Análisis de Numantia (PS4, PC, Xbox One)
¿Espartanos? ¿Los irreductibles galos de los cómics de Astérix? No hay que ir muy lejos –o incluso a la ficción- para encontrar un pueblo que resistió durante un tiempo al asedio de una fuerza militar muy superior, en este caso el Imperio romano. Se trata de Numancia, pero la historia no es muy conocida fuera de nuestras fronteras y difícilmente llegará a la gran pantalla o los videojuegos si no es con un desarrollo nacional.
Por suerte el estudio madrileño RECOtechonology ha visto el potencial de esta historia para un juego de estrategia por turnos que se inspira en los eventos históricos de esta población que vivió en Garray, Soria. Numantia no te forzará a controlar a los numantinos, su campaña también se puede ver desde el punto de vista romano, lo cual también amplía la duración del juego.
El modo principal es dicha campaña, basada en hechos y personajes históricos de esta resistencia a lo largo de unas dos décadas. Comienza en el 153 a.C. en plena expansión de la República de Roma, y dependiendo de los protagonistas escogidos, la narración contará las victorias y derrotas bajo esa perspectiva.
Numantia utiliza un sistema de tablero con casillas hexagonales y el clásico sistema de desplazamiento de unidades por las celdas en una cantidad determinada. Dependiendo de las clases –más de 25 unidades reales-, podrán enfrentarse a enemigos en celdas anexas o incluso un poco más alejadas, así como desplazarse más lejos que otras o tienen una iniciativa superior.
Por ejemplo, los guerreros con honda se sitúan en la retaguardia y llegan a distancia con sus piedras, minando la salud de sus enemigos desde posiciones seguras. Otros, en cambio, no tendrán problemas en un enfrentamiento directo. También entran en juego los héroes legendarios, aquellos que destacan en sus estadísticas por encima del resto de soldados medios.
Junto a la barra de salud tenemos una de moral. Este valor se ve afectado lógicamente por el progreso del combate, y así por ejemplo al derrotar a un grupo de enemigos subirá. Sirve, por ejemplo, para consumir un poco y avanzar más lejos en nuestro desplazamiento, una ayuda extra que en ocasiones conviene gastar si eso te acerca un paso más a tus enemigos, ahorrando un turno de espera. También determina nuestra capacidad de daño, por tanto conviene tener al grupo en buen estado.
Lógicamente uno de los aspectos más importantes para conseguir la victoria está en buscar una buena colocación dentro del mapa, evitar pinzas que acaben con parte del ejército en pocos turnos y utilizar esas posiciones en nuestra ventaja, buscar flancos o la retaguardia de cada grupo.
Hay decenas de escenarios naturales para combatir, pero es una lástima que salvo las ligeras diferencias en ambientación –incluyendo tierras nevadas, campos o aldeas-, las partidas transcurran principalmente en suelo plano y con apenas un par de montículos o árboles dispersos por la zona. La estrategia habría ganado con una orografía más acentuada, aunque hay que mencionar que sí hay algunos mapas que permiten aprovechar cuellos de botella, como los puentes o las zonas estrechas entre edificaciones, pero no es lo habitual.
Pero Numantia no trata únicamente de los aspectos bélicos, también hay una interesante parte de gestión que es lo que da un sentido más real a la resistencia –o el acoso, según el bando- en uno de estos asentamientos. Entre medias de los combates podremos realizar intercambios en el mercado, conseguir nuevos soldados en los barracones, preparar su equipamiento y mejorar unidades, pero ten en cuenta que un personal mayor supondrá un aumento del gasto en recursos.
Los eventos que se suceden en estas fases intermedias no necesariamente derivan en conflicto, pueden tratarse de acuerdos diplomáticos o progreso en la historia –narrada con ilustraciones y voz en español-. También es posible tomar decisiones que influyen en las posteriores batallas con bonificaciones, así que no se trata de una mera sucesión de luchas.
Mencionar que dispone de un modo arena, para un jugador y con multijugador local. Basta con elegir el bando, mapa, nivel de dificultad y tus unidades para poner en práctica lo aprendido, o experimentar aquí lo que no te atreves a hacer durante la campaña. Aunque el fuerte se encuentra en el progreso a lo largo de los años de su modo principal, el versus resulta muy entretenido para competir con un amigo que también sea aficionado a Numantia –o la estrategia en general-.
En los aspectos visuales es donde más se hace notar la producción modesta. Las unidades están bien representadas y puedes ajustar la vista a casi ras de suelo, pero se echa en falta un poco más de personalidad general. Los mapas a veces pecan de ser un poco desangelados, una llanura con la arboleda en el horizonte. Teniendo en cuenta que vamos a pasar muchas horas en estas pantallas, no habría estado mal una mayor diferenciación entre campos.
El control con pad al principio se puede hacer un poco engorroso –en batalla e incluso durante la gestión-, pero al tratarse de un ritmo pausado no es algo que afecte demasiado a la experiencia. La música, por cierto, pese a que no siempre cobra protagonismo, tiene buena calidad.
Conclusiones
Numantia no es el juego de estrategia del año y hay claras limitaciones de un proyecto independiente, pero la parte jugable da la talla y el trasfondo que cuenta –desde las dos partes en conflicto- nos ha parecido más apasionante que una guerra de fantasía. La historia, contada así, también puede ser divertida.
Si bien el pad no es la manera más idónea para un juego de estrategia, la escasa competencia del género en consolas –salvando excepciones puntuales y un puñado de SRPG japoneses- hace que sea una buena opción para jugadores que deseen un juego de este tipo en su plataforma. ¡Vencer o morir son las únicas opciones del numantino!
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Dead Good Media.