Análisis Just Dance 2026 Edition, el baile más divertido... aunque algo descompasado (Switch, PS5, Xbox Series X)
Alt: Análisis de Just Dance 2026 Edition: La fiesta más divertida en la que sigues fallando pasos
Just Dance 2026 Edition llega con nuevas canciones, un puñado de modos inéditos y la intención de modernizar su propuesta con la tecnología y las tendencias actuales. Sin embargo, pese a los esfuerzos, sigue arrastrando algunos pasos en falso que impiden que brille tanto como debería.
La coreografía de siempre
Just Dance 2026 Edition mantiene intacta la esencia que ha hecho tan popular a la saga: coger el mando —o el móvil y usar su cámara, una interesante novedad ahora disponible de manera oficial que nos permite jugar como en la época de Kinect—, seguir los movimientos del bailarín en pantalla y tratar de no parecer un muñeco de trapo en el intento.
El juego incluye más de 40 canciones nuevas, con éxitos recientes como Espresso de Sabrina Carpenter o Lose Control de Teddy Swims, y clásicos actualizados que siguen garantizando diversión inmediata.
La gran novedad está en el «Modo Party» cooperativo, donde cada sesión incluye canciones cortas y retos, como las reglas del juego «Simón dice» y distracciones visuales, y se puede jugar en solitario o con hasta seis jugadores. Estos desafíos, combinados con el nuevo sistema de progresión y recompensas, intentan aportar algo de frescura a una fórmula que, por momentos, empezaba a sonar demasiado repetida. Además, los entrenamientos personalizados del modo homónimo han sido revisados y permiten crear rutinas con objetivos específicos de tiempo, intensidad y calorías, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes usan el juego como forma de ejercicio.
Pese a estas mejoras, el núcleo jugable sigue siendo exactamente el mismo. La detección de movimientos —ya sea con el móvil o los mandos— continúa siendo inconsistente, y aunque Ubisoft ha afinado ligeramente el sistema, sigue habiendo discrepancias entre lo que hacemos y lo que el juego interpreta. En fiestas no importa, pero a la larga puede frustrar a los jugadores más competitivos o a quienes buscan mejorar su técnica.
Menos contenido exclusivo, más conexión
Uno de los cambios más notables de esta edición es la fusión con Just Dance+, el servicio de suscripción que da acceso a cientos de canciones de entregas anteriores. Ahora se integra directamente en la interfaz, como si fuera una extensión natural del juego base, con menús más rápidos y sin los tiempos de carga innecesarios que lastraban las versiones previas.
El problema, claro, es que la mayoría de los grandes temas están en ese catálogo premium. De las 40 canciones nuevas, muchas son apuestas arriesgadas, centradas en artistas emergentes o temas virales de TikTok, mientras que los clásicos más reconocibles están bloqueados tras la suscripción. Esto hace que el juego base se sienta más como una puerta de entrada al servicio de pago que como una experiencia completa en sí misma.
En cuanto a los modos de juego, Just Dance 2026 Edition elimina algunos experimentos del pasado (como los cortos narrativos o los eventos temáticos) y apuesta por una estructura más directa: bailar, competir y subir de nivel. Funciona, aunque se echa en falta algo del encanto caótico que hacía especial a entregas como las de Wii U o PS4.
Un espectáculo de luz, color y energía
Audiovisualmente, Just Dance 2026 Edition es un auténtico festival. Las coreografías son más variadas y cinematográficas que nunca, con escenarios que parecen vídeos musicales en miniatura. Los bailarines digitales lucen trajes espectaculares, los fondos están llenos de efectos visuales sincronizados con la música y todo se mueve a 60 imágenes por segundo, sin caídas perceptibles ni en consolas ni en PC.
El apartado sonoro, obviamente, es el rey aquí. La mezcla de estilos —pop, electrónica, K-pop, reguetón, rock y hasta música alternativa— logra un equilibrio que pocos juegos musicales consiguen. La sensación de energía y positividad es contagiosa, y es fácil dejarse llevar por la música incluso cuando el cuerpo ya pide descanso, sobre todo, como decimos, cuando jugamos con amigos.
Una fiesta que sigue siendo divertida
Después de tantos años, es difícil reinventar una saga tan establecida como Just Dance. Ubisoft parece consciente de ello y ha optado por refinar en lugar de revolucionar. El resultado es un título sólido, muy divertido en compañía y perfecto para fiestas o sesiones de ejercicio, pero que difícilmente sorprenderá a quienes llevan bailando desde 2009. Al final, Just Dance 2026 Edition logra lo más importante: hacerte sonreír mientras te mueves. Puede que sus novedades no sean revolucionarias, ni su modelo de suscripción sea del gusto de todos, pero sigue siendo una de las experiencias más accesibles y alegres del videojuego actual.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch 2 con un código de descarga proporcionado por Ubisoft.