Es indiscutible que, en pleno siglo XXI estamos viviendo una de las épocas doradas de los FPS que, ya sea a través del retorno de clásicos de los 90 que están volviendo a dar guerra en los tiempos que corren o por la llegada de Overwatch, el último Call of Duty o CS:GO viven un momento de forma espectacular.
Jugamos en directo a Doom a las 17:00
Sin embargo, cunado "todo esto era campo", cuando los videojuegos para ordenador daban sus primeros pasos este género no era demasiado popular hasta que, a principios de los 90, idSoftware decidió cambiar la industria con Hovertank 3D, Wolfenstein 3D y Doom, el juego que, para muchos o, al menos, para el que os escribe, lo cambió todo (siempre con el permiso del señor B.J. Blazkowicz, por supuesto.
El primer juego de Doom nos llegó en 1993, cuando muchos de nosotros no teníamos barba y quizás, otros muchos no habíais ni nacido y no podéis recordar esos tiempos en los que pulsabas el botón de encendido de tu ordenador, escuchabas una especie de clacs cuando estaba arrancando la máquina y veías, tras unos pocos segundos, una pantalla en negro con una línea de comandos esperando a que introdujésemos alguna opción (Windows ya existía pero todavía no estaba extendido aunque, a posteriori, Doom fue el juego más instalado en Windows 95, pero eso es otra historia).
Tras ejecutar el comando "start doom.exe" podíamos adentrarnos en un juego que cambió el curso de un género y que había salido de las mentes de John Carmack y John Romero, el duo que, seguramente, cambió la historia de los juegos de disparos en primera persona.
En lo que al argumento se refiere, no podemos decir que Doom fuese especialmente brillante, ya que lo único que teníamos que saber es que estábamos en la piel de un marine que se encuentra en una misión en una base de Fobos, una de las lunas de Marte, cuando de repente se produce un fallo de teleportación y se abren las puertas del infierno, dejando campar a sus anchas a los demonios a los que tendremos que hacer frente.
Como en todo juego de disparos que se precie, en Doom teníamos un gran arsenal de armas que debíamos de encontrar, que podíamos intercambiar con los botones números y disparar con el botón "Ctrl", algo totalmente impensable hoy día, al igual que tampoco pensaríamos que la barra espaciadora puede servir para abrir las puertas o pulsar botones, como era el caso.
En Doom tambnién nos encontramos con un título con un diseño de niveles que eran auténticos laberintos realmente profundos, rizando aún más el rizo de lo que podíamos ver en Wolfenstein 3D, encontrándonos con un montón de áreas secretas y siendo necesario, en muchas ocasiones, abrir el mapa con el botón tabulador para poder encontrar dónde estábamos y qué zonas nos faltaban por explorar.
Algo que llamaba realmente la atención y por lo que destacó en su época, además de por su brillante diseño de niveles, era su corte totalmente gore, violento, que causaba auténtico impacto cuando veíamos la sangre de nuestros enemigos, sus cadáveres y todo lo que podíamos hacer con una escopeta o una sierra mecánica.
Otro factor a tener en cuenta es que Doom también contaba con un modo multijugador mediante el cual podíamos disfrutar, de forma local, de toda la campaña en compañía de hasta cuatro amigos o enfrentarnos, todos contra todos, en un clásico deathmatch.
Pero quizás, el factor por el que Doom ha sido tan importante y se ha hecho eterno a lo largo de estos años es por los juegos que se desarrollaron utilizando el mismo motor, clásicos como Heretic, Hexen o Strife, entre otros.
Además, al liberarse el código fuente del juego en el 97 y en el 99, los modders comenzaron a crear sus propias expansiones, modos de juego y diferentes mods para Doom como Brutal Doom que han hecho que el clásico de idSoftware sea un juego inmortal y que, de hecho, se siga jugando hoy, en la semana en la que esta obra imperecedera cumple 25 años mientras espera, el año que viene, una nueva entrega bautizada con el nombre de Doom Eternal.
¿Cuál fue vuestro primer FPS? ¿Y vuestro primer recuerdo con Doom? Lo debatiremos, juntos, en el directo de esta tarde o en los comentarios.