Existen cientos e incluso miles de juegos que se quedaron en sus países de origen y no pudimos disfrutarlos en su momento. Quizás por problemas de viabilidad en otros continentes, o simplemente al pensar que no sería igualmente recibido en Occidente, muchos de estos grandes juegos no atravesaron nuestras fronteras y nos quedamos con las ganas de disfrutarlos.
El problema es que en los noventa apenas sabíamos de la existencia de muchos de ellos, algo que se fue solventando con Internet y su capacidad de encontrar cualquier cosa (o encontrarse con ella) para descubrirnos su existencia. Hoy en día es difícil que algún juego o alguna saga no sea mirada con atención e incluso se demande su salida por nuestros lares en algunas ocasiones.
Antiguamente, como decíamos, como mucho podíamos otear alguna imagen estática en la que se mostraba un juego que podía llegar o no llegar. Este es el caso de la pequeña historia de Pulseman, un plataformas que fue lanzado en el país nipón y Estados Unidos, dejando a Europa sin un juego tan bueno cómo su lanzamiento posterior en la Consola Virtual de Wii demostró.
Pero, ¿qué era Pulseman? Pues bien, podemos empezar a destapar este juego con un detalle bastante importante: fue creado por Game Freak, los mismos autores de Pokémon. Esto explica muchos de los ataques que el protagonista usará a lo largo de la aventura y su similitud con el título de Pikachu, pero lo cierto es que también recoge elementos de otros juegos cómo Sonic y Mega Man en muchos momentos. ¿Nos acompañas?
Gráficos y control de infarto
La historia nos cuenta cómo nos encontramos en el siglo XXII y un científico llamado Doc Yoshiyama crea la inteligencia artificial más avanzada del mundo. Llama a esta creación "C-life", y el científico con el tiempo se llega a enamorar de ella, queriendo estar lo más cerca posible de su "C-girl". Como esta llega a tener consciencia, la locura del científico llega a hacer que se digitalice y se meta en el sistema central para estar junto a ella.
Lo que resultó de esto fue Pulseman, un robot independiente del sistema y que no tenía la necesidad de vivir sólo digitalmente, dotado con varias armas cómo la posibilidad de canalizar electricidad por su cuerpo y usarla para transportarse, un poder llamado "Voltteccer".
Pero el científico empezó a volverse malvado en su estancia en aquel programa informático, y al volver a su forma humana se había transformado en otro ser, convencido de la superioridad de las máquinas, con lo que fabricó un ejército de robots que sembraron el miedo en todo el mundo. ¡Ahora Pulseman debe luchar contra su creador para salvarlo!
El juego nos presenta un clásico plataformas de scroll lateral con un personaje con un sprite inusualmente grande, y unos escenarios bastante difíciles de olvidar en algunos casos.
Gráficamente luce cómo uno de los mejores plataformas de Mega Drive, con unos escenarios repletos de detalles, unos buenos planos de scroll y unos enemigos imaginativos, tanto, que muchos de sus jefes finales son recordados cómo de los mayores exponentes de la época.
Los controles y acciones de Pulseman recuerdan mucho a Mega Man, -de hecho, se parecen hasta en el nombre- pero los controles, a pesar de parecer sencillos se tornan algo difíciles, puesto que nuestro personajes tiene un sistema de "dash" algo complicado. Esto se debe sobre todo a que el control requiere un aprendizaje que debemos estar dispuestos a realizar si queremos llegar a disfrutar del juego al completo.
Pulseman es un derroche de imaginación, sobre todo por el mundo creado por Game Freak, llevando la historia a ser contada por Lisa Hartfield, una periodista que irá narrando las aventuras de Pulseman en las noticias. Tendremos la ayuda de Beatrice, que a través de nuestro reloj nos irá ayudando a lo largo del juego, todo ello amenizado con unas melodías que acompañan bastante bien a la experiencia.
Japón, Estados Unidos, Australia, Thailandia, Alaska y la India serán los países que tendremos que atravesar hasta llegar al malvado científico y restaurar la felicidad en el mundo, pero todo ello se verá amenizado con unos efectos en muchos de sus escenarios dignos de saber exprimir cómo pocos el hardware de Mega Drive. Estos efectos psicodélicos conformarán un genial mundo robótico que ha inundado el mundo tal y cómo lo conocíamos, con unos jefes finales dignos de mención.
A pesar de lo duro que pueda resultar su control -por eso lo del infarto- ya que en algunos saltos o al tomar demasiada velocidad se pierde el control sobre lo que está pasando, es un cartucho con bastante personalidad y un alto nivel de exigencia si queremos disfrutarlo a plenitud.
Lo psicodélico de sus niveles puede desesperar a muchos, pero las constantes referencias a otros videojuegos, con ataques conocidos, hacen que Pulseman se convierta en un cartucho que muchos nos perdimos pero que gracias a la distribución digital pudimos descubrir con bastante asombro. ¿Lo jugaste?