La premisa de How to Survive no es demasiado original, un virus desconocido ha convertido a la mayoría de la población mundial en zombis y los pocos supervivientes corren a refugiarse a lugares más apartados del planeta, donde intentar sobrevivir unos días más antes convertirse en comida para los numerosos muertos vivientes que lo han tomado todo. Nuestros tres protagonistas navegan en un barco en busca de un lugar seguro cuando naufragan en una isla de un archipiélago de la costa de Colombia, dando comienzo nuestra aventura.
Antes de comenzar la partida tendremos que elegir entre tres personajes, Kenji, Jack y Abby, cada uno con sus propias características, definidas por la salud, resistencia, precisión y fuerza. Una vez hayamos elegido a nuestro personaje comenzaremos la aventura en la orilla de una playa, en la que por no tener, no tendremos ni un triste arma. Un NPC nos dará un palo para que comencemos a matar zombis, en un sistema de combate bastante sencillo, en el que podemos realizar un golpe simple o cargado, algo bastante importante y que se puede realizar con todas las armas cuerpo a cuerpo.
Se tarda un rato en cargar el arma, pero suele merecer la pena, ya que a veces arrancamos la cabeza de los zombis de un solo golpe, o dañamos a varios a la vez. Lo mismo ocurre con las armas a distancia como el arco y las pistolas, y si apuntamos durante unos breves segundos los flechazos o tiros serán más efectivos.
Al poco de explorar la isla encontraremos las primeras páginas de un extraño diario, la guía de supervivencia, escrita por un peculiar personaje que habita estas islas, y que nos servirá de guía y tutorial para aprender las nociones básicas del juego. Un elemento inspirado en Zombi - Guía de supervivencia, el libro escrito por Max Brooks, el autor del exitoso Guerra mundial Z, que introduce un agradecido toque de humor al juego, ya que esta guía de supervivencia se nos muestra a través de unos vídeos muy graciosos que nos recuerdan al estilo de los que pudimos ver en Fallout 3 con el carismático Vault Boy o los de BioShock con sus simpáticos tutoriales de los plásmidos.
A través de diversos capítulos del libro que iremos recogiendo a lo largo y ancho de las islas, nos irán explicando todas las posibilidades del juego, que no son pocas. Podemos fabricar todo tipo de objetos, desde armas, objetos curativos a armaduras, y descubriremos cómo hacerlos ya sea encontrando recetas o simplemente experimentando con los numerosos "ingredientes" que vamos recogiendo: plantas, pieles de animales, chatarra, piedras, cuerdas y un sinfín de objetos que aparentemente no sirven para nada, pero que combinados sí nos valen para crear cosas muy útiles.
Jugamos desde una perspectiva isométrica, y aunque al principio parece que no es demasiado complicado acabar con los zombis que nos salen al paso, con dos o tres golpes los despachamos, poco a poco la cosa se va complicando, primero con distintos tipos de zombis -10 diferentes-, como unos explosivos, otros militares con casco a los que los golpes en la cabeza no les afectan, y los peores de todos, los que aparecen al caer la noche, especialmente peligrosos.
En How to Survive hay un ciclo día y noche, y cuando la oscuridad nos envuelve deberemos estar preparados, con una linterna o una antorcha para ver por dónde andamos, además de para deslumbrar a los muertos vivientes, que evitarán la luz y buscarán nuestra espalda. Podemos encender hogueras para crear antorchas, o incluso flechas de fuego, y también para cocinar. Sí, no solo debemos preocuparnos de aniquilar a decenas de zombis, también tenemos que alimentarnos, beber agua y descansar, durmiendo de vez en cuando. Podemos comer multitud de cosas, como frutas, semillas y ciertas hierbas, además de carne, para lo que podemos cazar animales, como ciervos, pájaros o peces, ya que incluso podremos pescar, y la carne obtenida tendremos que cocinarla en algún fuego para poder alimentarnos. Y ojo, porque hasta podremos encontrar animales zombi, estos no se libran del virus como en otros relatos del género.
Estamos ante un juego de acción que busca cierto realismo en su componente de supervivencia, y por ejemplo para hidratarnos no podremos beber agua del mar o de los pantanos, tendremos que buscar agua potable de algún arroyo o pozo. Hay cuatro barras que nos indican nuestras necesidades, la de salud, la de sed, de hambre y de cansancio, y si descuidamos una de estas cuatro facetas, lo pagaremos. Por ejemplo si estamos deshidratados apuntaremos peor con las armas, y si no hemos descansado, no seremos capaces de asestar golpes críticos. Para poder dormir tenemos que encontrar unos refugios, que al abrirlos activan una alarma atrayendo a todos los zombis de la zona. Una vez hayamos limpiado el lugar, podremos dormir en un ciclo de 8 horas, el tiempo necesario para llenar la barra de descanso y proseguir la aventura.
El sistema de creación de objetos no ha sorprendido por lo completo que es, además de razonablemente realista. Todos los objetos tienen un fin, y si por ejemplo cazamos un pájaro, además de poder comernos su carne para alimentarnos, podremos usar sus plumas para mejorar las flechas, y que estas sean más efectivas. Una botella vacía la puedes utilizar para llevar agua potable, o bien para crear un cóctel molotov, y con un tubo de acero, una bombona de oxígeno, una linterna, unas tuercas, hilo de acero, y algún cacharro más, podremos crearnos una pistola casera bastante efectiva.
Tenemos para explorar cuatro islas distintas en una aventura que en su dificultad media puede durar unas 10 horas, existiendo un nivel de dificultad superior llamado Iron Man. Además existe la posibilidad de jugar en modo cooperativo local entre dos jugadores, lo que promete ser muy entretenido. No se puede jugar el modo historia en cooperativo a través de internet, lo que es una pena, pero sí el modo Desafíos, en el que aparecemos en un punto aleatorio de la isla, y tenemos que alcanzar un avión para escapar, aunque no será tan sencillo como esto, y habrá que encontrar unas piezas para repararlo. La gracia es que podemos elegir diferentes desafíos, como que sea de noche con lo que ello conlleva, que casi todos los zombis sean explosivos, etcétera, una serie de hándicaps que condicionan la partida, y que nos obligarán a compenetrarnos con el otro jugador.
El apartado técnico es bastante discreto, sus creadores, los franceses EKO Software, han estado más preocupados de realizar un buen juego que de deslumbrar gráficamente, y tenemos unos gráficos modestos pero funcionales, en los que quizás lo que más rechina son las animaciones. Por otro lado cuenta con detalles bastante buenos, como las distintas maneras en las que troceamos a los zombis, las manchas de sangre que estos dejan en los escenarios, incluso los animales, lo que nos permite seguir su rastro, que podamos romper objetos, quemar vegetación, y todo de una manera nítida y clara, pese a la perspectiva de la cámara, un tanto lejana.
Survival action horror
Todos estamos un poco cansados de tantos zombis, pero al menos se agradecen que juegos como este intenten hacer algo ligeramente diferente dentro del género. Cogiendo prestado el concepto de Dead Island, añadiéndole un toque de humor un tanto macabro inspirado en la Guía de supervivencia zombi, con elementos de RPG y de supervivencia, teniendo que alimentarnos, descansar y beber, tenemos una aventura de acción bastante peculiar, que pese a tratarse de una producción muy modesta, cuenta con buenas ideas. Saldrá a finales de este mes en PlayStation 3, Xbox 360 y PC, el año que viene también en Wii U –aunque sin modo online-, y si os ha llamado la atención lo que propone, sabed que por 14,99 euros os podréis hacer con un juego bastante completo y destacable dentro del género zombi.