El pasado fin de semana se celebró la Super Bowl, la final del campeonato nacional de fútbol de Estados Unidos, con una victoria para los Bucaneros de Tampa que además, demuestra el poderío de una figura como la de Tom Brady, considerado como uno de los mejores deportistas de todos los tiempos y un quaterback tan influyente como imposible de derrotar en el terreno de juego. Pero la Super Bowl, además de deporte, ofrece un escaparate impresionante para productos, películas y cantantes -en Vandal os hemos recopilado muchos de ellos en un impresionante vídeo-, siendo el show musical del descanso, uno de los más caros e increíbles. ¿Lo curioso de todo este asunto? Pues que este año The Weeknd no solo no habría cobrado: habría invertido más de 7 de millones de dólares en este concierto especial. ¿Los motivos? Es la mejor inversión que puede hacer un artista en su situación.
Analizando el impacto del halftime show de la Super Bowl
Joe Pompliano, experto en negocios y deportes, ha estado explicando en bien argumentado hilo de Twitter los motivos por los que él cree que esta enorme cantidad de dinero está más que bien invertida. Para comenzar, arranca enumerando un hecho que mucha gente desconoce: desde Jennifer Lopez a Katy Perry, pasando por Justin Timberlake y Lady Gaga, los artistas y las actuaciones más famosas y virales de la historia del entretiempo de la Super Bowl no han sido remuneradas. Sí, como estáis leyendo: ninguna de ellos ha recibido cheque alguno por actuar en la Super Bowl. Todos los profesionales involucrados en este pequeño gran concierto que ameniza la espera a la reanudación del partido, son conscientes del nivel de publicidad y exposición que supone salir en una retransmisión seguida a nivel mundial por más de 100 millones de personas.
De hecho, la NFL recluta y tienta a los artistas con este hecho: saben que tienen el contenedor perfecto para la promoción y la distribución de su actuación a través de una emisión seguida y cubierta por miles de medios colindantes -televisiones, periódicos, streamers- y un portal de YouTube que se usa para la redifusión, casi inmediata, de la actuación en directo. Pompliano nos pone un ejemplo clarísimo de lo que supone salir en este intermedio y de cómo se puede rentabilizar a los pocos minutos. Cuando Jennifer Lopez y Shakira participaron el año pasado en el show del descanso, ambas artistas ganaron más de 3 millones de seguidores en redes sociales y fueron testigos de un aumento del 900% de las descargas de sus principales singles y trabajos en las tiendas digitales de música.
Sí, el año pasado ni JLO ni Shakira pudieron amortizar esta participación en la Super Bowl debido a la COVID-19, pero Maroon 5 vio un aumento considerable en las entradas de sus conciertos: pasaron de unos 200.000 de media en las reservas a más de 1,7 millones tras su actuación en la edición de 2019. En un mundo en el que los discos no generan demasiado dinero a no ser que te llames Taylor Swift, la capacidad de generar dinero a través de conciertos y descargas digitales es vital, y en eso la Super Bowl y su show es la clave. Que se lo digan a Travis Scott, cuyos honorarios han ascendido considerablemente gracias al caché que te ofrece un concierto como este.
Pero, ¿qué le ha pasado a The Weeknd? ¿Por qué ha tenido que invertir una suma tan grande de dinero? Bueno, tenía una papeleta difícil de solventar. Actualmente, tiene prevista una gira de 66 espectáculos en América del Norte y Europa que arrancará en unos 10 meses, pero la COVID-19 aún está causando estragos en casi todos los eventos en directo, como los conciertos, y quién sabe si sus ambiciosos planes podrán mantenerse. La vacuna está ayudando a la inmunidad colectiva, pero el ritmo de inoculación sigue siendo discutible en muchos países, y la aparición de nuevas cepas y variantes está dificultando el proceso. En el caso de que The Weeknd no pueda celebrar su tour mundial, el artista podría perder sumas cercanas a los 100 millones de dólares, que fue lo que recaudó con su última gira. Por eso la inversión de 7 millones de dólares por salir en este descanso, haciendo el show de sus sueños, tiene sentido si la consideramos como un trampolín de cara al mañana. Como la mejor carta de presentación imaginable para un músico.
La pandemia de coronavirus ha causado verdaderos quebraderos de cabeza a la NFL como organización durante toda la competición, con descensos evidentes en términos monetarios y audiencias. En un año normal, la NFL y sus patrocinadores cubren todos los costes relacionados con la producción del espectáculo, que se estima en unos 13 millones de dólares, si bien la suma puede oscilar más hacia arriba que hacia abajo. Pero para The Weeknd, eso no era suficiente y decidió invertir un poco más amoldarse a la visión que él tenía de una actuación en la Super Bowl. Y tiene sentido. Un spot de 30 segundos en la retransmisión de este evento deportivo cuesta una media de 5,5 millones de dólares, una cifra insignificante si tenemos en cuenta el retorno que puede generar en ingresos. Coca Cola lo sabe. Amazon lo sabe y las principales majors de Hollywood, también. Si un spot cuesta tanto, ¿en cuánto valoramos un espacio de 15 minutos, que atraerá mucha más atención de los medios y miles de millones de impresiones en redes sociales? Abel decidió jugar al mismo juego, y parece que lo ha hecho de manera inteligente. Si bien el impacto o retorno económico dependerá de la capacidad de The Weeknd para realizar giras en los próximos 12 meses, parece que es una jugada inteligente al largo plazo.
"Independientemente de si es un éxito o no, debes respetar a alguien que apuesta por sí mismo por una suma de 7 millones de dólares", concluye Joe Pompliano. Y razón no le falta.