Análisis Shady Part of Me, puzles y paz (PC, Xbox One, PS4, Switch)
Jugar con las sombras es algo que a la humanidad de la gustado desde tiempos inmemoriales. En los videojuegos, hemos visto multitud de ejemplos, que van desde Echochrome II a Shadowmatic. Hoy, un poco por sorpresa, nos llega un pequeño título independiente donde la luz es el camino para uno y la barrera para otro, y en el que tendremos que combinar las realidades de las dos protagonistas. Hablamos de Shady Part of Me.
Contraste
Shady Part of Me es un juego de puzles en dos y tres dimensiones, que recuerda, inevitablemente, a uno de los títulos con los que se estrenó PlayStation 4, Contrast. Aquí, nos encontramos con dos personajes, por llamarlos de alguna manera: una chica y su sombra. La chica se mueve a través de entornos tridimensionales, aunque con un diseño centrado generalmente en la progresión lateral, y la sombra hace lo propio en dos dimensiones sobre las proyecciones de los objetos que la rodean. Nuestro objetivo, como os podéis imaginar, es combinar las habilidades de ambas para poder progresar juntas.
Cada una tiene una peculiaridad: una no puede caminar por la luz y la otra, naturalmente, necesita la luz para existir. Ambos personajes pueden interactuar con el escenario, si bien tienen habilidades únicas. Por ejemplo, ambas pueden interactuar con palancas, pero la chica puede mover cajas y pulsar botones, y la sombra puede escalar y tapar unos interruptores en las paredes con su silueta. Obviamente, cada una tiene que colaborar con la otra, y nosotros tenemos que alternar el control –cosa que podemos hacer en cualquier momento– para que cada una haga su parte.
En general, los puzles son bastante sencillos. Con la chica tenemos que crear el camino de luz y sombras para que la silueta pueda avanzar, y con esta tenemos que generar un camino seguro de sombras para que la chica camine. Estos puzles suelen girar en torno organizar las «piezas» con las que jugamos, ya sean unas cajas, unas palancas o unos botones. Hay algunos muy, muy inteligentes, aunque la mayoría simplemente están bien; son correctos. Cumplen su cometido. Contamos, además, con un botón de rebobinado que podemos pulsar en cualquier momento para reintentar el puzle de nuevo y que nos parece genial. No es un juego en el que empezar desde cero si cometemos un error.
Hay una serie de coleccionables, casi una centena de palomitas de papel repartidas por los escenarios, y algunas de ellas son bastante difíciles de conseguir. Esto sirve como desafío adicional que, personalmente, os animamos a intentar completar si os gusta el género. Como decimos, la mayoría de puzles son sencillitos, y si vais a por todos los coleccionables vais a tener que pensar un poco más. De paso, podéis extender la duración, que en nuestro caso ha sido de unas cinco horas.
Más que luz y sombras
Más allá de los puzles, Shady Part of Me es un juego que quiere contar una historia de lucha mental. Creemos que, en cierto modo, es una aventura que deja un poco al jugador interpretar las batallas que sus protagonistas luchan, intentando derribar diferentes barreras, mentales y físicas, para escapar de lo que las limita y las bloquea.
Todo esto se representa a través de lo que jugamos, pero también a través de mensajes que aparecen en el escenario. Hay que reconocerle el mérito a los desarrolladores y traductores por encajar todos esos mensajes de manera natural. El resultado no es perfecto, pero funciona bastante bien y no podemos exigirle mucho más a un juego tan pequeño, hecho por ocho personas. También nos llega doblado al castellano, algo de agradecer.
Como curiosidad, nos ha parecido muy, muy pacífico y relajante. La música, la narración, el ritmo... Es una experiencia perfecta para tranquilizarse, para pensar sin tensión y para tomarnos nuestro tiempo para avanzar. Todo ello, envuelto en un apartado gráfico muy sencillo pero efectivo, que recuerda a dibujos pintados con acuarelas.
Escapando juntas
Shady Part of Me es un juego de puzles de ritmo pausado, con el que relajarnos y pensar sin agobios, que no hace nada demasiado revolucionario, pero lo hace bien. La mayoría de los puzles son sencillitos y lógicos, y si queréis algo más desafiante siempre podéis intentar conseguir su casi un centenar de secretos. En resumen, nos encontramos ante una aventura relajada y bonita, con una historia que acompaña con éxito su propuesta jugable, y que nos deja unas cuantas horas de entretenimiento.
Hemos realizado este análisis en PC con un código de descarga proporcionado por Focus Interactive.