Análisis El Shaddai: Ascension of the Metatron, un juego muy especial por primera vez en PC (PC)
Hay juegos que distan de ser redondos, con evidentes imperfecciones, pero que por una razón u otra logran ser recordados con el paso de los años, e incluso lanzamientos coetáneos más aplaudidos se olvidan más rápidamente. El Shaddai: Ascension of the Metatron es una de esas producciones AA –hoy pasaría por indie sin problemas- que, pese a contar con un público minoritario ha logrado que el tiempo lo convierta en una aventura de acción muy querida. No llegaremos al extremo de llamarlo juego de culto, pero desde luego que una década después su nombre aún aparece mencionado de vez en cuando. ¿A qué viene a cuento hablar de El Shaddai en pleno 2021? Porque tras su paso hace una década por PlayStation 3 y Xbox 360 nos llega ahora a PC.
Acción, textos bíblicos y un mundo impactante
Si bien no vamos a analizar de nuevo El Shaddai: Ascension of the Metatron, algo que ya hicimos en su momento, sí repasaremos algunas de las señas de identidad de este peculiar título que lideró Sawaki Takeyasu, un artista que había participado en Devil May Cry, Ōkami y Fatal Frame: Mask of the Lunar Eclipse o Project Zero 4. Tras este proyecto se encargaría de diseño de monstruos en Gravity Rush 2 –en concreto del episodio The Ark of Time: Raven's Choice-, de God Wars: Future Past y produciría el RPG The Lost Child, ambientado precisamente en el mismo universo de El Shaddai.
El Shaddai se encasilla en la aventura de acción en tercera persona, eso es innegable porque es el pilar jugable, pero también integra fases de plataformas 2D. Tan o más lineal que otros juegos del género y con pequeñas arenas de combate donde enfrentarnos a enemigos, pero al que aporta un envoltorio suficientemente original como para derrochar personalidad. Sí, en ocasiones se ha dicho que este juego tampoco es mucho más que un apartado gráfico bonito, pero creemos que los aspectos jugables cumplen sobradamente para una producción que en ningún caso busca rivalizar con los referentes del hack’n slash.
En primer lugar la obra de Ignition Tokyo toma de trasfondo el texto religioso del Libro de Enoc, un libro intertestamentario de la Biblia de la Iglesia Copta que de entrada supone un giro de 180º respecto a la temática oscura, barroca/urbana y demoníaca de Devil May Cry, incluso si la historia tratará sobre ángeles caídos, ángeles guardianes y la destrucción de la humanidad.
A nivel jugable su sistema de lucha permite combos rápidos, aunque no hasta el extremo de los juegos de PlatinumGames, que se basa en el uso de tres tipos de armas con fortalezas y debilidades: una especializada para distancias cortas, otra para lanzar proyectiles y otra de gran daño. Lógicamente cada una se adaptará mejor a un enemigo u otro, así que todo consiste en utilizar la herramienta adecuada contra las criaturas; también tendrán usos fuera del combate para romper obstáculos del escenario.
Esta jugabilidad probablemente decepcionará a quien busque algo parecido a la acción frenética porque aquí se trata más de utilizar estrategias, elegir prioridades y aprender la mecánica de piedra, papel y tijera. Hay otras características como es el deterioro de las hojas, que necesitan ser purificadas o intercambiadas por las que arrebatamos a los enemigos, probablemente la idea más original en el gameplay si bien no todos los jugadores lo recibieron bien.
El otro aspecto que destaca a El Shaddai sobre la media es su dirección artística. Muchos juegos más potentes en los apartados técnicos de 2011 han envejecido peor, mientras que el lanzamiento que nos ocupa es un espectáculo repleto de paisajes oníricos con arquitectura abstracta, cielos surrealistas, colores dinámicos, rayos láser y escaleras de cristal más propio de un juego firmado por Tetsuya Mizuguchi (Rez, Child of Light, Tetris Effect) que de un hack’n slash con inspiración religiosa y personajes de shōjo o manga juvenil para chicas. Un cóctel explosivo con paisajes celestiales, mundos extraídos de Tron y plataformas 2D con estética infantil que no se parece a casi nada que hayas podido ver, al menos en este género.
Eso no significa que El Shaddai: Ascension of the Metatron sea perfecto, ni muchísimo menos. Como hemos comentado anteriormente sufre algunas imperfecciones, ya sea la repetitividad de los enemigos, una recta final que puede saber a poco, ciertos saltos confusos en la exploración 3D por la posición de la cámara y una ejecución de sus ideas que en ocasiones falla un poco. No era una superproducción para los estándares de hace dos generaciones y eso se notó en una falta de pulido que habría hecho de este juego todavía más memorable.
Una versión para PC que mejora la resolución
El Shaddai en PC se podría calificar de una remasterización en el sentido más clásico. No aporta cambios en la jugabilidad y las opciones gráficas no pueden ser más simples, pero sin duda esta es la mejor versión para disfrutarlo. La resolución original en consolas estaba por debajo de los 720p, algo que no impedía que sorprendiese en todo momento gracias a una estética muy limpia, así que ahora podemos ver estos paisajes con más nitidez que nunca. El rendimiento en las antiguas plataformas tenía como objetivo los 60 fps pero alcanzarlo dependía del lugar o el número de enemigos de manera que era muy variable, un defecto que sobre todo tenía impacto en una respuesta inconsistente del control. Tratándose de un juego de acción esta estabilidad se agrade bastante.
Por lo demás, el juego para ordenador añade como contenido adicional la novela Lucifer's Fall Chronicles of Ceta pero quienes disfrutaron del original en consolas no encontrarán más contenido que justifique una nueva partida. Se debe jugar con mando porque no es compatible con teclado y ratón.
Conclusiones
Un combate basado en robar armas a los enemigos, un ritmo en ocasiones irregular o la frustración con el control en algunas de sus fases son defectos que unos gráficos preciosos, una banda sonora estupenda y unos personajes carismáticos no ocultan totalmente. Esto era así en el original y se mantiene con el salto a PC, que a efectos prácticos sólo mejora resolución y tasa de framerate. Pero con todo, El Shaddai es un juego que tiene más alma que otras producciones más frías y menos arriesgadas. El Shaddai: Ascension of the Metatron no deja indiferente, y si aún no lo has probado, este es el mejor momento para definir tu opinión.
Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado PR Hound.