Super Nintendo Classic Mini ya está aquí (salvo si no la pudiste reservar en su momento o el mensajero te la haya jugado). Una ocasión inmejorable para recordar, con nostalgia, la creación de la consola, la histeria que provocó entre los compradores japoneses y su posterior desembarco en Occidente.
Nintendo siempre ha destacado por el absoluto secretismo con el que fabrica su hardware, y Super Nintendo no fue una excepción. Por suerte, Game Over: How Nintendo Conquered the World, el magistral libro escrito por David Sheff, arroja algo de luz sobre la concepción de la Super Famicom. Un libro editado nada menos que en 1993 y actualmente descatalogado en formato físico, aunque podéis encontrarlo a menos de 9 euros en Kindle.
A finales de la década de los 80 Nintendo mantenía una supremacía absoluta en el negocio de las consolas, a pesar de que la venerable Famicom/NES ya palidecía, a nivel técnico, frente a sus más recientes competidoras: PC Engine y Mega Drive. Hiroshi Yamauchi, el legendario CEO de Nintendo, no veía en Sega a un competidor al que temer, al menos en el mercado japonés, pero la pequeña y portentosa consola de NEC era otro cantar. Poco a poco la PC Engine había ido arañando cuota de mercado en el país del sol naciente, aunque sin inquietar el dominio de la Famicom, por lo Yamauchi apremió a los ingenieros de Nintendo, que llevaban trabajando ya unos cuantos años en la sucesora de la NES.
El proyecto estaba en manos de Masayuki Uemura, el diseñador de la NES, quien acabó desechando una de las principales peticiones de Yamauchi: la retrocompatibilidad de la nueva consola con los cartuchos de Famicom. Según cuenta Sheff en su libro, incorporar aquella funcionalidad en la Super Famicom habría incrementado en 75 dólares el precio del aparato. Minoru Arakawa, yerno de Yamauchi y presidente de Nintendo América, convenció a su suegro para que desechara la idea, ya que al final y al cabo "la gente estaba comprando en CD los mismos álbumes que ya tenían en vinilo".
Aunque el procesador principal de la Super Famicom/Super Nintendo era sorprendentemente lento (un Ricoh 5A22 a 3.58 MHz) en comparación al Motorola 68000 a 7.6 MHz que calzaba la Mega Drive, la consola de Nintendo se apoyaba en dos procesadores dedicados a los gráficos para desplegar una asombrosa paleta de 32.768 colores (4.096 en pantalla).
El sonido, uno de los aspectos en los que la SNES dio un salto de gigante frente a sus competidores, estaba gestionado por el procesador S-DSP de 16 bits, con 8 canales de sonido estéreo, y el chip SPC700, diseñado y construido nada menos que por Ken Kutaragi, el genio que años más tarde estaría al frente de la creación de PlayStation. De hecho, Kutaragi trabajó en el chip a espaldas de sus jefes directos en Sony y se salvaría del despido gracias a la mediación del CEO de la compañía, Norio Ohga.
Para cobijar al "Cerebro de la Bestia", como sería bautizada la SNES en España por los publicistas de ERBE, Nintendo apostó por una carcasa más redondeada y sobria que la Famicom original, con dos tonos de grises, aunque hasta llegar al diseño final que todos conocemos, la Super Famicom pasó por varias fases de diseño.
La consola se presentó a la prensa japonesa el 21 de noviembre de 1988, tal y como quedó reflejado en la revista japonesa Famicom Tsushin Magazine. En la web de Chris Cowell podéis encontrar algunos escaneos de la revista, donde aparece un prototipo de la Super Famicom con notables diferencias, y no solo a nivel estético, respecto al modelo definitivo. Lo más sangrante, sin duda, fue la desaparición de la entrada de Jack, que nos habría permitido disfrutar del maravilloso sonido estéreo de la consola con solo conectar unos cascos (a lo Mega Drive).
Finalmente, la consola tardaría un par de años en adoptar su forma definitiva y desembarcaría en las tiendas japonesas, con un precio de 25.000 yenes, el 21 de noviembre de 1990, acompañada por solo dos títulos: Super Mario World y F-Zero. Los rumores sobre el inminente lanzamiento de la Super Famicom desataron la histeria entre las tiendas japonesas y sus clientes (¿os resulta familiar?). Al igual que ha sucedido con la SNES Mini, la demanda superaba ampliamente a las unidades que Nintendo estaba dispuesta a servir inicialmente.
Para complicar aun más las cosas, Hiroshi Yamauchi fue advertido de que la Yakuza tenía planes de hacerse con algunos de los camiones que transportaban las primeras remesas de consolas, por lo que decidieron posponer la distribución hasta el último momento. La noche del 20 de noviembre, los tráilers con las Super Famicom y los dos juegos de marras salieron de un almacén de Kioto con rumbo a las tiendas. Solo se despacharon 300.000 consolas, una minucia teniendo en cuenta que Nintendo había recibido pedidos que superaban el millón y medio de unidades. Y la locura por la SFC no dejó de crecer: en seis meses ya se habían despachado dos millones de consolas.
Al otro lado del Pacífico, Nintendo América veía con preocupación como Sega les "estaba comiendo la tostada" con su Genesis (la Mega Drive yanqui). Los años del claro dominio de la NES habían terminado, y la SNES debía desembarcar en Estados Unidos cuanto antes. En una jugada un tanto extraña, se decidió desechar el diseño de la Super Famicom para adoptar una nueva carcasa, diseñada por Lance Barr, el hombre que diseñó la NES. El resultado fue francamente horrible, pero servía a los propósitos de Nintendo. Los cartuchos cuadrados impedían la compatibilidad con los cartuchos japoneses de Super Famicom, dado que ambos mercados compartían el mismo chip CIC para delimitar la región del juego.
Super Nintendo se puso a la venta en EE.UU. el 23 de agosto de 1991, a un agresivo precio de 199 dólares (con Super Mario World de regalo). Sega contraatacó bajando el precio de la Genesis y dando luz verde a una campaña de marketing aun más agresiva en la que comparaban su enorme catálogo de juegos frente a la recién llegada, entre otras lindezas. La guerra Sega vs. Nintendo daría para otro post pero si queréis saber más, y como ya hemos hecho en otras ocasiones, os recomendamos leer el estupendo Console Wars, editado aquí por Héroes de Papel.
¿Y en Europa? Super Nintendo desembarcó en el viejo continente en sucesivas oleadas. El Reino Unido fue la primera en recibir la consola, en abril de 1992. Luego le tocaría el turno a Alemania y posteriormente a España, concretamente en julio. La distribución de la SNES en nuestro país corrió a cargo de ERBE, el mayor distribuidor de videojuegos del país, quien ya se encargaba por entonces de comercializar aquí la Game Boy. Por 29.000 pesetas (174 euros), pudimos llevarnos a casa "el cerebro de la bestia" con el Super Mario World de regalo. Para la historia quedó aquel mítico VHS que se regaló con la revista Hobby Consolas, en el que nos mostraron la consola en toda su gloria, en aquellos tiempos pre-Youtube.
Nos dejamos muchas cosas en el tintero. Por ejemplo, la aparición en Japón de un combo de TV y Super Famicom, la SF-1, a cargo de Sharp (una jugada idéntica a la del anterior combo FC/TV bautizado como C1), o el rediseño que tuvo la SNES en 1997 (EE.UU) y 1998 (Japón), rebautizada como SNS-101 y SFC Jr en sus respectivos mercados, con un tamaño menor y sin salida de antena. Los europeos nos quedamos sin este modelo, desgraciadamente.
¿Habéis recibido a tiempo vuestras SNES Mini? ¿Qué recuerdos tenéis de vuestra primera partida con la SNES original? ¿Cómo sería el panorama actual si Yamauchi no se la hubiera jugado a Sony con el lector CD-ROM de la SNES, lo que daría origen a PlayStation? Esperamos vuestros comentarios y anécdotas, como siempre.