Es uno de los lugares más extraños y misteriosos del planeta. Para muchos, el pozo de Barhout entra la categoría de unos de los emplazamientos naturales más terroríficos, sobrenaturales y difíciles de explicar de la Tierra. Ubicado en una zona desértica de la provincia de Al-Mahra, en Yemen, es objeto de cientos de leyendas y fenómenos inexplicables, siendo evitado por los habitantes de la región que creen que se trata de la mismísima entrada al infierno. El pozo del inframundo, como explican en AFP, ha cobrado nueva vida tras una serie de vídeos que intentan arrojar más luz a su naturaleza.
Una formación que tiene millones de años a sus espaldas
Un grupo de científicos consultados por AFP ha podido grabar, a vista de dron y a gran calidad, el pozo de Yemen. Se trata de un nuevo intento de exploración de la zona, poco frecuentada por lugareños y geólogos, de cara a esclarecer el origen de este enorme accidente geológico. Salah Babhair, el director de Instituto geológico de Mahra, ha explicado que la roca que rodea el pozo tiene una datación de millones de años, aunque piensa que el pozo en sí es bastante más reciente en términos geológicos. Sin embargo, dado el folclore arraigado en las inmediaciones y las historias que se cuentan por toda Yemen -algunas muy truculentas-, parece que lleva miles de años con su actual forma y definición. Durante décadas han surgido cientos de leyendas entre la población, alimentando el miedo a la formación y evitando que sea explorada con tranquilidad por los profesionales. La tradición oral asegura que este pozo de infierno, denominación de los habitantes de Al-Mahra, fue construido como prisión para demonios y Djinns.
El pozo está compuesto por una abertura completamente vertical y de paredes bastante irregulares que forman una especie de anillos de diferente grosor. Según los últimos cálculos, mide unos 30 de diámetro y se calcula que tiene una profundidad de unos 100 a 250 metros, si bien esto no está comprobado. En las cornisas superiores del abismo, anidan diferentes tipos y especies de ave, y según Salah Babhair, es probable que se encuentren plantas y vegetación adaptada a la falta de luz. "Fuimos a visitar el área y entramos en el pozo, alcanzando más de 50-60 metros (164-174 pies) de profundidad. Notamos cosas extrañas en el interior", comenta Babhair, también experto en prospecciones y el estudio de los minerales. "También olimos algo extraño... Fue una experiencia misteriosa", matizaba a la citada agencia de prensa.
Demonios y avistamientos sobrenaturales: La puerta del infierno esconde algo más
El pozo de Barhout, como ya os hemos comentado, es el centro de muchísimas historias relacionadas con demonios y avistamientos sobrenaturales de todo tipo. Casi todas ellas relacionando el olor nauseabundo que emana del agujero con las emanaciones de azufre propia del mismísimo infierno, y parece ser que estarían relacionadas con la expulsión de gases sulfurosos, por lo que el folclore no anda demasiado desencaminado. Pero pese a su antigüedad, nunca ha sido explorado realmente, y la expedición de Babhair, la más reciente hasta la fecha, no pudo descender más de los 60 metros debido a estos mismos gases. El equipo con el que iban se deterioraba demasiado rápido y les impedía avanzar más. Muchos dicen que la falta de interés de los científicos ha ido alimentando la superchería y las leyendas, y de hecho, la respuesta oficial de la falta de expediciones y científicos que estudien este accidente geológico es que Yemen es un país extremadamente conflictivo y pobre pese a sus abundantes recursos naturales. Como nos explican en Gizmodo, sus habitantes sufren un conflicto armado desde 2011, y desde hace décadas se ha considerado como una de las regiones más peligrosas del planeta.
"Es muy profundo, nunca hemos llegado al fondo de este pozo, ya que hay poco oxígeno y no hay ventilación", comentaba el geólogo encargado de intentar arrojar más luz a esta supuesta entrada al inframundo, que desprende un olor fétido y tóxico. Ammar Hashem Mohammed Osman, quien realizó el servicio militar en un campamento cerca del pozo, tuvo pesadillas con la zona y juró que jamás volvería. "El olor era insoportable. Olía muy mal, como a huevos podridos... Me dio náuseas por la severidad de lo que emanaba de ahí", asevera Osman. Y, ¿por qué no se explora con un dron? La pérdida de visión por la oscuridad se puede solventar con las cámaras de infrarrojos o visión nocturna, pero la señal no llega a las partes más profundad, y los gases, inflamables, pueden hacer que el dispositivo electrónico acabe estallando o incendiándose en el peor de los casos. A eso hay que sumarle lo remoto de la región y su clima.
El clima en esta parte de Yemen suele ser muy caluroso y seco durante el verano, aunque en raras ocasiones puede haber tormentas eléctricas sobre las montañas cercanas. En general, la región no recibe mucha lluvia, pero cuando llueve lo hace de manera casi torrencial. Los lugareños creen que toda esta conjunción de factores no es normal, y es fruto de la presencia de figuras extrañas como demonios que roban las almas de los viajeros que se atreven a acercarse o de genios mágicos que prometen abundancia y poder a cambio de la vida eterna. "A muchos residentes cercanos ni siquiera les gusta hablar sobre el agujero, y mucho menos visitarlo, por temor a la mala suerte", comentan en AFP. En cualquier caso, seguirán investigando. "Estos lugares requieren más estudio, investigación e investigación", concluía Salah Babhair, que seguirá intentando sacar la verdad sobre este misterioso lugar. Los hombres van y vienen, pero la ciencia siempre da con la clave.
