La saga Wonder Boy nos llegó mucho antes de que Sonic saliera a la luz, y cuando Alex Kidd aún seguía vivo y con buena salud. Hablamos de los años ochenta, aquellos en los que muchos de nosotros empezamos con los videojuegos y teníamos nuestra consola en casa y viendo cómo otras más potentes saldrían a la luz en poco tiempo.
Estos fueron los días en que Sega, con Master System, tenía una plataforma que en Japón tenía buena salud, a pesar de que Nintendo con NES barriese en ventas a su competencia. Esto no hizo que la empresa del logo azul dejase de surtir a su consola de 8 bits con grandes juegos en los que ponía su empeño y buen hacer, y de ahí nació Wonder Boy in Monster Land.
Lo primero que podemos decir es que el baile de licencias hizo que Sega lanzase el juego bajo diferentes nombres para plataformas diferentes, por lo que la lista de conversiones tiene diferentes nombres: por ejemplo en Pc Engine se conoce bajo el nombre de Bikkuriman World, o Saiyuki World para NES, donde la conversión corrió la misma suerte que otras plataformas: cambiaban los gráficos de cada versión, y en esta de NES rediseñaron el juego para que se pareciese a la novela china "Viaje al Oeste".
Por eso hablaremos de la versión arcade en la que Master System se basa, y a partir de esta las demás, donde nació el trabajo original de Sega y Westone.
El plataformas deseado por todos
El arcade nació en 1987 y nos contaba la historia de Tom Tom, el niño de melena rubia que en esta aventura cogería una espada y un escudo, pero que todos le conocen mejor como Wonder Boy. El mueble nos presentaba un plataformas de corte clásico donde deberíamos luchar contra el reloj para superar las fases, y donde además se introdujeron elementos de RPG para dotar al juego de una profundidad en la que elegir acertadamente los ítems era clave si queríamos avanzar.
Además de esto, el juego consigue una búsqueda de dinero en el que las bolsas como las monedas serán el objeto más preciado, para después en las diferentes tiendas que están repartidas por el juego comprar mejoras y mejoraremos habilidades.
Los gráficos nos hablan un poco del hardware sobre el que se mueve, ya que la recreativa y el cartucho de Master System comparten casi todo. El bueno de Tom Tom debe matar al dragón Meka para liberar a su pueblo, pero el título de Westone fue mucho más que un simple plataformas con toques de rpg, ya que los secretos que esconde hicieron que jugadores expertos peinasen las fases hasta dar con la última moneda saltando sobre un árbol, o llegando a una plataforma en la que los saltos tenían su propia inercia.
Y aquí hablamos de la jugabilidad, ya que manejar al personaje requiere aprendizaje, ya que la mencionada inercia del bueno de Tom Tom hace que los saltos tengan que ser medidos con milímetro, y consiguieron que aquella jugabilidad fuera un sello con el que miles de fans siguen volviendo a jugar de vez en cuando hoy día.
El apartado audiovisual nos recuerda a la época en la que estamos, ya que a pesar de que visualmente haya envejecido un poco mal, el diseño de niveles es lo que llevó a Wonder Boy in Monster Land a la excelencia, ya que cada diminuta plataforma hacia un salto en el que hay recompensa está medido, y cada enemigo está allí por algo y con lógica.
El juego, cómo no podía ser de otra forma, se convirtió en un clásico gracias a su calidad y sus sistemas de recompensa para los jugadores más avanzados. A pesar de salir en una plataforma inferior a otras de la época, demostró que era un título sobresaliente: un juego largo, difícil, y un reto absolutamente cautivador.