En un E3 en el que The Witcher 3: Wild Hunt se está llevando todas las miradas, y está siendo considerado uno de los mejores juegos de la feria, tiene que ser raro para BioWare que su próximo juego esté pasando tan desapercibido, Dragon Age Inquisition, la tercera entrega de una saga que pegó un serio traspiés con su segunda entrega. Tras encandilar a los amantes del rol con Dragon Age: Origins en 2009, un juego que recuperaba en cierta medida el espíritu del mítico Baldur's Gate>, con su secuela Dragon Age II, en un afán por atraer a un mayor número de público, cabrearon a muchos de los que tanto les había gustado la primera entrega.
Este mes de octubre, el día 9 concretamente, la saga volverá tanto a las antiguas como a las nuevas consolas con una nueva entrega, que pretende corregir los errores del pasado, hacer las paces con los fans de los juegos de rol de BioWare, y de paso, aprovechar el potente motor gráfico Frostbite 3 para mostrar el apartado gráfico más ambicioso que se ha visto nunca en un juego de la compañía canadiense.
Como podéis entender, en una feria como esta en la que vemos decenas de juegos cada día, un título de rol tan complejo como este no se puede ver y probar cómo se debería, comprobando todas sus posibilidades, la complejidad del sistema de combate, y otros muchos elementos importantísimos en un juego de rol.
Pero la presentación a la que asistimos, de aproximadamente 35 minutos, sí nos sirvió para darnos cuenta de que Dragon Age Inquisition merece más atención de la que está recibiendo, ya que tiene muy buena pinta, y luce realmente bien gracias al Frostbite 3, lo que más no ha sorprendido en esta toma de contacto. Sin llegar al nivel de excelencia visual de The Witcher 3: Wild Hunt, tampoco se encuentra tan alejado, y nos ha parecido bastante bello, con mucho colorido y unos escenarios repletos de detalles.
Como casi siempre suelen decirnos en estos casos, tanto si eres fan de la saga, como si te quieres iniciar con este, la historia tendrá sentido por sí sola, y no hará falta haber jugado a los anteriores. Pero como pudimos comprobar, sí será más que recomendable haberlo hecho, ya que transcurre en el mismo universo, hay constantes guiños, repiten personajes, etcétera. "Un cataclismo ha sumido las tierras de Thedas en el caos. Los dragones cubren el cielo y proyectan una sombra sobre las tierras que están al borde del caos. Los magos declaran la guerra total contra los templarios. Las naciones se alzan unas contra otras. Como líder de la Inquisición, de ti depende restablecer el orden y acabar con los agentes de la entropía".
Aunque por las imágenes y vídeos que habíamos visto hasta el momento parecía más un The Elder Scrolls que un Dragon Age: Origins, y es clara la inspiración en la saga de Bethesda a la hora de crear un mundo enorme y lleno de detalles, una vez empiezas a ver la jugabilidad descubres que todavía guarda muchas de las señas de identidad de la saga. Tanto para contentar a los amantes de la primera entrega, un juego de rol puro, como a los que les gustó el toque más directo y arcade del segundo, Dragon Age Inquisition cuenta en cierta medida con los dos estilos.
Llevamos un grupo de cuatro personajes entre los que podemos cambiar en cualquier momento, y la acción se desarrolla sin descanso. Pero si queremos, podemos pausar el combate en cualquier momento y realizar estrategias y dar órdenes a los miembros del equipo, como en la primera entrega de la saga, solo que en unos entornos tridimensionales y con unos gráficos a años luz de los que vimos hace ya cinco años.
El mundo del juego es enorme, y vimos cómo en cualquier momento puedes llamar a un caballo y montarte en él para recorrer los enormes y bellos escenarios. Estos tienen vida propia, con una frondosa y cuidada vegetación, cantidad de animales moviéndose por ellos, y cuando se lance este mes de octubre se va a convertir posiblemente en el RPG con mejores gráficos que se ha hecho nunca. Los diálogos y cinemáticas también están muy cuidados, una marca de la casa, y nos sorprendió su rica paleta de colores, algo no muy habitual en este tipo de juegos de rol occidental, un aspecto que comparte con el futuro The Witcher 3.
Uno de los momentos cumbre de esta demostración fue un espectacular combate con un dragón, en una batalla no solo visualmente muy llamativa, sino además larga y dura, dejándonos claro que estaremos ante un RPG profundo y complejo, acorde a lo que espera un buen fan del género. También nos llamó la atención cierto toque aventurero, como la habilidad de un personaje para usar un poder mágico capaz de reconstruir estructuras destruidas, lo que nos permitía acceder a lugares de otra manera inaccesibles, donde encontrábamos suculentos tesoros.
Como siempre en los juegos de BioWare y especialmente en Dragon Age, la relación entre los personajes del grupo será una de las claves de esta aventura, y tomaremos decisiones que cambiarán de manera importante e irremediable el rumbo del argumento. En palabras de BioWare, estamos ante su juego más grande en todos los sentidos, el más ambicioso, y eso no es poco en una compañía que lleva años realizando excelentes RPG.
Rol del bueno para este otoño
Con el retraso de The Witcher 3: Wild Hunt para 2015, Dragon Age Inquisition tiene vía libre para convencer a los amantes del rol este otoño, con una propuesta de mucha calidad y muy ambiciosa, como nos tiene acostumbrados BioWare. Con la lección bien aprendida y las ideas muy claras de lo que hicieron mal en la segunda entrega, y sabiendo por qué gustó tanto el capítulo inaugural, este nuevo Dragon Age tiene una pinta estupenda, a falta de echarle unas cuantas horas y comprobar si cumple con lo prometido. Se lanzará en PlayStation 4, Xbox One, PC, PlayStation 3 y Xbox 360 el próximo 9 de octubre, un mes que se prevé cargadito de buenos juegos.