Análisis Mario vs. Donkey Kong, un buen remake de un clásico de GBA con el que poner a prueba nuestro ingenio y habilidad (Switch)
Game Boy Advance fue una portátil que tuvo una vida relativamente corta, pero durante el tiempo que estuvo entre nosotros antes de que llegase su relevo generacional con Nintendo DS fue capaz de armar un catálogo fantástico repleto de auténticas joyas. No en vano, estamos hablando de la consola en la que jugamos a obras de la talla de The Legend of Zelda: The Minish Cap, Wario Land 4, Metroid Fusion, Castlevania: Aria of Sorrow, Fire Emblem, Advance Wars, Mario & Luigi: Superstar Saga o las dos primeras entregas de Golden Sun, por mencionar tan solo unos pocos ejemplos.
Aunque estos son los nombres que suelen venirnos a la cabeza cuando recordamos esta mítica portátil, GBA también nos deleitó con un buen número de títulos que, a pesar de no ser tan populares, nos hicieron disfrutar bastante. Una buena muestra de ello la tenemos en Mario vs. Donkey Kong, una divertida aventura de puzles y plataformas con un sabor arcade de lo más clásico que volvía a enfrentar a estos dos iconos de los videojuegos como en los viejos tiempos.
No fue el mejor juego de la consola ni el más largo, pero su propuesta jugable, heredera espiritual del mítico Donkey Kong (1994) de Game Boy, se adaptaba de maravilla a la experiencia portátil, desafiándonos con unos niveles muy bien diseñados en los que era igual de importante nuestra habilidad como el uso de nuestra materia gris.
Funcionó lo suficientemente bien como para que Nintendo decidiese darle continuidad durante un tiempo con múltiples secuelas, aunque estas cambiaron tanto su jugabilidad que, a día de hoy, la entrega original sigue siendo única dentro de su propia saga.
Ahora, Mario vs. Donkey Kong regresa en pleno 2024 con un inesperado y fiel remake que nos ha recordado los buenos ratos que echamos con aquel cartucho hace ya 20 años, mejorando considerablemente al original con numerosas mejoras de calidad de vida y nuevos contenidos que no decepcionarán a quienes busquen saltos con un ritmo más pausado y sesudo de lo que suele ser habitual.
Puzles y saltos con aroma clásico
Así pues, nos tocará volver a acompañar a Mario en un viaje a lo largo de varios mundos mientras persigue a Donkey Kong para recuperar los Minimarios que ha robado, unos juguetes a imagen y semejanza del fontanero con el que el gorila se ha obsesionado tras ver un anuncio en la televisión. Con esta premisa argumental ya debería quedaros claro que la historia es lo de menos, ya que aquí venimos a brincar y a poner a prueba nuestra materia gris.
En líneas generales, se trata de un remake muy fiel en todos los sentidos, lo que se traduce en que se han mantenido los controles, las físicas y las mismas fases del original. Esto, de primeras, nos garantiza un buen juego que destaca, sobre todo, por su diseño de niveles, ya que todas las pantallas están muy bien estudiadas para divertirnos con una curva de dificultad perfecta y un equilibrio fantástico entre el "plataformeo" y la resolución de puzles, ya que ambos siempre van de la mano.
Sí, vamos a tener que saltar para evitar trampas, peligros y enemigos de todo tipo, pero también vamos a tener que buscar llaves y encontrar la forma de llevarlas hasta la puerta que abren, jugar con diferentes mecanismos y activar interruptores que van alterando el diseño de los niveles. Y todo ello mientras intentamos averiguar qué es exactamente lo que tenemos que hacer para llegar hasta nuestro objetivo.
Las fases son cortísimas y si las resolvéis a la primera no debería llevaros más de un par de minutos cada una, algo que se adapta de maravilla a sesiones breves. Además, el hecho de que siempre esté introduciendo nuevas mecánicas consigue que su desarrollo sea lo suficientemente variado como para que nunca nos aburramos y siempre tengamos que pensar de un modo distinto nuestras acciones.
Más allá de los niveles normales en los que nuestra misión será recuperar a un Minimario llegando hasta él, al final de cada mundo nos aguardan dos pantallas en las que cambia la tónica. La primera de ellas nos propone guiar a los Minimarios que hemos rescatado previamente por unos escenarios en los que deberemos recoger letras y llevarlos hasta una caja, unas fases muy divertidas inspiradas en Lemmings que son tan buenas que nos han dejado con ganas de más, ya que hay poquísimas de ellas a lo largo de toda la aventura. En cambio, la otra cara de la moneda la tenemos en los combates contra Donkey Kong, unas batallas muy desangeladas y carentes de creatividad que son, sin lugar a dudas, lo peor del juego.
Múltiples y agradecidas novedades
Como veis, todo sigue más o menos igual que hace 20 años, ya que no deja de ser, en esencia, el mismo juego. Sin embargo, este remake también trae bajo el brazo un buen puñado de novedades. La más destacable y la primera que salta a la vista la tenemos en su nuevo apartado audiovisual, el cual se ha rehecho por completo en 3D con mucho tino.
Admitámoslo, los sprites de la versión de GBA, renderizados de modelos tridimensionales, no eran especialmente bonitos y desentonaban un poco, por lo que este cambio le ha sentado de fábula, haciéndolo mucho más atractivo para la vista. No es que sean ningún portento técnico, pero sí que cuenta con buenos modelados, animaciones muy cuidadas y unos escenarios que, a pesar de su simpleza, son agradables, coloridos y muy legibles. Y todo ello acompañado de un rendimiento sólido y una imagen muy nítida tanto en portátil como en sobremesa.
De igual modo, la banda sonora cuenta ahora con unos arreglos instrumentales fantásticos que suelen destacar, sobre todo, por su decidida apuesta por el jazz, ambientando con mucho acierto cada nivel con piezas tranquilas que nos ayudan a pensar y evitan que nos distraigamos. Los efectos han recibido el mismo tratamiento y, como curiosidad, Mario en este juego vuelve a ser interpretado por Charles Martinet, el icónico actor que tras prestar su voz al personaje desde Super Mario 64, fue sustituido el año pasado en Super Mario Bros. Wonder, lo que nos lleva a pensar que Nintendo terminó este remake hace ya un tiempo se lo ha guardado hasta ahora.
La otra gran novedad la tenemos en la inclusión de dos mundos completamente nuevos, los cuales hacen gala de una serie de ingeniosas mecánicas que nos han gustado muchísimo por el tipo de situaciones que plantean y la forma en la que nos obligan a usar nuestra materia gris para superarlos. Es más, estas fases nos han parecido las mejores de todo el juego y nos han hecho creer que quizá habría sido mejor apostar por una entrega completamente nueva en vez de por un remake, ya que desbordan calidad.
Aunque no sea algo nuevo como tal, también conviene destacar que una vez terminamos la aventura principal, la historia continúa y nos lleva a volver a rejugar todos los mundos con un nivel de dificultad muy superior, momento en el que se introducen también nuevas mecánicas que van a cambiar nuestra manera de pensar. Esto ya ocurría en el original, aunque ahora también hay que sumarles las versiones difíciles de los nuevos niveles que se han incluido, las cuales os aseguramos que son todo un desafío.
Hablando de desafíos, el sistema de puntuación de la versión de GBA se ha eliminado por completo, lo que afecta al sistema de desbloqueo de los niveles Experto, los más complicados de toda la aventura, algo que no nos ha terminado de convencer, pero que entendemos que se ha hecho para simplificar las cosas un poco. Ahora, para acceder a estas fases únicamente tendremos que acumular estrellas, las cuales se obtienen al superar una pantalla consiguiendo los tres regalos que hay en cada una. Es mucho más sencillo y accesible, pero creemos que le quita algo de reto y rejugabilidad.
Lo que sí que nos ha parecido un acierto es que, a cambio, se haya introducido un modo contrarreloj en el que deberemos intentar superar cada fase batiendo el tiempo que nos indiquen, lo que amplía considerablemente la vida útil del juego a poco que queramos completarlo al 100 %. De igual modo, se ha añadido un divertido modo cooperativo local para dos jugadores que añade algunas modificaciones a los niveles para obligarnos a cooperar, lo que se presta a darle un par de vueltas a la aventura tanto en solitario como en compañía.
También nos toca aplaudir la eliminación del anodino minijuego de bonificación del original, el cual se ha sustituido por unas fases especiales en las que debemos perseguir una llave que va dando vueltas por el escenario, lo que nos ha parecido considerablemente más divertido. Además, su aparición es mucho más esporádica, por lo que no rompen tanto el ritmo de la partida. Y hablando de romper el ritmo, los tutoriales son mucho menos invasivos en esta ocasión y nos enseñan a jugar de un modo más orgánico. Otra novedad de la que no nos podemos olvidar es del nuevo modo "Relajado", un nivel de dificultad mucho más bajo que añade puntos de control y nos permite recibir más de un golpe antes de morir.
Antes de concluir este análisis, una cosa que nos gustaría aclarar es que la aventura principal como tal es cortísima. Superar las versiones normales de sus 8 mundos es algo que no debería llevaros más de 4 horas, por lo que toda su duración se basa en intentar completarlo todo, algo que deberíais tener en cuenta antes de lanzaros a por él.
Conclusiones
Mario vs. Donkey Kong ha resultado ser un buen remake de un clásico un tanto infravalorado de GBA. Una buena puesta al día de un título de puzles y plataformas muy bien diseñado, divertido, desafiante y entretenido que ahora se beneficia de un nuevo y bonito apartado gráfico, la inclusión de dos mundos geniales, nuevos modos muy acertados y varias mejoras de calidad de vida. No vamos a negar que hemos echado un poco de menos el sistema de puntuación del original y que si solo buscáis llegar a los créditos se os puede quedar muy corto, pero si os apetece saltar y poner a prueba vuestro ingenio en un título que vaya al grano y se amolde bien a partidas cortas, aquí encontraréis justo lo que buscáis.
Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga que nos ha ofrecido Nintendo.