La historia de los videojuegos está llena de centenares de sistemas, obras maestras atemporales y épicos juegos que nos han hecho emocionarnos o regalarnos muchas horas de diversión. Pero también nos encontramos por el camino juegos vergonzosos, sonados fracasos y videojuegos o sistemas adelantados a su tiempo y olvidados por ello.
¿Te imaginas que las consolas actuales no tuvieran sucesoras? ¿Que la industria se declarase en bancarrota y el futuro de los videojuegos quedase en el limbo? Con lo de moda que está hablar que el mundo se acaba, hoy nos pondremos un poco en la tesitura del ¿Y si...? ¿Y si los videojuegos dejaran de existir? Pues antes de que nos tachéis de amarillistas o sensacionalistas, debemos decir que esto estuvo a punto de pasar.
Como sabéis, en la columna retro, es el lugar donde hablamos semanalmente de un pequeño trozo de la historia del videojuego. Historia de la que mucho de lo que tenemos hoy, es la herencia de lo que sucedió en el pasado. Por esto mismo tenemos que hablar de uno de los hechos más importante en la historia del videojuego y que desencadenó en una de las situaciones más delicadas -sino la que más- que ha vivido la industria.
¿Y si te avergonzases de tu propia consola?
Si pensáis que avergonzarse de tu propia consola sea posible pero algo que puede pasar a algunas personas, en el pequeño artículo de hoy veremos cómo esto pasó, pero de manera generalizada, sin exagerar.
Muchos ya habréis adivinado de qué se trata. Así es, la crisis de los videojuegos del 83. Época en la que Atari, junto a otros factores, contribuyeron a dejar el nombre de los videojuegos por los suelos e incluso a renegar de ellos. Pero como toda buena historia empieza por el principio, vayamos hasta él, volvamos por un momento a principios de los años 80, donde Atari 2600 se veía por todos lados:
Los factores que desembocaron en la crisis más grave de la historia de los videojuego fueron varios, el primero de ellos fue el exceso de sistemas que había. Durante esa época, a principios de los años 80, había numerosas consolas que coexistían, como fueron Atari 2600, Atari 5200, Coleco Gemini (clon de la Atari 2600), Astrocade Bally, ColecoVision, Emerson Arcadia 2001, Fairchild Channel F System II, Magnavox Odyssey, Mattel Intellivision, Mattel Intellivision II, TandyvisioN (clon de la Intellivision por Radio Shack), Vectrex, Sears Tele-Games Systems y algunas más que nos dejamos por el camino.
Casi nada. Eso sí, de nuevo la posición dominante de Atari volvía a inundar las televisiones, a pesar de que otras consolas quisieron su sitio:
A pesar de intentos loables como el de Vectrex, consola que contaba con el añadido de no necesitar televisión al disponer del suyo propio. Aunque no cuajó la idea, como decimos, en ocasiones ideas adelantadas a su tiempo, o sencillamente diferentes a lo que todo el mundo estaba acostumbrado hicieron fracasar a sistemas como este:
¡Casi como tener un arcade en tu propia casa!
Pero aparte de esta selva de sistemas, existían una gran cantidad de juegos para cada una de ellas, evidentemente, pero si bien cada uno de los sistemas intentaba diferenciarse del resto, no se logró en absoluto, y las diferencias gráficas y sonoras entre los sistemas eran en algunos casos, ridículas.
Pero antes de entrar a valorar esas materias, recordemos que de todos estos sistemas mencionados antes, Atari 2600, lanzada en 1977, era la que tenía el mayor trozo del pastel siendo la consola de videojuegos más vendida hasta la fecha. La compañía obtuvo tantísimo éxito, que logró que se asociara de manera inseparable la palabra Atari a la palabra videojuegos, de la misma manera que lo hizo Nintendo y PlayStation posteriormente. Con un mercado final de más de 42 millones de consolas vendidas, se puede decir que la industria vivió una edad dorada con Atari 2600.
Pero esto terminó jugando en su contra, ¿por qué? Pues porque el otro de los problemas, aparte de la saturación de sistemas, fue la ingente cantidad de juegos parecidos, copias descaradas unas de otras en las que la única diferencia eran tener otra portada, y gráficamente dos o tres píxels cambiados de sitio y también juegos de pésima calidad.
Todo lo dicho contrasta con el hecho de que a principios de los 80, la fiebre por los videojuegos era algo palpable. Multitud de anuncios en la tele, la posibilidad de jugar en tu propia casa en vez de en los salones arcade era una idea nueva y emocionante. Pero esta idea novedosa e increíble se fue tornando en juegos que durante bastantes años, no cambiaron en nada. ¿Por qué?
Sin ningún control sobre las licencias, empieza el descontrol y las prisas
Llegamos el siguiente problema. Atari no licenció el diseño de sus cartuchos, por lo que cualquiera podía programar y lanzar juegos para la consola más vendida y sacar bastantes beneficios con ello. En apenas unas semanas, se podía programar un videojuego partiendo del sistema de juego de otro, dibujar tu propia portada y llevarlo a las estanterías. El negocio perfecto.
Pero esto mismo hizo que los juegos mediocres se agolparan de manera descontrolada, e incluso las propias compañías importantes cayeron en esta trampa, y versionaron juegos de manera lamentable. Como muestra tenemos la versión de Pac-Man, el videojuego creado en 1980 y uno de los arcades más famosos de todos los tiempos.
En Atari pensaron una ecuación bastante sencilla: el arcade más famoso, más la consola más vendida, igual a éxito seguro. Y lo cierto es que no iban desencaminados, pero el problema fue contagiarse de las prisas que tenían todos por sacar el juego lo más pronto posible para sacar la mayor "tajada" posible en ventas.
Y si este es el arcade famoso, la conversión para Atari 2600 fue programada por una sola persona, a la que se dice que se le dieron tan solo tres semanas de plazo para lanzar el juego en la campaña navideña. El propio programador dejó el juego a medias, tanto que parece ser que esta versión era una demo que el programador hizo como muestra, y que se convirtió en el juego final:
¿Resultado? Un juego lamentable, que mostraba los fantasmas parpadeando y despistaba completamente al jugador en niveles avanzados. Pero este juego fue lanzado en 1981 y todavía quedaba espacio para un mayor ridículo, uno que muchos de nosotros conocemos: E.T el extraterrestre.
El caso de este juego fue otro de los detonantes que hicieron a los millones de personas que tenían una Atari 2600 pensar que los videojuegos habían tocado fondo. Este juego, de nuevo fue programado en tiempo récord, para de nuevo llegar a las Navidades correspondientes. Se fabricaron miles de unidades que jamás fueron vendidas y que dieron lugar a la famosa leyenda -o realidad- de su entierro en el desierto.
El problema de este juego fue que era malo, malísimo e insufrible. Debíamos recoger piezas mientras huíamos de "los malos", pero mientras hacíamos esto, llegábamos a un sitio donde existía un bug que nos impedía completar jamás el juego. Acabábamos de pagar por un videojuego que, fruto de la avaricia de Atari, salió a la venta sin ningún tipo de pruebas. Los poseedores de este sistema mayoritario enfurecieron de tal manera que dieron la espalda a los videojuegos, literalmente.
La estocada final
Mientras las ventas de los videojuegos caían de manera irreparable, el golpe final lo vinieron a dar los ordenadores personales. Mostraban a las consolas como juegos de niños que hacían perder el tiempo, mientras que se enaltecían a los ordenadores como la solución y la ayuda para que sus hijos les ayudasen a aprobar en la escuela.
Atari registra pérdidas de cientos de millones de dólares, al igual que compañías como Mattel, Coleco y Magnavox. La gran mayoría de empresas del sector entra en pánico al ver quebrar a estas empresas, sabiendo que las próximas son ellas. Y efectivamente caen una tras otra y se van extinguiendo marcas que años antes estaban en boca de todos.
Durante los años que perdura esta crisis, se abre el debate sobre si la industria de los videojuegos puede llegar a ser beneficiosa y sostenible. Ahí, en esos momentos se llegó a hablar sobre la posibilidad de la desaparición de los videojuegos como tal, debido a la desidia y desconfianza que habían llevado las empresas a los consumidores, ávidas de dinero a toda costa, ofreciendo productos de dudosa calidad.
Atari enterró su buen nombre, tanto que no fue hasta hace poco, que fue retomado -tan solo el nombre- y asociado de nuevo a los videojuegos, décadas después de lo sucedido.
¿Aprendimos de nuestros errores?
Lo usuarios no somos tontos, y en aquel entonces dijeron basta. Pero como hoy podemos comprobar, la industria siguió adelante. Pero ¿cómo lo hizo? Hasta ese momento, la multitud de sistemas, la ingente cantidad de juegos casi idénticos y el nulo control de calidad sobre los videojuegos lapidó la imagen que todo el mundo tenía sobre lo que era un videojuego.
Por ello, alguien decidió que todos los errores que cometió Atari, iban a ser evitados y revitalizar la imagen de los videojuegos ¿Quién fue? Muchos lo sabéis, pero la semana que viene veremos qué compañía resucitó los videojuegos con su sello de calidad.
Pero viendo todo lo visto, ¿pensáis que es posible que vuelva a pasar algo parecido? Muchos son los usuarios descontentos con los precios en los videojuegos, los excesos en algunos contenidos descargables dudosos o juegos que parecen inacabados. En 1983 dijeron basta de manera masiva y la industria tembló, ¿han aprendido las compañías actuales de la historia o se han olvidado un poco de ella?