Análisis DAVE THE DIVER, una de las sorpresas imprescindibles de 2023 (PC, Switch, PS5, PS4)
Es fácil perder el hilo de los lanzamientos indies con la oleada de novedades más comerciales y de renombre, sobre todo en un 2023 cargado de juegazos. Pero si hay un título pequeño que podríamos incluir en la categoría "el mejor juego que seguramente no estás probando" ese es Dave the Diver, una curiosa aventura de submarinismo que viene de Corea del Sur y que a finales de junio se convirtió en uno de los más vendidos de Steam, con un importante número de jugadores simultáneos, de espectadores en Twitch, y casi 20.000 valoraciones "extremadamente positivas" en Steam. Un logro conseguido sin campaña publicitaria, sólo las buenas reacciones durante su fase de acceso anticipado.
Dos grandes aventuras en un mismo juego
¿De qué va exactamente Dave the Diver para enganchar a tantos jugadores? La premisa no puede ser más sencilla: somos Dave, un experto submarinista que es llamado para trabajar en un bar de sushi cerca de la Fosa Azul. Nuestra tarea principal consiste en explorar las aguas para conseguir pescados que sirvan para mantener a flote los ingredientes del local, pero esa es sólo la ocupación por el día; por la noche, llega el momento de gestionar el bar. Una idea que viene ni más ni menos de la experiencia de su director al conocer un bar japonés de estas características. Llega con textos en español, así que no hay ninguna disculpa para no disfrutar de sus ingeniosos personajes.
A simple vista tendríamos un sencillo e inofensivo juego de submarinismo con mecánica roguelike –el fondo marino cambia con cada zambullida- que nos hace cumplir una serie de objetivos con cada inmersión, desde conseguir cantidades de un tipo de pescado o condimentos a recursos de otro tipo. ¿Cómo? Empezaremos con un cuchillo y un arpón, aunque a medida que progresamos –de ahí ese desarrollo cíclico de un roguelike- vamos a conseguir armas más potentes, trajes que nos permitan sumergirnos a más profundidad y otro equipamiento de más calidad. Poco a poco el juego se va abriendo con más libertad de exploración: más oxígeno, más espacio en el inventario, armamento con veneno… Ya imaginarás por dónde van los tiros.
Esta fase de Dave the Diver no es muy compleja, lo cual se agradece porque no suele ser fácil hacer un control bajo el agua que sea divertido. Por supuesto desde un primer momento hay amenaza marinas –peces agresivos, morenas, tiburones y más-, jefes, algunos puzles en antiguas ruinas, una civilización submarina y la emoción de investigar un escenario desconocido con cada partida, más la angustia de un oxígeno que se agota y debe reponerse o la limitación de la carga que podemos soportar, por no hablar de que no todos los peces serán fáciles de atrapar, hay quienes oponen resistencia o requieren una estrategia concreta.
También nos cruzaremos con tesoros que incluyen recursos, armas y minerales listos para la extracción -¿qué es un indie moderno sin su minería?-… Gran parte de estos momentos son similares a los de un juego relajante pero de vez en cuando nos propone algún momento de más acción, especialmente cuando entran en escena los escualos y otras criaturas de tamaño imponente que irán apareciendo según avanzamos. El combate es básico –apunta, dispara, o esquiva enfrentamientos- y no pide más, salvo quizás opciones de dificultad para todos los gustos o unos puzles un poco más trabajados.
No es sólo que el desarrollo de los acontecimientos sea suficientemente interesante como para interesarnos por la trama y todas esas recompensas opcionales, sino que da mucha flexibilidad en la manera de conseguir los recursos necesarios y de planificar nuestro equipo para luchar contra la fauna del lugar; como si de un shooter se tratase, quizás te inclines por armas a corto alcance –con el riesgo que eso supone- o por las de largo alcance pero con munición más escasa, e incluso por métodos no letales. A medida que el éxito llama a nuestra puerta conseguimos más dinero para mejorar los artilugios de Dave, realizamos inmersiones más arriesgadas con los consecuentes nuevos desafíos. Será difícil que encuentres un momento de aburrimiento.
Sin embargo, Dave the Diver combina esta fase con algo más ambicioso, la inmersión es sólo una parte del todo. Este es uno de los secretos de su éxito: el diseño cíclico y aleatorio de la aventura está justificado y bien integrado, tanto que puede convencer a quienes sientan alergia por de los roguelikes tras la oleada de lanzamientos indie que abusan de mecánicas por procedimientos simplemente por ahorrar trabajo. Aquí la simulación da sentido a la exploración y viceversa, consigue un equilibrio que hace al título mejor que la suma de sus diferentes partes.
Después de la sesión en la Fosa Azul llega el momento de gestionar el negocio, primero como un camarero raso. Este es otro minijuego en sí mismo y nos hace confeccionar el menú de la noche con los recursos que hemos conseguido, mantener una economía saneada, distribuir los platos según entran los comensales –un poco estilo Diner Dash-, verter la bebida al punto exacto, limpiar la mesa, aprender nuevos platos, contratar personal, llevar una pequeña graja y en definitiva, hacer que este negocio, en el que al principio sólo nos preocupemos por llevar la comida a cada cliente, nos ponga en la piel de un auténtico empresario del sushi. ¡Y mucho más! Está repleto de otras actividades tan dispares como juegos de ritmo, carreras de caballitos de mar, fotografía submarina… Los aspectos roleros son el cemento entre estas mecánicas.
Aunque la historia principal se completaría en unas pocas decenas de horas, la verdad es que podemos exprimirlo tanto como deseemos. En la parte negativa, este cóctel de actividades y minijuegos tan heterogéneos puede que no siempre cumpla, es algo lógico con tanta variedad de gameplay. Quizás no disfrutes de alguna sección de sigilo o de los QTE para atrapar a peces revoltosos, pero en general todos estos ingredientes son los que hacen de Dave the Diver tan fresco y difícil de encasillar: empieza como un sencillo juego de pesca submarina para añadir capas de RPG, gestión y simulación de vida, un bucle que va aportando profundidad y ciertas ayudas para no abrumar al usuario.
Si bien el aspecto sonoro nos ha parecido lo menos brillante, sin ser malo –escucharemos temas ambientales pegadizos y tranquilas melodías-, MintRocket ha optado por un bonito aspecto retro que combina pixel-art para casi todos sus gráficos. La excepción está en el submarinismo, que utiliza gráficos 3D muy básicos con texturas también muy retro, similar a lo que encontraríamos en algunos de los primeros juegos de 32 bits. Dentro de sus posibilidades, incluso esto derrocha carisma.
Conclusiones
No es que la calidad desbordante de Dave the Diver nos pille desprevenidos porque en el acceso anticipado ya apuntaba muy buenas maneras, pero seguro que más de un jugón no tenía a esta joyita en su radar. No se nos ocurre una novedad tan refrescante para pasar el verano que este planteamiento aparentemente tan chorra como es el de mantener un negocio de sushi, pero como ya demostró Dredge hace unos meses dentro de su estilo, la pesca siempre se puede combinar con otros géneros para reinventar la temática.
La clave está en que la aventura de Dave es mucho más que un título de submarinismo, rol y gestión. Sea por sus memorables personajes, la simulación de vida o la diversión de jugar a algo mínimamente original en 2023, Dave the Diver tiene un plato para todos los paladares.
Hemos realizado este análisis con un código que nos ha proporcionado MintRocket Games.