimalista de Rolito, con siluetas y colores planos, tenía todo el sentido. Ratatan en cambio nace en la era de la alta definición, sin las limitaciones técnicas de PSP, y eso trae una dirección artística más de cómic, más recargada y con efectos visuales muy llamativos. Si has jugado hace poco a Patapon puede que cueste un poco adaptarse a la avalancha de información en pantalla, pero la cantidad de planos de profundidad y calidad de las animaciones hacen que sea un auténtico espectáculo 2D.
Bienvenidos a Rataport
Ratatan es, sin disimulo, un Patapon adaptado a la fórmula roguelite y un estilo visual completamente nuevo. Sus batallas son esencia las mismas que las de la saga original, y si realmente aumenta la cantidad de contenido para las variaciones de niveles, podemos estar ante un digno sucesor de la obra de Japan Studio y Pyramid.
Ahora bien, el acceso anticipado pone la base pero queda lo más difícil: completar el contenido, escuchar a la comunidad y potenciar la personalidad propia de Ratatan. Porque al final se trata de eso: encontrar el punto justo entre el homenaje al título de 2007 y la frescura de un título que debe proponer algo nuevo. En unos meses sabremos si cumple con las expectativas.
Hemos realizado estas impresiones del acceso anticipado gracias a un código de PC proporcionado por PressEngine.