Resulta bastante gratificante ver cómo un cineasta especializado en comedia ha logrado moverse con solvencia en un género que apenas ha tocado y que, a día de hoy en nuestro territorio, está más que abandonado. Los productos de género que se estrenan o lanzan en plataformas con firma nacional suelen girar alrededor de posesiones, altercados sobrenaturales o asesinos en serie.
El único con el suficiente valor como para ahondar en monstruos y mitología más compleja es Álex de la Iglesia, y ni siquiera él ha abordado una temática de zombiss, o infectados, como lo ha hecho Javier Ruiz Caldera, junto con Alberto de Toro que por norma general hemos visto en largometrajes para todos los públicos con la temática del absurdo como eje central de su filmografía. MalnaZidos cuenta con una premisa la mar de interesante que sin duda nace a raíz de la proyección de Overlord, el film de Julius Avery en 2018.
Cuenta con unas bases muy firmes
En aquella obra se nos introduce en la Segunda Guerra Mundial, en un despliegue en paracaídas que no tiene nada que envidiar a la tensión que se podía palpar en series como Hermanos de Sangre o The Pacific. Una vez las fuerzas americanas se empiezan a posicionar en tierra, se descubre que los nazis están realizando una serie de experimentos que convierten a los humanos en monstruos de feria, lo que nosotros nombramos como zombis o directamente bestias salidas de probetas, tal y como las hemos visto en Resident Evil y otros proyectos similares como, por ejemplo, La Liga de los Hombres Extraordinarios y la pócima de Jekyll y Mr. Hyde.
Es evidente que la fuerza que tuvo el estreno de Overlord en el Festival de Sitges caló fuerte en muchos espectadores, y eso sin duda hace que MalnaZidos sea un largometraje que todavía sepa mejor, porque cuenta una historia similar a aquella pero desde el punto de vista de nuestra Guerra Civil, que en la mayoría de ocasiones ha sido abordada por Guillermo del Toro a través de un fantástico un tanto más clásico, con la fantasía como bandera y el terror un tanto más escondido.
En MalnaZidos tenemos a tropas nacionalistas y republicanas teniendo que colaborar, de forma obligatoria, para exterminar a una plaga de zombis que ha aparecido de la noche a la mañana. Javier Ruiz Caldera (y Alberto de Toro), sin embargo, no aborda esto desde el horror absoluto para poder jugar un poco con los chascarrillos que personajes de un bando y otro puedan echarse para sacar punta al cara a cara de las dos Españas con un tono en clave de disfrute.
Efectos más artesanales y múltiples referencias
Digamos que los responsables han destilado lo que vimos en Mientras dure la guerra (con un Karra Elejalde espléndido) con ese choque entre unas corrientes y otras, y le ha añadido su humor particular y un toque de género con infectados que recupera un poco ese espíritu que dejó la [REC] de Paco Plaza y Jaume Balagueró. La premisa es excelente, no cabe duda, pero hay ciertos aspectos que hacen que MalnaZidos no pueda lucir todo ese potencial que tiene oculto.
Si bien la ya mencionada Overlord era un verdadero espectáculo en lo que efectos especiales se refiere y contaba con unas secuencias de acción que eran para quitarse el sombrero, en MalnaZidos nos encontraremos más bien un producto modesto que opta por sacar partido a sus efectos artesanales representando unos no muertos clásicos que podríamos encontrar fácilmente en una película de George A. Romero.
Lo cual no es negativo en absoluto, pero sí que en ocasiones deja mucho que desear porque se nota que hay escenas que quieren llegar a más, que quieren explotar y sacar a paseo su potencial de artillería, pero hay limitaciones y acaba pasando factura en ocasiones donde no habría venido mal dejar que la acción respirase con mayor comodidad. Somos conscientes de las producciones que se están comparando, de modo que tampoco es que sea un punto negativo como tal.
Donde sí brilla la dirección es en la combinación de comedia y terror a partes iguales. Puede que haya diálogos un tanto redundantes que no lleven a ninguna parte, pero en líneas generales el guion está bien resuelto y los personajes cumplen con suficiente sus cometidos. Ese humor se ve compaginado cada dos por tres con una escena que se ve invadida por los infectados, poniendo a los protagonistas al límite y sacando sus habilidades como tiradores a relucir, obligando además a que todos ellos deban cooperar entre sí, ocasiones que se usan para meter el dedo en la herida en varias ocasiones con temas sobre política que generalmente se suelen resolver de golpe y porrazo con un gag final o se pasa tan de largo que apenas se puede ahondar en ello.
MalnaZidos tiene mucho de Resident Evil en su ADN, muchas set pieces que nos recuerdan a Leon enfrentándose a los infectados de Umbrella y zonas que hasta parecen inspiradas directamente en fragmentos del juego de Capcom: cuevas, casas en medio del campo en plena noche, áreas en las que hay que coger un bote para poder escapar o explorar...
En ese sentido MalnaZidos tiene muy claro de dónde viene y el camino que debe seguir para adecuarse a una serie de estándares y reglas que componen el subgénero sobre el que navega. No obstante, aunque el resultado final no deje con mal sabor de boca, tampoco se siente que la nueva obra de Ruiz Caldera sea algo espectacular o una cinta que vaya a ser recordad por su calidad. Será un placer culpable de los fanáticos de Sitges que no caerá jamás en el olvido por esa temática que trata: una infección zombi en mitad de la Guerra civil. Empero, la combinación de elementos no termina de cuajar y MalnaZidos funciona bien a ratos.
Nuestras conclusiones
Cuando intenta ser una película de acción no le va precisamente mal, pero cuando quiere tocar temas delicados no sabe dónde ponerse para no salirse de los esquemas marcados. El terror viene en dosis justas y posiblemente solo pueda asustar a aquellos poco experimentados con el género que quieran ver lo último del cineasta que firmó Superlópez en su momento.
En corto, MalnaZidos brilla por su originalidad y por la valentía de abordar este tema, tan delicado todavía en nuestro país, con dosis de humor y zombis. Pero en el ámbito interpretativo es bastante olvidable y sus secuencias solo son un quiero y no puedo de productos madre como Overlord, que están a años luz en ese sentido. Como largometraje de serie Z, tampoco está nada mal.
