En muchas ocasiones nos encontramos con juegos que recordamos vagamente, por algunos acordes de su música o una pequeña parte de la intro con la que daba comienzo. Juegos que sabemos vimos en unos recreativos hace años, pero para los que nunca llegamos a meter la mano en el bolsillo en busca de una moneda para jugarlos.
Corría el año 1993 cuando Konami decidió sacar uno de sus últimos "yo contra el barrio", juntando varios elementos dignos de un gran juego, pero a pesar de ello, Metamorphic Force cayó en un injusto olvido. Un olvido del cual le rescatamos hoy para recordaros un gran título, con el que quizás muchos estén en desacuerdo en su particular periplo hacia el olvido.
¿Hacia dónde miraba la industria por aquel entonces para perdérselo? Pues hablamos del año en el que los arcades, y muchos grandes videojuegos, empezaban a ser mirados por encima del hombro al pertenecer a "las vetustas dos dimensiones". Entonces, ¿fue justo el olvido de Metamorphic Force?
La industria mirando hacia otro lado
Pueden ser muchos los motivos por los que el videojuego de hoy terminase pasando sin pena ni gloria por los arcades. Una de los mejores termómetros del éxito de una recreativa era su conversión a sistemas domésticos, ya que muchos de los que jugaban a la versión arcade, querían una conversión en su plataforma.
Por ello decimos que este juego no obtuvo su parte de gloria, ya que no salió de la placa en la que fue programada, nació y murió en el arcade, no demostrando que fuera un juego tibio que no mereciese reprogramación para otros sistemas, sino que, por la industria moviéndose hacia el espectacular mundo de las 3D, o su temática ya trillada, reunieron un conjunto de factores que hicieron que pocos lo probaran.
Metamorphic Force utilizaba el motor gráfico de X-Men, juego que Konami también desarrolló, y lo mejoró para este título, ya que los sprites en pantalla, efectos y transformaciones eran francamente buenos. El juego nos presentaba a cuatro jugadores en pantalla como máximo -había muebles con opción sólo para dos- y con unos sprites grandes, bien animados y acordes con el generoso tamaño de los enemigos, conformando un videojuego agradable para la vista, que incluso hoy en día no ha envejecido nada mal.
Con claras referencias a otros juegos, Metamorphic Force no puede hacer otra cosa que recoger lo mejor de las glorias que pasaron a lo largo de los años por los arcades y dotarlo de unos personajes humanos con unas transformaciones espectaculares, con las que nos convertíamos en unas bestias más rápidas y letales.
Con una temática fantástica, en la que los personajes se transforman (como en Ateread Beast), podíamos elegir entre cuatro personajes: Ivan, un ruso que usa el estilo de lucha libre y se transforma en un oso gigante. Ban es el nipón del grupo, que se transformará en un minotauro. Claude, francés de nacimiento y que usando el esgrima se convierte en un lobo, y Max, el americano del grupo, que despacha a los enemigos a golpe de puñetazos, y se transforma en una pantera negra.
Los golpes disponibles se unen a las diferentes armas que podemos encontrar a lo largo de la aventura, ya que las hachas (como en Golden Axe) y las demás espadas que encontramos, nos sirven para acabar con los numerosos y fuertes enemigos.
Los niveles son algo cortos, con jefes finales dignos de un juego de su categoría, y con efectos gráficos que ocupan la mayor parte de la pantalla, pero quizás peca de repetir en demasía los enemigos, ya que los lagartos verdes acompañan a nuestros personajes todo el juego, y aunque cada vez salgan ataviados con más escudos y armas, siguen siendo aquellos "pesados verdes".
La música, con tintes épicos cuando lo necesita, y frenética en el campo de batalla, ayuda a que las voces, los gritos y los FX destaquen por su calidad, conformando un apartado sonoro bastante sólido. Los gráficos, como decíamos antes destacan por el tamaño de los sprites, pero precisamente esa ambición es la que terminó por jugar en su contra ya que el campo de visión se reduce a medida que se une un compañero, y hace que las partidas a cuatro jugadores no sean tan cómodas como en la serie Dungeons and Dragons, por ejemplo.
La cantidad de efectos, transformaciones y demás ataques en ocasiones aumentan el caos y la dificultad de seguir nuestro personaje por la pequeña pantalla a cuatro tercios que ofrecía el mueble, algo que quizás también se podía ver desde fuera, sin echar una moneda.
A pesar de no ser especialmente largo y de los pequeños detalles que a algunos puedan molestar –y que a otros les pueden encantar-, Metamorphic Force es uno de esos juegos que, por diferentes razones, se escapó para muchos, y que a pesar de ser poco original es una buena opción para pasar una buena tarde, rodeado de amigos y capaz de entretener de principio a fin, ¿compramos el arcade?