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Del Snake a los Triple-A: Los videojuegos toman el móvil

¿Cómo ha evolucionado la potencia de los móviles? ¿Son útiles para el gaming? Este reportaje propone un viaje que va desde los viejos y duraderos Nokia a los actuales smartphones.

El mundo avanza rápido, cualquier elemento tecnológico que hace diez años era una novedad ahora es un trasto viejo que pinta bien poco en nuestras vidas. Los viejos televisores culones abandonaron nuestros salones y el teléfono fijo ha pasado a ser una simple decoración que denota que el susodicho cuenta con conexión a internet. Y lo mismo ha pasado con los teléfonos móviles, herramientas que antes utilizábamos para llamar y que ahora se han convertido en el centro de nuestra vida. Y que han evolucionado desde el conocidísimo Snake hasta llegar a los FIFA o Infinity Blade. Algo que hace una década no era del todo necesario en nuestras vidas, hoy nos acompaña vayamos donde vayamos, y también cuenta con una amplia propuesta para los gamers. ¿Pero que hay del hardware? Como ha evolucionado su potencia a lo largo de estos años.

De serpientes monocromas

El gaming ha cambiado mucho desde que Nokia y su 6110 nos mostraban en 1997 la primera aparición de este adictivo juego para móviles. De la mano de Taneli Amaranto más de 400 millones de móviles pasaron de la llamada al juego. El título fue evolucionando con diferentes versiones que dejaban atrás aquella pantalla monocroma para pasar a sistemas Symbian en el 2000, adaptándose a la modernidad del momento.

El blanco y negro dejaba paso al color, y con el Snake Ex entraba en el Nokia 9200 comunicator. Cabe destacar que mientras Europa alucinaba con estos píxeles en blanco y negro, Japón gozaba de un catálogo de juegos fuera de lo común, copado por títulos incomparables en aquel momento. Hoy en día la tendencia se ha invertido y son los estudios occidentales los que han tomado la iniciativa en este tipo de proyectos.

Son muchas las propuestas que desde principios del año 2000 han surgido y evolucionado según avanzaba el tiempo. Una de las empresas que más ha hecho por la evolución de este tipo de juego ha sido Gameloft, cuyo catálogo de juegos se ha ido incrementando a una velocidad espectacular firmando clásicos para móvil como Prince of Persia, cuyo gameplay pasó de las pantallas de 101x80 de un Siemens en el 2000 a los 1024x768 de un iPad en 2010 como podemos ver en el vídeo que la misma Gameloft realizó para ver in-situ la evolución de sus juegos.

La evolución del móvil como hardware trajo consigo la posibilidad de conseguir nuevas cotas de calidad gracias a sistemas como Java I-mode doja, Symbian, o J2ME. Pasábamos de un simple juego arcade de los ochenta a la posibilidad de crear productos con código muy evolucionado que permitían el color y los gráficos que cada vez prometían más.

De los juegos para móvil a los móviles para juego

Y esta evolución llevó a uno de los gigantes de la industria, Nokia, a probar suerte invirtiendo la ecuación. ¿Porqué adaptar un juego al teléfono si podían adaptar todo el teléfono a los gamers? Así nacía N-Gage, con apariencia de consola portátil, este dispositivo permitía la reproducción de vídeo y mp3 junto a las llamadas y navegadores además del propio juego, incluso vía Bluetooth. Después de algunas críticas por la ubicación de los juegos en tarjeta la multinacional sueca sacó N-Gage QD, con cambios estructurales pero que tampoco convencieron.

El último intento de este dispositivo llegó en 2005 con QD silver, que presentaba más cambios a nivel visual que no en lo relacionado con la jugabilidad, por lo que acabó desapareciendo sin mucho éxito. Pese a ello su catálogo contaba con clásicos como Tomb Raider, FIFA Football, Tony Hawk's, Virtua Cop, Worms, Warhammer 40.000 o Rayman, entre muchos otros. Pese a estos nombres el juego móvil aún no estaba tan extendido como para necesitar un dispositivo de estas características. Veníamos de un pasado monocromo para contar ahora con un procesador ARM de 104mhz, una resolución de 176x208 píxeles y una pantalla de 4.096 colores. Todo ello sobre una base de sistema operativo Symbian 6.1 y J2ME.

La intentona de Sony

Otro de los actores que no podíamos dejar fuera de este guión es el Sony Eriksson Xperia Play. Este dispositivo llegó al mercado en 2011 y es el único que cuenta con la certificación de PlayStation. Basado en Android Gingerbread, el móvil cuenta con un mando deslizante basado en los controles de PlayStation Portable (PSP) y permite el juego de un modo más natural. Aún con la cruceta, los controles tipo joystick, únicamente táctiles, tuvieron enseguida sus detractores.

En este caso las especificaciones técnicas cambiaban para ofrecer una CPU con 1ghz, chipset Qualcomm Snapdragon y una pantalla TFT de 4 pulgadas con una resolución de 480x857 píxeles y más de 16 millones de colores. Un teléfono que dista mucho de lo que podemos encontrar hoy en día en el mercado pero que no podíamos dejar de nombrar en lo que al mundo del videojuego se refiere.

¿Qué tenemos en el mercado?

Esta revisión nos ha servido para conocer la evolución de los móviles dedicados al gaming, y también el camino que el videojuego ha seguido desde lo residual, con los Memory o Snake en Nokia, a lo protagonista en los móviles que ahora veremos.

La propuesta de Samsung

En el mercado desde el pasado mes de abril, el S4 es un teléfono inteligente de los más potentes hoy en día superando a su antecesor y a casi todos los teléfonos disponibles.

Si miramos las entrañas de este teléfono nos encontraremos un procesador de cuatro núcleos a 1.9 Ghz, 2gb de RAM, lo que lo convierte en algo muy capaz de mover casi cualquier juego arrojando una potencia capaz de mover cualquier tipo de propuesta. Lo que antes era un dispositivo con algún juego, Samsung lo convierte en una perfecta consola portátil si así lo deseamos.

Uno de los puntos a tener también en cuenta en el Samsung Galaxy S4 es, sin duda, la pantalla. El panel Super Amoled cuenta con una definición de 1920x1080, 16 millones de colores y 441 ppp que convierten al dispositivo en un imprescindible para los tecnófilos.

Pero la familia Samsung no empieza aquí. Al contrario que el iPhone, la marca surcoreana ha optado por realizar decenas de dispositivos, aunque también ha dedicado parte de su producción a la línea de alta gama, S, a la que pertenecen el laureado SIII y ahora el S4. Si nos fijamos en la evolución de esta familia veremos que es muy similar a la de iPhone, y que año tras año ha intentado superarse para llegar a marcar los estándares dentro de la industria.

Concretamente Samsung arranca la gama Galaxy S en 2010, tres años después que Apple, apostando por un procesador ARM CORTEX A8 a 1Ghz acompañado por un procesador gráfico PowerVR SGX 540 A 200 MHz. Todo ello arropado por una memoria RAM de 2GB flash.

Posteriormente SII y SIII reafirman la apuesta de Samsung por la alta gama con procesadores de doble núcleo y sistemas gráficos de hasta cuatro núcleos. En tan solo un año SII hacía sombra a su hermano pequeño, y 2012 significa la llegada del SIII. Aquí el procesador Quad-Core Cortex- a 1.4Ghz, capaz de mover 80 millones de triángulos/segundo, ya dejaba entrever que Samsung era el rival a batir por todos. Toda esta evolución en potencia viene acompañada de mejoras en pantalla hasta llegar al actual S4, una joya técnica con la que se corona la gama alta de Samsung.

Una de las pegas, que encontraremos en casi todos los dispositivos, es la duración de la batería. Si bien las marcas intentan mejorar este paso, muy pocas lo consiguen, y si exprimimos la potencia en un juego decente pronto veremos como el móvil se apaga sin que podamos hacer nada al respecto. Pero, ¿Qué pasa con el catálogo de juegos?

Google Play vs. App Store

Antes de avanzar hacia el inevitable iPhone 5, rival acérrimo del S4 debemos hacer una revisión de lo que cada tienda virtual nos ofrece. En este sentido un estudio de hace un mes escaso arrojaba datos sobre la presencia de juegos en las dos plataformas. El resultado: Cerca de un 30% de aplicaciones de la tienda de Apple son juegos o apps de entretenimiento, mientras que Google Play cuenta con un 15% de aplicaciones de este tipo.

Pero que tengamos el hardware no quiere decir que los juegos estén a la altura, o que la tipología de juegos se adapte a la del jugador más hardcore. Entre lo más descargado de Google Play se encuentran ya clásicos como Plants vs. Zombies, Asphalt 8, Minecraft o NFS Most Wanted. Títulos muy conocidos pero que no se alinean con el jugador más avezado a grandes títulos. La falta de Triple-A en ambos casos es una de las faltas que encontramos en el catálogo. Juegos con mucho tirón pero que no necesitan excesiva potencia para funcionar.

Si miramos en la competencia, la App Store cuenta con algunos títulos más que tiren de potencia en el móvil, pero siguen siendo los menos. En las primeras posiciones encontramos juegos tipo Asphalt 8, Street Fighter II y los Plants Vs. Zombies, Minecraft o Terraria. De todos ellos el precio más alto no supera los 5 euros, y quedan bastante lejos de poder explotar toda la potencia que los terminales actuales disponen. Deberemos bajar hasta el puesto 10 para ver juegos como FIFA 13 o hasta el 17 para jugar a títulos como Grand Theft Auto III o Vice City, también en Google Play. El jugador de móvil es claramente casual, y juegos free-to-play con micropagos, o incluso juegos totalmente gratuitos, ganan a la hora de descargar un juego.

¿Está el catálogo a la altura? Creemos que no. No, al menos, para ese jugador que busca algo más que reunir caramelos del mismo tipo, estrellar pollitos contra paredes o jugar al trivial, con todos los respetos a un segmento que en los últimos años ha aupado la industria de las aplicaciones móviles a los primeros puestos. La potencia del móvil no se usa aún para explotar juegos de los denominados Triple-A. Compañías como 2K ya han empezado con títulos como XCOM: Enemy Unknown, que se encuentra en el App Store con unas puntuaciones muy altas aunque criticado por su precio, unos 17 euros. El juego luce espectacular en la tableta y el móvil, pero de momento está bastante solo en cuanto a títulos de estrategia. La jugabilidad de estos dispositivos y la potencia acompaña, pero parece que los estudios no ven salida en un mercado en el que la potencia es menos importante que el precio.

2007-2012: El imperio iPhone

A día de hoy muchos habrán visto la presentación del primer teléfono iPhone de la historia. Corría el 2007 cuando Steve Jobs sorprendía a la audiencia con un dispositivo que aunaba potencia, cámara, música e internet en un solo teléfono. Si tomamos como referencia los dispositivos vistos anteriormente, y viendo el lapso de años entre el 2007 y 2012, veremos que la división de teléfonos de Apple ha crecido exponencialmente año tras año, y ha logrado dejar atrás al iPhone original para conseguir unas cotas de potencia capaces de mover casi cualquier juego. Pese a ello la última actualización de Samsung Galaxy supera a los de Cupertino.

Si vemos una comparativa de los teléfonos de Apple, veremos enseguida que este crecimiento en potencia viene acompañado de una mejora del hardware en todos los sentidos. Mientras el iPhone original montaba un procesador Samsung ARM1176 a 412 Mhz, el último dispositivo, el iPhone 5, cuenta con un procesador A6 de doble núcleo a 1.6GHz. En cuanto a la potencia la RAM también ha aumentado desde las 128 mb de 2007 a las 1024 mb de DRAM apostando por una resolución que ha variado desde los 480x320 píxeles (a 163 ppp) del original, pasando por los 960x640 de iPhone 4 y 4S, para llegar a los 1136x640 a 326ppp.

Un aumento de la pantalla del dispositivo, que ha pasado de las 3.5 pulgadas a las 5 del modelo más actualizado, nos muestra todo el poderío que viene de las entrañas del móvil ideado por Jobs, pero que está más bien huérfano –aunque cada vez menos– de juegos como los que hablábamos anteriormente. Si que es verdad que ejemplos como XCOM: Enemy Unknown, FIFA 13, Infinity Blade o aventuras gráficas del estilo de Pendulo son cada vez más populares, aunque todavía le falta dar ese salto de calidad para que los títulos tiren de toda la potencia del dispositivo.

Una liga de muchos

Organizar todos los móviles del mercado con potencia suficiente y buscar su comparativa con otros sería imposible. Hemos seleccionado las familias Apple y Samsung con el objetivo de desgranar dos de las más representativas, pero la liga del gaming en móvil no es solo cosa de dos. Si observamos las últimas aportaciones al mercado de Sony, LG, HTC o Google, encontraremos propuestas que asombran por su calidad y también por la potencia que son capaces de recrear.

Fijándonos entre los representantes de más gama de estas familias encontraremos al nuevo Z1 de la gama Xperia, el One de HTC, el G2 de LG y finalmente el Nexus 4. Todos ellos montan un procesador Qualcomm Snapdragon. Xperia y LG con una potencia de 2.26GHz y el resto a 1.7 Ghz, potencia suficiente para estar al lado del S4 en cuanto al mercado Android se refiere. Todos ellos, incluido el Samsung, optan por una gráfica Adreno 330 o 320 y siempre los 2GB de RAM.

Este rápido vistazo al espectro Android nos muestra que no únicamente el S4, pese a su magnífico rendimiento, es el candidato único. Esta liga es de muchos y es en lo diferencial de las pantallas, el uso de batería y el rendimiento lo que nos hará tomar la determinación por uno u otro. Sea como fuere el mercado cuenta con una gama muy alta de terminales que muchas veces algunos se empeñan en bipolarizar. Con muchos y grandes dispositivos por desvelar Sony da el golpe sobre la mesa con su Xperia Z1, y lo aúpa entre los grandes del sector. Ahora solo falta apostar por un catálogo muy amplio con verdaderos Triple-A entre ellos… veamos que tiene que decir Electronic Arts sobre ello.

"Juegos de verdad para móviles"

La intervención de los grandes estudios del mundo del videojuego es imprescindible para ver esos ansiados Triple-A en los catálogos digitales. Si bien contamos con la potencia perfecta para disfrutar de juegos, nos faltan motores y propuestas que los exploten completamente. Pues bien, en esa línea hemos conocido el FrostbiteGo, una propuesta de DICE y EA que promete "juegos de verdad para dispositivos móviles. Su trabajo con el modo Commander del nuevo Battlefield 4 les ha llevado a conocer mucho más a fondo las posibilidades de cada dispositivo, y ven en el juego móvil una buena opción para explotar este motor.

En palabras de Patrick Soderlund, responsable de marcas de Electronic Arts, las nuevas versiones del FrostbiteGo permitirán realizar juegos basados en la experiencia del propio Frostbite, y conseguir cosas como la destrucción total. En este sentido el propio Soderlund afirma que "pueden suponer un cambio dramático en el sector móvil, y empezar a hacer juegos de verdad para este tipo de dispositivos".

Este responsable de marcas acaba elucubrando sobre las posibilidades, y cree que este movimiento sería la "evolución natural" después del cambio exponencial que iPad, iPhone, Samsung y demás marcas han realizado en cuanto a potencia bruta. En el desarrollo del propio modo Commander de Battlefield, se contó con ayuda externa en cuanto al desarrollo, aunque un gran grupo convenció al propio Soderlund de las posibilidades que este motor móvil podía brindar en un futuro.

De phablets y tablets

Y si hablamos de potencia en dispositivos móviles no podemos dejar atrás otras propuestas que también son teléfonos, aunque con una envergadura bastante superior. Los denominados phablets son una mezcla entre el teléfono inteligente convencional y las tabletas. Un sistema que combina el poderío en hardware con una pantalla ostensiblemente superior a la media en teléfonos móviles.

La feria IFA de celebrada durante esta semana nos ha desvelado dispositivos que apuestan por dar un paso firme hacia la consolidación de este tipo de tabletas-teléfono de cara al futuro. Si miramos su rendimiento y la potencia que prometen, pueden ser grandes candidatos a coronarse como dispositivo de juego móvil aprovechando propuestas como el FrostbiteGo de EA. Si tomamos como ejemplo a la propia Samsung, cuya familia S hemos desgranado más arriba, encontramos la gama Note. El actual Note 3 ha revolucionado su interior con un procesador quad-core Snapdragon 800 para versiones LTE y un octo-core a 1,9GHz, para los casos como el Exynos 5 Octa. Una configuración igual que los S4, una garantía que seguro podría mover juegos de gran calidad sin grandes esfuerzos.

En el mismo segmento encontramos propuestas como el propio Note 2, el Xperia Z Ultra o el LG Optimus G pro. Si miramos atentamente el interior de estos dispositivos veremos que cuentan con procesadores parecidos, Quad Core para todos ellos donde varía un poco la potencia en MHz oscilando entre los 1600 y los 2200 Mhz. En GPU, partiendo desde el Note 3, se opta normalmente por el Adreno 330 o soluciones inferiores. Donde observamos un cambio mayor es en las pantallas, que abren un abanico que se mueve entre las 5.5 y las 7 pulgadas con tecnologías Super Amoled Full HD en el caso de Samsung, IPS LCD para Asus Fone Pad o TFT en el caso de los LG Optimus. En la RAM todos ellos optan por los 2Gb, excepto Note 3, que lo hace con 3gb. En todo caso un segmento de mercado que cada vez cuenta con más partidarios y cuya pantalla puede hacer decantar a más de un gamer hacia este tipo de opciones.

Un mercado desbocado en menos de una década

Hablar de la potencia en móviles hace diez años era poco más que algo impensable para las necesidades del momento. Los más atrevidos apostaban por algunos clásicos arcade que permitían jugar al Pong, Arkanoid o juegos por el estilo donde algunos píxeles rebotaban contra otros para distraer al suertudo que podía disponer de un terminal que estaba fuera del alcance de muchos. Llamadas, mensajes y una agenda más bien vetusta conformaban los componentes de lujo que un móvil de la época necesitaba.

Mientras el mercado japonés eclosionaba en los primeros 2000 con propuestas jugables que los móviles del mercado occidental ni podían soñar, algunos estudios empezaban a pensar que una pelotita contra una pared no era lo que ellos querían para sus dispositivos. Estudios como Gameloft, cuyo vídeo hemos visto anteriormente, apostaron por portar al móvil juegos con una calidad gráfica superior, lo que se traducía en la necesidad de optar por mejorar lo presente con procesadores más rápidos y controladores gráficos que soportasen mejor lo que los estudios querían exponer a los usuarios.

Pero, ¿gustaron realmente estas propuestas a los gamers? A decir verdad la experiencia de juego de N-Gage no terminó de cuajar. A un primer dispositivo revolucionario, pero con algunas taras que lo hirieron de muerte, le siguieron dos propuestas más evolucionadas que convivieron con portátiles como GB Advance SP que pronto se vieron superadas por propuestas como PSP, Nintendo DS, más enfocadas al gaming, cuyo éxito es conocido aún hoy en día. Del mismo modo Xperia Play tuvo sus partidarios aunque la problemática del catálogo volvía a resurgir para un dispositivo que había conseguido lo que ningún terminal, el certificado PlayStation.

Y de ahí a la escalada de potencia de los móviles. El mercado occidental cargaba sus pilas para superar a los nipones y empezar una carrera que aún hoy día está vigente. Apple ponía todas sus fuerzas en evolucionar la idea de un dispositivo que aunase ocio y teléfono y le seguían Samsung y tantas otras marcas que hemos revisado anteriormente. El resultado lo tenemos actualmente con una evolución en potencia que parece no tener un techo aún visible. Cada feria significa un nuevo procesador capaz de mover el móvil con una potencia bruta muy superior al anterior. Del mismo modo las pantallas mejoran y la experiencia jugable se convierte en más visual que práctica.

Si hay un escalón que aún debe superar la industria del móvil para conquistar a los jugadores más hardcore, es el de la jugabilidad más física. En lo visual las mejoras son cada día más extremas superando con creces a los ordenadores de no hace tanto, pero los controles táctiles chocan frontalmente con lo que el jugador más avezado busca. La idea del Xperia Play se vio con buenos ojos con unos mandos calcados a los de PSP Go. Cruceta y botones convertían al teléfono en una PlayStation Portable, aunque fallaban claramente los joysticks, que realizados pensando en el espacio no daban la sensación de respuesta esperada. El movimiento más cercano es el de Samsung, que ha creado un pad en el que encajar el móvil para que el jugador pueda jugar cómodamente, aunque este tipo de propuestas, al no estar implementadas en el teléfono terminan por ser engorrosas viendo soluciones como las que ofrece, por ejemplo, Nintendo 3DS.

Ya tenemos toda la potencia, ¿Y ahora qué? Esta es la pregunta que un gamer cuyo objetivo sea convertir su móvil en un dispositivo para jugar. ¿Necesitan los Asphalt, Plants vs. Zombies o Candy Crush un procesador de cuatro núcleos a 1.9Ghz de potencia? La clara respuesta es no. De ahí que el anuncio de Electronic Arts en cuanto al desarrollo de FrostbiteGo pueda hacer pensar en proyectos que no sean simples ports, sino que estén destinados a los móviles o phablets. Solo de este modo se potenciará el deseo de los gamers más exigentes por tener esos supuestos Triple-A en sus teléfonos.