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¿Cuál es el mejor juego de Metal Gear Solid? - TOP 9

Estos son los 9 mejores juegos de la saga principal de Metal Gear hasta la fecha. Acción, espionaje y una profunda trama con temas políticos y fantásticos.

El futuro de Metal Gear Solid sin su creador, Hideo Kojima, presenta algunos nubarrones. Konami apenas ha dado continuidad a la saga con Metal Gear Survive y sólo ahora leemos algunos rumores de la externalización que estaría preparando la compañía para dar nueva vida a la serie de acción y sigilo. Eso no nos hace olvidar que desde finales de los 90 –aunque su origen sea bastante anterior- hasta hace unos años Metal Gear era una de las licencias mejor valoradas y más conocidas de la industria; en su época fuerte dio lugar a infinidad de merchandising, cómics, spin-off de múltiples géneros, y pronto será adaptada a película de imagen real. En este reportaje vamos a repasar los mejores Metal Gear canon de la saga, aquellos que por cuestión de historia o jugabilidad podemos considerar los títulos principales. ¿Y tú, en qué orden pondrías a los juegos?

9. Metal Gear (1987)

El origen de todo. En parte fruto de las limitaciones de MSX, Hideo Kojima ideó un juego donde la clave no eran los tiroteos contra múltiples enemigos sino la infiltración, evadir los combates. Desde un principio Kojima vertió muchas de sus influencias cinematográficas para una historia que está por encima de la media de otros juegos de acción, con giros, temas políticos y el eterno miedo nipón a los conflictos nucleares.

La historia de Metal Gear, inspiración también para la mayoría de secuelas, nos presenta a un joven Solid Snake de FOXOUND que debe entrar en Outer Heaven para destruir a un tanque bípedo armado con misiles nucleares que podrían alcanzar cualquier punto del planeta, así como rescatar a una serie de compañeros capturados. Un éxito comercial para MSX que sentó las bases que luego evolucionaron en las 3D, y que hoy únicamente puede echar para atrás por ciertas mecánicas propias de un juego de hace 30 años.

8. Metal Gear Solid: Portable Ops (2006)

Metal Gear Solid: Portable Ops no fue el primer juego portátil de la saga –ahí tenemos Metal Gear: Ghost Babel o los dos Metal Gear Ac!d- pero sí el primer título realmente ambicioso con las mecánicas de la serie en 3D para pantallas pequeñas. Aunque no está dirigido por Hideo Kojima, continúa la historia tras Metal Gear Solid 3 y presenta un elenco de villanos con las extrañas habilidades típicas de la licencia.

A nivel argumental profundizó un poco más en Naked Snake y otros secundarios de Snake Eater, además del nuevo antagonista, Gene, pero su influencia dentro de la historia global se redujo con el paso de las secuelas. Más interesante son todas las características que aportó a títulos posteriores, incluyendo la construcción de una base mediante el reclutamiento de personajes, y ofreció un multijugador online. El control, por las limitaciones de sticks y botones de PSP, se sintió inferior a los juegos de doméstica.

7. Metal Gear Solid: Peace Walker (2010)

Tras Metal Gear Solid 4 Hideo Kojima dirigió este juego de PSP que continuaría expandiendo la historia tras MGS 3 y Portable Ops. El argumento de Metal Gear Solid: Peace Walker no aporta demasiado pero algunos de sus personajes y temas dejan huella en MGS 5; además pulió varios aspectos jugables respecto a Portable Ops en cuanto a movilidad –con lo aprendido en MGS 4- y se inspiró en Monster Hunter para integrar cooperativo para cuatro jugadores en las misiones contra jefes, recogió el multijugador y camuflaje de MGS 3…

Hay que tener en cuenta que igual que Portable Ops está pensado para una portátil y su manera de jugar –partidas rápidas- influye en el ritmo, así que muchas de sus decisiones de diseño tienen su razón de ser en el origen; eso sí, hoy día es más recomendable jugarlo en PS Vita o en su remasterización por la comodidad de las dos palancas. El resultado en todo caso fue uno de los juegos más espectaculares de PSP.

6. Metal Gear 2: Solid Snake (1990)

Una secuela que superó al original en todo, tomando todo lo bueno de aquel y añadiendo una profundidad que lo convierte en una joya de MSX. Metal Gear 2: Solid Snake no sólo era más divertido que el primero sino que Kojima se permitió dar un mayor peso a la historia, con personajes carismáticos y una aventura que en el fondo es el cimiento para el primer Metal Gear Solid.

Pistolas con silenciador, cajas de cartón, opción para arrastrarse por el suelo, trampas, multitud de armas y prácticamente todo lo que gusta al fan de Metal Gear concentrado en un hardware que no podía dar más de sí. Metal Gear 2 es uno de los grandes juegos de 8 bits cuyo legado sentó las bases para cualquier título de sigilo posterior.

5. Metal Gear Solid 5: The Phantom Pain (2015)

Probablemente uno de los mejores juegos de acción en mundo abierto que puedas encontrar en el mercado pero un mal Metal Gear. No es una contradicción: sin duda Metal Gear Solid 5: The Phantom Pain es el juego de la saga con un control más pulido –y con mucha diferencia-, y las posibilidades de su mundo abierto brindan más libertad que nunca, aunque es cierto que sufre algún problema por la repetición de misiones y un mapa desangelado fuera de las bases principales.

El mayor punto negativo para el fan de la saga, sea por su tormentoso desarrollo que terminó con Kojima apartado del proyecto en la recta final o por falta de tiempo, es que se echa en falta la carga narrativa que se espera de su director: hay escasez de cinemáticas o diálogos, pocos enfrentamientos memorables y su villano apenas pasa de puntillas por el juego; una lástima porque el prólogo Ground Zeroes sí equilibra mejor lo que se esperaba de MGS 5. En definitiva, una experiencia sobresaliente al que le faltó un poco más de personalidad para ser el Metal Gear definitivo.

4. Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots (2008)

Probablemente el caso opuesto a MGS 5: un estupendo regalo para el fan de la saga, ese que busca una historia densa, personajes freak y situaciones inverosímiles –aunque en ocasiones roce la parodia- que además tuvo la difícil tarea de cerrar la trama de Solid Snake tras los acontecimientos de MGS 2. Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots evolucionó el camuflaje de MGS 3 con la posibilidad de copiar texturas del terreno, pulió la interfaz –por el ejemplo con el nuevo sistema de radar- y añadió algunos movimientos muy útiles, como caminar agachado o la acción en primera persona.

No obstante quedó cortó en otras de sus promesas y el ambiente de guerra se hizo más lineal de lo deseado; el control se hizo más cómodo pero no lo suficiente cuando se toma como un shooter, infrautilizó algunas de sus novedades y los encuentros contra la unidad The Beast, aunque divertidos, pecaron de fríos. Una superproducción con altibajos: a ratos cargado de nostalgia y secuencias increíbles que aún ponen los pelos de punta, pero también demasiado anclado en mecánicas que se sentían arcaicas. Nuestra preferencia entre MGS 4 y MGS 5 dependerá por tanto de lo que consideremos prioridad en un Metal Gear: historia y carisma o el aspecto puramente jugable.

3. Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty (2001)

El prólogo del barco de Metal Gear Solid 2, de apenas un par de horas, probablemente sea una de las introducciones más épicas y espectaculares que puedas ver en tu pantalla. Es cierto que todo lo que venía después en el escenario de la planta no está a ese nivel, pero Sons of Liberty fue ese juego que demostraba el salto generacional como ninguno otro: cinemáticas dignas de una película, mejoras en la inteligencia artificial, una cámara subjetiva para disparos, opción de encañonar a soldados y un puñado de villanos –Vamp, Fortune, Olga y el curioso Liquid Ocelot- hicieron del juego una secuela que sorprendió e incluso troleó a los fans con la inclusión de Raiden, además de ampliar el universo de la serie con multitud de nuevas preguntas.

Es sin duda un juego peculiar, adelantado en sus temas políticos, sociales y económicos, amado y odiado a partes iguales, pero que no deja indiferente, y eso es algo que nos encanta.

2. Metal Gear Solid (1998)

Uno de los juegos más recordados de su generación y el que realmente dio pie al fenómeno de Solid Snake. Metal Gear Solid impactó a los jugadores por ser "algo más" que un juego de acción, tal y como sucedió años antes con los primeros Metal Gear. Una trama apasionante –y en este punto, aún no excesivamente rocambolesca-, protagonistas y villanos carismáticos, gráficos y voces intachables –con la inolvidable versión en español- y en resumen un título de sigilo que ayudó a definir todo un género.

Poquísimos peros se le podían poner a este juego en su lanzamiento, que venía acompañado de desafíos extra –las misiones de realidad virtual- e incluso distintos finales dependiendo de nuestra actuación en un momento clave. Si bien hoy algunos aspectos jugables pueden quedar un tanto obsoletos, ningún jugador que se precie debería perderse esta leyenda de los 90. Es el favorito del propio Hideo Kojima, y el primer proyecto en el que se implicó de arriba abajo con la producción, dirección, diseño e historia.

1. Metal Gear Solid 3: Snake Eater (2004)

Metal Gear Solid 3 probablemente sea nuestro favorito, y pese a que la nostalgia por el primer Metal Gear Solid siempre estará ahí, Snake Eater se siente como el juego más redondo de la saga en todos sus apartados. Su historia, una precuela que da más trasfondo a quien se convertiría en Big Boss, revela detalles de Ocelot y el origen de los Patriots. Ofrece una colección de jefes sólo comparable a MGS, uno de los mejores personajes femeninos visto en videojuegos –The Boss-, escenas épicas como toda la recta final desde la persecución en moto hasta los títulos de créditos finales, cinemáticas increíbles para los 128 bits y multitud de cambios jugables que ampliaron los mapas con muchísimas más opciones: desde el camuflaje a los elementos de supervivencia –alimentación, caza, curación de heridas-, la introducción del CQC...

Puede que algunas de sus ideas quedasen limitadas por la tecnología del momento, pero este fue un auténtico salto jugable para la saga que en múltiples aspectos dejaba "anticuado" el diseño de MGS 2, lanzado sólo unos años antes; también fue el primero en estrenar un brillante modo multijugador con su versión mejorada Metal Gear Solid 3: Subsistence. Pocos juegos dejan un recuerdo imborrable como la aventura de Naked Snake.