Análisis Lost in Random, la fantasía de lo impredecible (PS5, Xbox Series X/S, PC, Switch, PS4, Xbox One)
Quien haya seguido la trayectoria de Zoink podrá ver una clara evolución en el tamaño de sus proyectos: juegos para móviles, los proyectos con personajes 2D Stick It to the Man! y el beat'em up Zombie Vikings, el plataformas 3D Fe –la primera colaboración del estudio con el programa EA Originals-, los puzles para realidad virtual de Ghost Giant y ahora Lost in Random, una aventura de acción que, como os contamos en nuestras últimas impresiones, bebe mucho de Alicia en el país de las maravillas –o su versión retorcida Alice: Madness Returns-, las películas de stop motion Pesadillas antes de Navidad, La novia cadáver o Coraline. Una fantasía sobre el viaje de una chica para recuperar a su hermana que se cuenta con ese toque oscuro que antaño tenían muchos cuentos infantiles, aunque sin cruzar la línea del terror.
La aleatoriedad rige tu vida
En el mundo de Azar todo se somete a las decisiones de una reina y el poder de su dado, con el que dicta el futuro de seis ciudades. Cuando los niños cumplen doce años la tirada del dado marca el destino de estos jóvenes: el uno representa el nivel social más bajo –y aquí es donde comienza nuestra historia- mientras que un seis supone que el niño servirá a la reina en el submundo más rico. Cuando llega el momento de Impar se desata la desgracia: sale un seis, lo que supone que se separará de sus amigos y familia, algo que nuestra protagonista, Par, no está dispuesta a aceptar. Luchando contra las normas establecidas, la niña comienza un viaje por los mundos de Azar para buscar a su hermana, y de paso, conocerá personajes insólitos, temibles enemigos y un aliado impagable: Dadelio, un pequeño dado mágico.
Todas estas referencias a la aleatoriedad no son gratuitas, marcan la historia Lost in Random –la lucha por ser dueños de nuestro futuro- y en cierta manera la jugabilidad, lo que en el fondo es el gran aspecto original de este título. Lo que tenemos es una aventura 3D donde para avanzar normalmente hay que resolver algún encargo de la población de las diferentes regiones que vamos visitando: un personaje accede a ayudarnos o dar una pista si antes resolvemos su problema, encontramos algún tipo de objeto, etc. Un desarrollo bastante típico al que se suman otras misiones opcionales en áreas no demasiado grandes pero sí un poco laberínticas –en este sentido decir que el mapa del juego la verdad es que no ayuda mucho a orientarse- y que se sustenta en el carisma de este mundo y la voz del narrador que siempre nos acompaña.
Este es sin duda el mejor apartado de Lost in Random: el microcosmos de criaturas extrañas propias de Tim Burton en barriadas y aldeas que reflejan cómo vive la gente de cada ciudad. Sin adelantar mucho más a lo que ya os contamos en el último avance, en el mundo del uno vive el estrato más bajo de la sociedad, mientras que en el dos sus habitantes tienen doble personalidad, en el tres hay una eterna guerra entre tres personajes y sus robots, el cuatro fue antaño una ciudad próspera, etc. Es un juego que apetece descubrir porque cada progreso nos trae una nueva criatura o habitante más absurdo que los anteriores, desde el duque que sólo responde a quien habla con impecables modales –para lo cual hay que aprender cortesía y seleccionar bien nuestros diálogos- a una especie de alcalde que busca la rima perfecta.
En los aspectos jugables Zoink podría haber optado por un sistema de acción y rol estilo Kingdom Hearts, pero ha preferido hacer que el aspecto aleatorio –o mínimamente aleatorio- sea el protagonista. Par y su dado se cruzarán con muchos enemigos durante el viaje, y al comienzo de las batallas empezará armada sólo con un tirachinas incapaz de dañar a los caballeros o monstruos. El quid está en un punto débil de estos enemigos, un cristal que irá cambiando de posición cada vez que es destruido con el tirachinas; golpea a suficientes rivales y podrás robar más cartas de un mazo, cartas que representan algún tipo de habilidad, arma o trampa que nos facilite derrotar a los enemigos. Eso sí, antes debemos tirar el dado que dará el valor máximo de las cartas que podemos utilizar en este turno.
Una vez pasado este trámite dispondremos de varias ventajas ofensivas y defensivas que van desde una espada, un potente martillo, un arco, la posibilidad de dañar con el tirachinas, preparar bombas, convertir a Dadelio en explosivo, escudos defensivos, curaciones y otras muchas opciones. La parte de acción es bastante sencilla, una vez armados es cuestión de golpear, esquivar o guiar a estos enemigos hacia las trampas que hemos preparado. A medida que avanzamos aparecerán versiones más peligrosas de los caballeros, criaturas voladoras, soldados con proyectiles, lanzas y más, pero el bucle jugable es siempre ese: dispara con el inofensivo tirachinas, tira el dado, selecciona la carta que más te conviene –o que tienes disponible- y limpia la zona.
Esto lógicamente viene acompañado de la compra de cartas y su obtención de diversas formas por el progreso en la historia. Lost in Random es bastante lineal pero ofrece varios secretos y oportunidades para conseguir la moneda con la que comprar más cartas. Puede que al principio todo esto parezca un poco más engorroso de lo que debería, pero es el pilar jugable en el que se basa, pues vamos a luchar una gran parte de nuestras horas -algo más de 10 para completarlo-: las arenas se cierran al estilo de un hack’n slash y hay pruebas especiales, como aquellas donde las tiradas del dado mueven un peón por un tablero y hay que alcanzar un objetivo, sea llegar a la casilla final, disparar unos cañones cuando pasa por una determinada casilla, huir de un muro y mecánicas del estilo.
El factor aleatorio juega un papel en el número del dado, pero no creemos que sea excesivamente determinante para la victoria. No es un título excesivamente difícil y casi siempre se pueden marcar distancias con los enemigos para tomar un respiro y disparar a los cristales. Se puede dar el caso de necesitar pociones curativas y no poder echar mano de ellas, o querer dañar a un monstruo volador sin armas a distancia, pero todo es cuestión de disponer de cartas para este tipo de situaciones.
Ahora bien, los combates presentan ese fallo al que apuntábamos en nuestro último artículo: se agotan relativamente pronto. "Lo bueno si breve…" y es que los combates suelen durar más de lo deseado por todo el proceso de robar cartas, gastar el uso de la espada o arco y vuelta a empezar. Los enemigos que aparecen en la batalla no siempre son todos, después llegará una o dos oleadas más, y los enfrentamientos son bastante habituales en ciertos tramos de la aventura. Que no se nos malinterprete: es un sistema entretenido que da ese toque personal a Lost in Random, pero con el paso de las horas comprobarás que no tiene más que ofrecer que alguna nueva carta y enemigos con más salud o peligrosidad, así que en los últimos mundos aparecerán tableros más grandes y en un número mayor.
Es una lástima que este aspecto empañe el resto de la experiencia, y es que la mayoría de encargos siempre se resuelven con combates. Unas pocas veces se trata de hablar con personajes o buscar algún coleccionable, pero casi siempre pasa por enfrentamientos que apenas traen alguna novedad. Unos combates mejor dosificados –por ejemplo más difíciles pero en un número menor- sin duda le sentarían mejor.
Explorando un cuento de fantasía
Como se puede ver en las imágenes, Lost in Random es una aventura que luce muy bien, con personalidad –aunque su inspiración es clara-. Sólo podríamos poner de pega que varios de sus mundos son de aspecto demasiado similar, aunque naturalmente siempre se puede achacar a una decisión para dar coherencia a Azar. Sin duda entra bien por los ojos y demuestra que aquellos estudios que empezaron con modestas producciones indie ahora cubren el mercado de los AA.
La banda sonora es de Blake Robinson, compositor de The Stanley Parable, mientras que las voces –en inglés con un marcado acento británico- son de un gran nivel. Nos llega con textos en español, así que nadie tendrá problemas para disfrutar de los diálogos.
Conclusiones
Lost in Random es sin duda el proyecto más ambicioso del equipo pero esto ha provocado que Zoink pierda un poco la perspectiva de algunos apartados. El mundo, personajes, aspectos audiovisuales son maravillosos, e incluso su planteamiento jugable es interesante en un primer momento; el fallo es que con el tiempo se ven más sus costuras. A falta de algún otro tipo de mecánica –no hay plataformas o puzles reales, el sigilo es anecdótico- los combates, que no aspiran a ser muy profundos, terminan por quemar la fórmula demasiado pronto. Hay muchos puntos positivos y sin duda para la mayoría compensarán las carencias, pero es una lástima que apenas necesitaría unos pequeños ajustes en el ritmo para hacer de esta aventura todavía más memorable.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS5 con un código que nos ha proporcionado Electronic Arts.