Análisis Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons, una ligera vuelta de tuerca al género (Switch, PC, PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S)
No nos atreveríamos a decir que los beat´em up están viviendo una nueva época dorada, pero sí es verdad que los recopilatorios –por ejemplo Capcom Beat 'Em Up Bundle- y novedades como Streets of Rage 4, TMNT Shredder’s Revenge, Fight’N Rage, River City Girls o la reedición de Scott Pilgrim vs. The World: The Game dan bastantes opciones para todo aquel interesado en repartir gratuitamente puñetazos y patadas contra bandas de maleantes.
Double Dragon fue una de esas licencias míticas de finales de los 80 que vivió la cresta de la ola del género durante los 90: adaptaciones, secuelas, película animada e incluso de imagen real. Durante las dos últimas décadas hemos visto diversos remakes y reinvenciones, caso de Double Dragon Neon, pero la mayoría se saldaron con unas críticas más bien modestas. Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons de Secret Base es el nuevo regreso de Billy y Jimmy en una Nueva York devastada tras una guerra nuclear, consumida por el crimen. ¿Y quién mejor que ellos o alguno de los múltiples personajes jugables para barrer las calles de los clanes que se disputan la ciudad?
Año 199X. El mundo se ha desmoronado
La base de Double Dragon no difiere mucho en gameplay de lo que podríamos esperar de un beat´em up de toda la vida, pero es cierto que Rise of the Dragons pone sobre la mesa varias novedades, algunas interesantes y otras no muy acertadas.
Comenzando por lo más positivo, el combate es divertido y accesible: conseguirá enganchar a cualquiera que disfrute mínimamente con la acción que propone de un género en el que debemos dominar las estrategias contra los grupos de enemigos –buscar la mejor posición en pantalla- y ocasionalmente, sobre todo contra jefes y subjefes, las técnicas en un cara a cara. Por supuesto habrá personajes que pueden obtener armas de uso limitado pero muy potentes, nos enfrentaremos a enemigos con pistolas, drones, escenarios con algún tipo de trampa, etc. Los tópicos que nunca pueden faltar.
No tiene la profundidad de Streets of Rage 4, algo que sin duda será un defecto para quienes busquen un beat´em up más exigente en el aprendizaje o que prefieran un control similar a un versus, ya que los combos y habilidades especiales se ejecutan de manera muy sencilla. La dificultad por tanto no siempre viene por nuestra habilidad –o no- a los mandos, sino por la gestión de otros aspectos que le dan el toque que algunos jugadores han comparado con los roguelike –cogido con pinzas, pero se puede aceptar-.
Aquí empezamos a ver algunas características más peculiares de este Double Dragon. Por una parte su sistema de parejas, que nos facilita seleccionar a dos personajes de su plantilla –más de una docena-, muchos de ellos bloqueados de inicio. Cada uno dispone de sus movimientos especiales y estilos, así que tenemos una gran cantidad de combinaciones para cubrir cualquier situación; un luchador puede estar orientado al cuerpo a cuerpo, otro a golpes de área, al poder ofensivo, a arriesgar poco, etc. El cambio durante la partida es instantáneo y esto da bastante juego a practicar, encontrar la pareja que más nos gusta y en definitiva, a la rejugabilidad, necesaria para compensar las dos horas que nos llevaría una partida completa –naturalmente nos costará varios intentos, y la duración está en línea con otros beat’em up-.
De hecho, Double Dragon Gaiden está muy pensado para ser jugado en múltiples ocasiones, pero no por utilizar el sistema clásico de puntuaciones y una estructura lineal de fases como sucedía con los arcades. Tras seleccionar a nuestra pareja, podremos elegir libremente la banda a la que nos enfrentamos primero, y según superamos zonas, el resto amplía la duración y sube la dificultad de los enemigos. Es la mecánica típica de los Mega Man, y por tanto podrás despachar primero aquellas zonas o jefes que más problemas te causen antes de ver sus versiones más potenciadas –y conviene estudiar esto, porque hay importantes picos de dificultad según el líder que posponemos-.
Entre fases también conseguiremos dinero para adquirir mejoras para nuestros justicieros, que cubren desde lo más básico –aumentar salud- a mejorar ataques u otras ventajas pasivas. Las necesitarás porque nuestros primeros pasos son pan comido, pero a medida que progresas se perdonarán menos los errores, echarás más en falta los alimentos curativos –que siempre puedes conseguir con los KO a tres o más enemigos- y te cruzarás con rivales mejor preparados. Hay un ajuste de dificultad muy detallado para adaptar distintos aspectos –desde la agresividad a nuestra vitalidad-, pero a más facilidad, el precio de las fichas subirá.
Estas fichas son el incentivo real por terminar el juego en múltiples ocasiones. Con ellas se adquieren los personajes, arte, música y… consejos. El bucle jugable consiste en jugar, ganar dinero, acabar la partida o cancelarla para extraer el ahorro, cambiarlo por fichas y conseguir los desbloqueables. Si subes la dificultad quizás no llegues muy lejos, pero el dinero te permitirá comprar más fichas; con un juego más fácil, necesitarás jugarlo más veces porque el precio de las fichas es más costoso.
Double Dragon Gaiden es más entretenido que otros intentos por revivir la licencia que hemos visto durante pasados años, pero no está exento de algunos aspectos mejorables que lo ponen uno o dos peldaños por detrás de Streets of Rage 4 y TMNT. La escasa variedad de enemigos genéricos –no de jefes-, por mucho que cambien de aspecto acorde a la zona, termina haciéndolo un poco repetitivo; como suele suceder en estos casos, una vez aprendes la estrategia más conservadora contra los rivales sencillos no necesitarás exprimir todas las opciones del gameplay.
Por otra parte, nos gusta que las fases busquen un diseño un poco diferente al archiconocido "camina de izquierda a derecha y mata todo lo que se mueva" con algunos escenarios que ofrecen distintas alturas y fosos en los que caer –o empujar a los rivales- que lo acercan a un plataformas de acción, y se acierta cuando se ofrecen ligeros desvíos en la ruta. El problema es que la parte de saltos no es nada cómoda y menos cuando se nos pide un movimiento con profundidad. ¿Por qué añadir esto al juego cuando no lo necesitaba y no funciona demasiado bien?
Finalmente, el cooperativo siempre hace el tiempo con un beat´em up más divertido, pero se limita a local –si bien algunas plataformas disponen de Remote Play o Share Play para resolver esto-.
Unos gráficos coloridos, aunque pierde un poco de personalidad
Double Dragon Gaiden apuesta por un estilo gráfico alegre y cartoon, más cercano a Scott Pilgrim, el último TMNT o el Double Dragon en NES, que a las versiones originales en recreativos. Quizás la evolución natural habría sido algo cercano al Streets of Rage 4 o esa maravilla técnica moderna para Mega Drive, Paprium, con personajes de proporciones más realistas y una imagen más sucia que realmente mostrase el estado decadente de la ciudad. No diremos que es una mala decisión porque son gráficos bonitos, pero seguro que crea algo de polémica entre los fans más veteranos. Sin duda, la banda sonora con algunas revisiones de temas míticos tendrá un consenso más positivo.
Conclusiones
Al jugar y opinar sobre Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons es inevitable entrar en comparativas directas con algunos lanzamientos recientes, que además se encuentran entre los mejores beat’em up que se recuerdan. Si lo hacemos, este Double Dragon sale perdiendo: no está tan pulido como la competencia y hay unos cuantos apartados que no nos han convencido tanto como prometían, pero eso no significa que sea una mala actualización de la serie o que no ofrezca momentos entretenidos. Como mínimo, hay que agradecer los esfuerzos por probar una fórmula mínimamente diferente dentro de los "yo contra el barrio".
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código que nos ha proporcionado Dead Good PR.