Mientras en Europa las monarquías tienden a proyectar una imagen de austeridad y cercanía, en Asia algunos monarcas han optado por reforzar el poder personal y exhibir su riqueza sin ambages. El ejemplo más extremo es el del rey Maha Vajiralongkorn, conocido como Rama X, actual monarca de Tailandia, cuya fortuna se estima en 43.000 millones de dólares, superando a casas reales como la de Arabia Saudí, Brunéi o Dubái.
Un imperio inmobiliario sin precedentes
El patrimonio del rey tailandés es de proporciones casi mitológicas. Solo en Bangkok posee más de 17.000 propiedades, administradas por el Crown Property Bureau, una institución comparable al Patrimonio Nacional en España pero sin la obligación de rendir cuentas públicas. Entre estos inmuebles se cuentan residencias oficiales, centros comerciales, desarrollos urbanos y propiedades en el extranjero, como su célebre mansión a orillas de un lago en Baviera, Alemania, donde pasa largas temporadas.
Aviones, coches y barcazas reales
Su flota aérea no es menos impresionante: 38 jets privados, algunos de ellos pilotados por él mismo gracias a su formación militar en aviación. En un gesto que parece sacado de una película, durante una visita oficial a Bután fue él quien aterrizó un Boeing 737-800 en el complicado aeropuerto de Paro, rodeado de montañas y considerado uno de los más peligrosos del mundo.
Su colección de coches de lujo ronda los 300 vehículos, con modelos clásicos como un Rolls-Royce Phantom de 1960, un Maybach 62, varios Mercedes AMG y un Cadillac DTS. A ello se suman 52 barcazas reales decoradas con pan de oro, usadas en ceremonias religiosas y festividades tradicionales.
De príncipe heredero a inversor activo
Rama X heredó una parte sustancial de su fortuna tras la muerte de su padre, el rey Bhumibol Adulyadej, en 2016. Según Forbes, el monarca anterior ya figuraba en 2008 como el más rico del mundo con 35.000 millones de dólares. Sin embargo, su hijo no se ha limitado a conservar ese legado: ha ampliado su imperio con inversiones en acciones de empresas clave en Tailandia, así como en proyectos inmobiliarios de alto rendimiento.
Estas inversiones no solo han disparado su fortuna personal, sino que también han reforzado su influencia sobre la economía del país. El monarca posee participaciones en bancos, grupos energéticos y conglomerados industriales, lo que lo sitúa como actor relevante no solo en el plano político y simbólico, sino también en el económico.
El podio de la realeza millonaria
Con su fortuna actual, Rama X encabeza el ranking mundial de monarcas más ricos. Le siguen de lejos el sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah, con 28.000 millones de dólares, y varios jeques de Oriente Medio, como el rey Salman de Arabia Saudí (18.000 millones) o el emir de Dubái, Mohammed bin Rashid Al Maktoum (14.000 millones).
Un contraste con el resto del mundo
La opulencia de Rama X contrasta con la imagen que proyectan otras casas reales en el mundo, especialmente las europeas, donde el papel de los monarcas es mayormente ceremonial y sus gastos están sujetos al escrutinio público. En Tailandia, sin embargo, la figura del rey sigue rodeada de una fuerte carga simbólica y de un sistema legal que prohíbe las críticas a la monarquía (lèse-majesté), lo que dificulta el debate público sobre el uso de estos recursos.















