Análisis Oddworld Munch's Oddysee, el clásico de Xbox regresa con una nueva adaptación (Switch)
Ha llovido mucho desde que el equipo de Oddworld Inhabitants nos sorprendiera con uno de los juegos de culto más llamativos de la primera PlayStation, Oddworld: Abe’s Oddysee. Esta aventura en 2D de puzles y elementos plataformeros gozaba de un protagonista muy particular y carismático, un sensacional diseño de niveles, una narrativa bastante interesante y una realización técnica muy notable en general. Su éxito convirtió a dicha producción en una saga, dando lugar a diferentes entregas que fueron llegando a distintos formatos… algunas rodeadas de cierta polémica. Y esto último es justamente lo que sucedió con la versión original del título que nos ocupa, Oddworld: Munch’s Oddysee, dado que si bien dicha obra fue anunciada en su día para aparecer en PS2, finalmente fue la primera Xbox la que se llevó el gato al agua. Una jugada que no le salió especialmente bien a Microsoft debido a un punto importante: la calidad que poseía el título en global.
El listón de calidad que habían establecido las dos primeras entregas de esta serie, el citado Abe’s Oddysee y su secuela Abe’s Exoddus, hicieron pensar a todos sus seguidores que con el salto a la nueva generación de consolas la franquicia iba, como poco, a mantener intactas sus cualidades jugables y mejorar más si cabe su nivel técnico.
Pero como todos sabéis desgraciadamente las cosas no marcharon como se esperaba y, sin ser una aventura mediocre, desde luego Munch’s Oddysee no consiguió satisfacer las expectativas que se habían generado sobre esta producción. Un paso atrás inesperado para una entrega que integró numerosos cambios, siendo el más destacado la transición a las 3D. Una aventura que ahora llega a Switch tras haber sido lanzada en multitud de formatos (móviles incluidos) y que se basa en la versión HD editada para PS3, PS Vita y otros sistemas.
Una transición a las 3D poco afortunada
Una de las principales características de esta entrega tiene que ver con la participación de un nuevo personaje controlable, Munch. Este ser, el último de su especie, se una a Abe en una historia tan bien narrada como las anteriores… y, por cierto, para los que sean nuevos en esta saga y quieran saber de qué va, al comienzo del juego es posible asistir a un extenso prólogo en vídeo en el que se explican las vicisitudes sucedidas previamente. Un detalle muy interesante que posee un defecto importante que además engloba a toda la aventura: todo el juego está en inglés, textos incluidos. Algo que no nos pilla por sorpresa porque ya lo padecimos en las ediciones HD aparecidas recientemente pero que no deja de incomodarnos, dado que si recordáis el juego original sí que estaba localizado a nuestro idioma, siendo justamente esta una de sus principales cualidades. Un trabajo más que estimable que, nuevamente, se ha quedado por el camino.
Dejando todo esto de lado, como muchos sabéis estamos ante una aventura de jugabilidad 3D en la que predominan los puzles, la exploración y las plataformas. Unos mimbres que deberían haber dado forma a un desarrollo más interesante del que realmente nos ofrece el título, dado que resulta un tanto irregular. Uno de los principales reclamos que posee esta producción es la dualidad de los protagonistas, dado que es posible ir alternando el control de Abe y de Munch durante gran parte del juego. ¿Y para qué? Pues para hacer uso de las habilidades únicas de cada uno, como la capacidad de nadar y bucear de Munch o la clásica aptitud especial de Abe de poder controlar la mente de los adversarios. Una característica que se exprime bastante a la hora de plantear los puzles.
También es necesario ir encontrando y guiando a otros personajes secundarios para que nos acompañen por ciertas áreas, siendo piezas clave para ir ganando el acceso a zonas previamente bloqueadas. También es necesario efectuar otras tareas como recolectar una especie de orbes verdes, usar unas máquinas expendedoras para mejorar algunas aptitudes de los personajes, sortear secciones plataformeras… Una vertiente jugable realmente diversa y, en teoría, entretenida que desgraciadamente no termina de funcionar por defectos más o menos importantes. De entrada, el seguimiento por parte de la cámara es mejorable y durante las zonas de plataformas nos juega malas pasadas. El control tampoco es que sea muy preciso y realizar acciones como por ejemplo sostener y lanzar a los Mudokons (los amigos de Abe) pueden acabar siendo un auténtico suplicio en algunas situaciones puntuales.
Aun así, lo peor de todo tiene que ver con el desarrollo en sí, el cual acaba resultando algo monótono al cabo de un tiempo. Y eso se debe principalmente a la reiteración de los puzles, que lejos de resultar interesantes, algunos acaban siendo demasiado rutinarios y poco inspirados. Por lo tanto y como podéis ver estamos ante una propuesta entretenida y que, posiblemente, podría haber acabado siendo mucho más interesante a poco que se hubieran pulido algunos de sus principales defectos. Pero el cambio tan brusco que experimentó esta saga en su día le pasó factura, lo cual se refleja de manera todavía más acentuada en esta entrega debido al impenitente paso del tiempo.
Algo similar a lo que acabamos de comentaros ocurre con su apartado visual. A pesar del salto generacional y de aterrizar en una consola muy potente como en su día fue la primera Xbox, lo cierto es que nunca se trató de un título demasiado impactante visualmente. Sus principales inconvenientes se centraban en lo vacíos que se mostraban algunos escenarios y en la pobre calidad de algunas de las texturas que recubrían los fondos. Bien, pues a pesar de su salto a la HD, los defectos que acabamos de señalaros siguen estando muy presentes, a lo que se suma el hecho de que, al tratarse básicamente de un título de hace 20 años pero en HD, se le notan mucho las costuras. Digamos que cumple pero nada más. Sin embargo la parcela sonora ha aguantado bastante mejor, y a pesar de que el doblaje en español se ha quedado por el camino, el que figura en inglés es bastante bueno y la banda sonora nos regala algunas melodías muy bien realizadas.
Una aventura curiosa pero mejorable
Como ya sucediera en diversos formatos precedentes a esta reedición destinada a Switch, estamos ante la que posiblemente sea la entrega menos interesante de la que conforma la clásica saga Oddworld. El cambio de las 2D al terreno tridimensional no terminó de hacer demasiado bien a un sistema de juego que se había mostrado más que interesante en sus ediciones previas, dando como resultado una jugabilidad demasiado irregular y lastrada por defectos más o menos trascendentes. Sigue siendo un juego recomendable para los fans de la saga y de la franquicia de Oddworld Inhabitants, pero hay opciones bastante más estimables dentro del catálogo de esta consola.
Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga enviado por Meridiem Games.