Se acerca el momento puesto que ya estamos en 1997, a un año del juego que va a reinventar los "mata marcianos" tal como se conocían hasta entonces. Pero antes de hablar del mito, un año antes, nuestra compañía del tesoro nos brindó un plataformas tan alocado como Dynamite Headdy y tan adictivo como los mejores.
¡Ya está bien! ¿Cuántos juegos hemos hecho para las plataformas de Sega? Muchos señor... ¿Y qué hemos conseguido? ¿Algún reconocimiento? ¿Grandes ventas? Pero jefe, nosotros no buscamos eso... ¡Da igual! ¡Hagamos un juego para Nintendo!
Esta imaginaria conversación resume el currículo hasta ahora de nuestros nipones "rebeldes". Venían de Konami, sí, y la forma que tuvieron de agradecer a Sega una casa y cobijo fue una multitud de juegos exclusivos, pero fue en este momento cuando decidieron que la consola de 64 bits de Nintendo, en plena explosión de los juegos en 3D, debía recibir un plataformas suyo, y en 2D ¡Por supuesto!
Este fue Mischief Makers, -no el ítem del World of Warcraft de mismo nombre- sino el plataformas "old school" de scroll lateral lanzado para la flamante Nintendo 64. Con Mario 64 arrasando en el mercado y marcando el camino de los plataformas en 3D, a nuestros amigos se les ocurre lanzar un plataformas de alma 2D.
Pero nadar a contracorriente es una de las motivaciones de Treasure, puesto que durante su creación dejaron claro que lo que querían eran títulos diferentes, innovadores, mezclando ideas, y sobre todo, creando mundos e historias de lo más sorprendentes o hilarantes.
Y así nace Yuke Yuke!!! Trouble Makers en Japón, en junio de 1997 y unos meses después aterrizará en nuestro país con la etiqueta "only for Nintendo 64".
La historia nos cuenta que nuestra protagonista de pelo verde -Marina- está paseando mientras el pervertido profesor Theo es raptado por el imperio y nuestra protagonista al descubrir la mala costumbre que tiene su amigo de ser raptado, se pone inmediatamente marcha para buscarle.
Esta es la excusa para recorrer los 50 niveles en los que dividirá el planeta "Clancer", en los que agentes del imperio, que tomarán forma de animales-humanoides bípedos resguardados por armaduras y armamento que comparado con el nuestro, resulta desigual.
A través del fuego ¡Que se haga justicia!
Como no podía ser de otra forma, el juego estará repleto de guiños llenos de humor, encontraremos parodias como una directa hacia la serie Sailor Moon, a otras sagas de Mechas, o a situaciones simplemente normales como una conducción extrema en triciclo por la nieve mientras buscamos a nuestro perdido amigo.
Gráficamente es un juego notable, escenarios con gráficos prerenderizados, aderezado con polígonos que junto a estos sprites prerenderizados de aspecto "plastico" dotan al juego de una gran sensación de profundidad. Los gráficos siguen la línea de por ejemplo Donkey Kong Country y el posterior Yoshi Story, lanzado después de este, pero se entremezclan con escenas anime, con lo que encontraremos varios elementos artísticos en el mismo juego, algo nada raro, menos tratándose de Treasure.
Si bien muchas pantallas apenas tenían nada más que uno o dos planos de scroll, otras tendrán mil y un efectos de profundidad, gracias a tener los escenarios construidos por polígonos, pero tanto en unos como otros, se verá la magnífica mano artística de Treasure.
¡¡Shake Shake!!
Este será el mayor poder de Marina, el "shake" o agitar, sacudir a sus enemigos cual sonajeros para lanzarlos contra otros, o para agarrarnos a sitios por los que deberemos avanzar en nuestro periplo por el mundo de Clancer.
A este ataque le uniremos el clásico "dash" que tanto gusta a nuestros amigos, y que dotará a la protagonista de una agilidad acorde a un buen juego de Treasure. Agilidad muy útil como siempre en sus variados, grandes y escurridizos final boss característicos.
Pero también estará ligado a otro elemento, al modo de juego en el que en una contrarreloj se nos retará para acabar en el menor tiempo posible las pantallas seleccionadas o en uno de los muchos modos disponibles luego, como el modo 100 meters dash.
También encontraremos algunos rompecabezas; no serán un problema mayor, y además dotarán al juego más variedad de la que ya trae consigo. Jugablemente genial, con elementos novedosos, como la necesidad de esquivar ataques y avanzar hasta agarrar-lanzar al enemigo, todo un antónimo de los ataques en la época.
En cada nivel hay escondida una gema, y si encontramos todas, añadiremos una pequeña parte al final. Pero no solo este será uno de los alicientes para acabar los niveles, también lo será, como hemos dicho, la velocidad a la hora de acabarlos, puesto que al finalizar cada uno de los niveles se nos dará una letra, que calificará a la velocidad que hemos tardado en completar el nivel.
La banda sonora, exprimiendo un poco el chip sonoro de N64 y con una cantidad masiva de voces renderizadas, también en las canciones, que nos hacían mirar de nuevo a nuestra consola, para asegurarnos que seguía siendo un cartucho y no un CD.
El juego logró bastante popularidad y éxito en Japón, no tanto fuera de allí, donde tuvo una repercusión realmente pobre, y prueba de ello es la cantidad de fans que tuvo. Fue otro de los juegos con muy buenas críticas, pero malas ventas -fuera de Japón- aunque esto no les pillaba por sorpresa a sus creadores.
Como tantos otros juegos de Treasure, no obtuvo el reconocimiento y las ventas que si obtuvieron otros, incluso de inferior calidad. Mischief Makers luchaba también en otra liga, mientras muchos se disputaban el trono de Mario 64 en vano, Treasure seguía a lo suyo, creando magníficos juegos que casi caían en el olvido, como su siguiente juego Silhouette Mirage, que al no salir de Japón muchos solo lo pudimos conocer el año pasado al lanzarse en PlayStation Network.
Esto también es lo que casi pasó con el juego de la semana que viene, Radiant Silvergun, pero este al menos sçi obtuvo su corona a tiempo. Mischief Makers es uno de los mejores plataformas de Nintendo 64, que si bien no era un plataformas en 3D como lo era el rey Mario 64, tenía una rejugabilidad tan alta como su adicción, y que de nuevo nos transportó a un curioso mundo, con una curiosa historia, de la mano de una curiosa y grande compañía.