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Switch:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Nintendo
Producción: Nintendo
Distribución: Nintendo
Precio: 59,99 €
Jugadores: 1
Formato: Digital y físico
Textos: Español
Online: No
ANÁLISIS

Análisis The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom, un clásico moderno protagonizado por la princesa Zelda (Switch)

La princesa de la leyenda protagoniza una divertidísima aventura capaz de aunar con maestría las fórmulas más tradicionales de la saga de Nintendo con la libertad que ha caracterizado a sus últimas entregas.
Análisis de versión Switch.

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom es una aventura que nos ha hecho felices por muchos motivos. Podríamos comentar lo mucho que nos ha gustado tener por fin una entrega canónica de la saga protagonizada por la princesa titular, lo fascinante que nos han resultado sus ingeniosas mecánicas, el diseño tan cuidado e inteligente de sus mapas y puzles o lo precioso que es a nivel audiovisual, pero, sin duda alguna, lo que más ilusión nos ha hecho es que su llegada confirma el deseo que hay en Nintendo de seguir compaginando los Zelda 3D más modernos, grandes y ambiciosos con proyectos más pequeños, modestos y experimentales en los que sigue habiendo espacio para la clásica perspectiva aérea 2D que definió los inicios de la serie.

Sí, Breath of the Wild y Tears of the Kingdom son increíbles, pero a veces el cuerpo también nos pide volver a los clásicos con títulos más centrados, recogidos y directos, y esta nueva entrega viene a llenar ese hueco deleitándonos con todo un juegazo que si de algo puede presumir es de divertir de principio a fin.

En busca de Link

De este modo, su historia nos narra cómo el reino de Hyrule está siendo consumido por unas extrañas fallas interdimensionales que están apareciendo por todas partes, tragándose sus estructuras y hasta a sus habitantes. Para colmo de males, esta vez Link no está aquí para salvar el día, así que nos toca ponernos en la piel de Zelda para emprender un gran viaje en busca de respuestas que nos lleve a descubrir la verdad que se oculta tras este extraño fenómeno y la forma de detenerlo.

Zelda por fin protagoniza su primera aventura canónica para demostrar por qué es la portadora de la Trifuerza de la Sabiduría.

No vamos a dar más detalles para evitaros destripes innecesarios, aunque sí que os vamos adelantando que este no es un juego que vayáis a jugar precisamente por su historia, ya que adolece de un relato extremadamente simple y sencillo incluso para los estándares de la saga. Aporta algunos detalles curiosos y reveladores para los más fans, pero no es un guion que nos haya generado demasiado interés ni siquiera con las pequeñas subtramas de cada una de las regiones que visitamos.

Dos poderes, infinidad de posibilidades

Por suerte, una vez estamos a los mandos el juego es todo lo contrario, ofreciéndonos una estupenda aventura en la que la exploración y los rompecabezas llevan la voz cantante, pero donde también hay espacio para la acción y los enfrentamientos contra monstruos de todo tipo.

A pesar de tener la cámara aérea como las entregas clásicas de la saga, a nivel mecánico y jugable es un juego muy moderno y actual.

Su estructura recuerda mucho a la de los Zelda de antaño, con un gran mapa para explorar, una historia que marca nuestros pasos y, por supuesto, mazmorras clásicas de las de toda la vida en las que buscar llaves y poner a prueba nuestro ingenio y habilidad. Sin embargo, esto es un juego de 2024 y como tal, también bebe de los últimos avances que ha hecho la serie, lo que se traduce en una libertad mucho mayor para decidir nuestro camino y en puzles que pueden resolverse de infinidad de formas distintas.

El resultado final es un juego que aúna lo viejo y lo nuevo a la perfección, tomando lo mejor de dos mundos para dar forma a una odisea en la que la mayoría de límites los va a imponer nuestro ingenio y creatividad a la hora de resolver situaciones. Es cierto que muchas veces nos vamos a dar de bruces con lugares en los que no vamos a poder hacer nada hasta que activemos su correspondiente evento de historia o de misión secundaria, pero el título abre su mapa rápidamente para que podamos explorarlo casi en su totalidad desde el principio, por no hablar de que hay un par de momentos de la trama en los que nos dejan decidir el orden en el que queremos afrontar las siguientes mazmorras.

El secreto de esta libertad de la que os hablamos reside en las propias habilidades de Zelda. Aunque existe un medidor de energía que podemos rellenar para adoptar temporalmente las habilidades de Link y ponernos a repartir espadazos, aquí nuestras herramientas principales son las réplicas y los vínculos.

Gracias a un báculo mágico que nos proporciona un misterioso ser llamado Tri, podemos memorizar cualquier objeto que emita un brillo dorado. Al hacerlo, se nos abre la posibilidad de crear réplicas de los mismos, lo que incluye rocas, muebles, camas elásticas, jarrones y mucho más. Dependiendo del objeto que intentemos replicar, tendrá un coste de energía mayor o menor que se representa con los triángulos dorados que porta Tri, un límite que se puede aumentar y con el que tenemos que jugar constantemente durante toda la aventura. Eso sí, una vez destruyamos o disolvamos una réplica, recuperaremos su coste de energía.

Como podréis intuir, cuantos más objetos memoricemos, mayores serán las herramientas que tendremos a nuestra disposición para avanzar y resolver situaciones, lo que invita a explorar con tal de encontrar nuevos elementos con nuevos usos que podamos replicar. No en vano, tener o no ciertas réplicas puede facilitar o dificultar considerablemente un mismo puzle y si bien siempre tendremos cerca algo que nos ayude a superar un obstáculo para que nunca se produzcan bloqueos, nuestra forma de jugar y de pensar va a variar mucho según lo que hayamos conseguido hasta ese momento, llevándonos a veces a dar con soluciones tan creativas como retorcidas y satisfactorias.

Y ojo, ya que todo esto que estamos explicando también se aplica a los enemigos. Al derrotar a una criatura, la podemos memorizar para crear réplicas suyas y usarlas contra otros monstruos, teniendo aquí nuestra arma más poderosa para combatir e incluso para resolver algún que otro rompecabezas bastante ingenioso.

La habilidad de crear réplicas no ha dejado de sorprendernos durante todo el juego. Siempre encontrábamos nuevas formas de sacarle partido.

Llegados a este punto, probablemente estéis pensando que una mecánica como esta tiene el peligro de "romper" el juego con facilidad si damos con ciertas combinaciones de réplicas, aunque todo está estudiadísimo para que este tipo de cosas rara vez se produzcan, ya que hay montones de situaciones distintas en las que nuestras estrategias anteriores no siempre nos van a funcionar, obligándonos a hacer uso de nuevos objetos y monstruos.

Eso sí, esto no quita que del más de centenar de réplicas que podemos conseguir no hayamos usado ni la mitad, ya que muchas tienen propiedades y usos demasiado parecidos y en los primeros compases resulta sencillo obtener algunos artículos que son muy útiles durante todo el juego y que se convierten en la base para numerosas soluciones.

Además del poder para crear réplicas, Zelda también puede vincularse con otros objetos y criaturas para que estos imiten sus movimientos, lo que nos permite mover con facilidad multitud de objetos a distancia para recolocarlos, una habilidad que usamos constantemente y a la que tenemos que sacar partido de formas muy sorprendentes y creativas. Hasta tiene aplicaciones de lo más interesantes durante los combates.

La habilidad de vinculación también tiene usos muy prácticos en los enfrentamientos.

Este vínculo también lo podemos invertir para que sea la princesa quien imite los movimientos del objeto o ser con el que se haya vinculado, aunque esta es una habilidad a la que, sinceramente, no le hemos sacado casi ningún partido más allá del tutorial y un par de situaciones muy concretas, por lo que nos ha dejado con la sensación de estar totalmente desaprovechada.

Como veis, a nivel mecánico Echoes of Wisdom es un juego muy sencillo e intuitivo que con tan solo un par de poderes nos da una libertad inmensa para combatir, resolver problemas y dar rienda suelta a nuestra imaginación, ingenio y creatividad, lo que acaba resultando en una experiencia a los mandos increíblemente divertida que siempre nos anima a experimentar y probar cosas nuevas.

El exquisito diseño de Hyrule

Por suerte, las buenas noticias no acaban aquí, ya que todo este deleite jugable se ve arropado por un diseño de niveles espectacular. Lo que más destaca es, sin duda, la propia Hyrule, un mapa con una extensión similar a lo visto en títulos como A Link to the Past que nos ha sorprendido muchísimo con su densidad y verticalidad.

El mundo no está dividido en cuadrículas como en las entregas clásicas. Gracias a esto, el mapa está mejor unificado y las transiciones entre zonas resultan más naturales.

Cada palmo del escenario suele esconder algún secreto, sorpresa o reto para que nunca nos aburramos y la exploración sea divertida. Ya sea un cofre, un cuarto de corazón, rupias, materiales para mejorar las armas de Link, accesorios para equiparnos, sellos, minijuegos, misiones secundarias o nuevas réplicas, el título se las apaña para tener siempre algo que ofrecernos independientemente del lugar al que vayamos.

Además, no se trata solo de andar y encontrar cosas, sino que no hay un solo momento en el que no nos estén poniendo a prueba para que tengamos que usar las réplicas constantemente, con pequeños desafíos, situaciones y rompecabezas que mantienen a nuestras neuronas activas.

Por si no fuese suficiente, hay muchísimas cuevas que funcionan a modo de minimazmorras, los escenarios juegan bastante con los distintos niveles de altura y hay unas brechas que nos llevan a un mundo oscuro y retorcido en el que el "plataformeo" se compagina con mucho acierto con la resolución de puzles. Y ojo, ya que es la entrega de la saga que más provecho saca a los momentos 2D de desplazamiento lateral, los cuales son muy numerosos y ayudan a aportar variedad al cambiar la perspectiva y, por tanto, nuestra manera de pensar.

Hay puntos de viaje rápido por todos lados, incluso dentro de las mazmorras, así que navegar por el mundo es una experiencia muy amena y ágil.

Como decimos, la Hyrule de Echoes of Wisdom es uno de los mejores mapas que nos ha dado nunca un título 2D de esta legendaria serie, haciendo de nuestro periplo una aventura constante en la que es imposible aburrirse. Sumadle esto a una sensación de progreso fantástica y a unas mecánicas maravillosas, y os resultará fácil entender por qué nos lo hemos pasado tan bien explorando este mágico reino.

Unas mazmorras muy entretenidas, pero un par de peldaños por debajo de las grandes de la saga

Por supuesto, las mazmorras siempre han sido uno de los pilares principales sobre los que se han sustentado las entregas clásicas de la saga y aquí vuelven a reclamar su protagonismo, proponiéndonos unos laberintos repletos de enemigos, acertijos, cofres, obstáculos y puertas cerradas que culminan con una batalla contra un gran jefe.

El movimiento en esta entrega es totalmente tridimensional, por lo que no está limitado a 8 direcciones.

Aquí nos encontramos con una de cal y una de arena, ya que las que hay en la primera mitad de la aventura nos han parecido un tanto decepcionantes: demasiado lineales, sencillas y básicas. Es prácticamente imposible perderse por ellas incluso sin mapa y al final la sensación que nos han dejado es la de avanzar por una sucesión de salas superando los retos de cada una y poco más. Sí, son entretenidas porque, una vez más, las mecánicas del juego son divertidísimas y los puzles, aunque facilones, están bien planteados, pero nos cuesta esconder que quizá esperábamos algo más.

Por suerte, hay una mejora sustancial en la segunda mitad, con dos mazmorras en concreto que nos han parecido realmente buenas y una tercera muy decente, pero no esperéis encontrar en ninguna de ellas algo que pueda competir con las mejores que ha dado la serie, como la Torre del Águila de Link’s Awakening o la tripa de Jabu-Jabu en Oracle of Ages.

Otro punto que nos ha dejado un tanto decepcionados son los jefes, unos enemigos que, a pesar de tener una buena puesta en escena, cuentan con unos patrones muy repetitivos y unos puntos débiles muy obvios que convierten las batallas contra ellos en una mera rutina que no consigue variar ni con sus cambios de fase.

No serán las mejores mazmorras de la saga, pero son muy entretenidas y amenas.

Entre otros problemillas, también destaca un sistema de fijado que no termina de funcionar del todo bien y que da muchos problemas para apuntar al enemigo u objeto que queremos, así como una interfaz para seleccionar réplicas heredada de Tears of the Kingdom que en este caso se hace muy engorrosa, ya que vamos a tener que abrirla con muchísima más frecuencia para navegar por una lista interminable de objetos y monstruos. Hay algunas opciones de filtro para ordenarla, pero se antojan insuficientes y se echa de menos la posibilidad de diseñar listas personalizadas entre las que alternar.

Por su parte, los minijuegos que nos hemos encontrado tampoco es que nos hayan parecido especialmente apasionantes, las misiones secundarias son encargos un tanto flojos y básicos (quitando unas poquísimas que nos llevan a adentrarnos en unas mazmorras y fallas opcionales de lo más interesante) que casi nunca tienen un mínimo de chicha argumental y la introducción de un caballo sobre el que podemos cabalgar acaba relegado a algo completamente anecdótico que aporta muy poco, tanto por lo durillo de su control como por el propio diseño del mapa, el cual no se adapta demasiado bien a ir sobre una montura.

Eso sí, tenemos que aplaudir la existencia de una arena en la que nos proponen superar unos desafíos de combate a contrarreloj con una serie de condiciones específicas. Son retos muy divertidos, estimulantes, bien diseñados y que nos obligan constantemente a adaptarnos para encontrar la forma de conseguir la mejor marca. No hay pocos, pero son tan buenos y creativos por la manera en la que nos hacen usar las réplicas que nos hemos quedado con ganas de muchos más.

Hay bastantes secretos y desafíos opcionales esperando a quienes decidan ir a por el 100 %.

En total, llegar al final jugando a un ritmo tranquilo es algo que debería llevaros entre 15 y 20 horas, mientras que si aspiráis a completarlo todo al 100 % la cifra se puede elevar fácilmente a las 25 o 30 horas, una duración que nos parece perfecta.

Una aventura preciosa

A nivel audiovisual también es un juego que enamora al recuperar el particular estilo artístico que tuvo el remake de Link’s Awakening, lo que le confiere a todo un aspecto de maqueta y juguete que le sienta de fábula, con personajes cabezones y muy expresivos. Los escenarios están muy cuidados y detallados, las animaciones son geniales, los modelados están bastante conseguidos y hace gala de muy buenos efectos visuales. Además, la imagen es bastante nítida tanto en portátil como en sobremesa. En líneas generales estamos hablando de un título precioso, aunque no podemos obviar que el rendimiento en exteriores es un tanto irregular. Nunca llega a ser del todo molesto, pero es algo que tenemos que comentar, ya que las bajadas en la tasa de imágenes por segundo, aunque leves, son muy frecuentes.

En términos audiovisuales es un juego que enamora.

El sonido nos ha sorprendido con una banda sonora que se aleja de los temas épicos habituales de la saga para ofrecernos unas melodías instrumentales mucho más relajadas, suaves y ambientales, pero no por ello de menos calidad. Además, introduce y remezcla cuando menos nos lo esperamos las notas de algunas de las composiciones más icónicas de la serie, aportando un profundo significado a ciertos temas que encantará a los fans. Los sonidos, por su parte, igual de reconocibles que siempre.

Conclusiones

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom es una aventura sobresaliente y con un sabor muy especial que nos ha recordado tanto a las entregas clásicas de la saga como a las más actuales, recuperando sus fórmulas tradicionales y sazonándolas con la libertad que ha caracterizado a sus últimos juegos. Dos maneras distintas de entender esta legendaria serie que aquí se reconcilian para dar forma a un título más pequeño y compacto que quizá no aspire a revolucionar la industria ni a elevar a los videojuegos como medio, pero con el que resulta imposible aburrirse.

Precioso en lo audiovisual, ingenioso y creativo en lo mecánico y con un diseño inteligentísimo, el primer viaje canónico en solitario de la icónica princesa es toda una delicia que no debería ser tratada como un spin-off, sino como una digna y auténtica entrega principal de una serie que no ha dejado de recordarnos, juego tras juego, por qué es leyenda.

Hemos escrito estas impresiones gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Nintendo.

Redactor

NOTA

9

Puntos positivos

Los poderes de crear réplicas y vínculos nos abren infinidad de posibilidades y dan pie a puzles muy interesantes.
El magistral diseño de Hyrule.
Precioso en lo audiovisual.

Puntos negativos

Las mazmorras están un par de peldaños por debajo de las mejores entregas 2D de la serie.
Los jefes.
El rendimiento en exteriores.

En resumen

Una divertidísima aventura con un diseño muy inteligente e ingenioso que sobresale por las enormes posibilidades que nos abren sus mecánicas principales.