La probabilidad de lluvia se ha convertido en uno de los números más consultados cada vez que abrimos una aplicación del tiempo en España. Miramos ese porcentaje casi como si fuese un oráculo, aunque rara vez lo interpretamos bien. Muchos creen que un 60% significa que seis de cada diez meteorólogos apuestan por la lluvia, o incluso que lloverá en un 60% del territorio de la ciudad. Pero nada de eso es cierto.
Un experto aclara el enigma de los porcentajes de lluvia en el móvil: “Suelen entenderse de forma errónea”
Detrás de ese dato hay un entramado mucho más complejo de lo que parece a primera vista. Como explica el profesor de Geografía e Historia Santi Sabariego en un vídeo divulgativo, lo que vemos en pantalla es el resultado de un método llamado predicción por conjuntos, una técnica que combina estadística y simulaciones atmosféricas para calcular probabilidades.
@antropizarte Quiero ayudaros a que vuestras conversaciones de ascensor no vuelvan a ser lo mismo 🫡 Así que veamos qué quiere decir exactamente la probabilidad de lluvia ☔️ . . . #meteorologia #lluvia #borrasca #geografia #curiosidades #divulgacion #antropizarte ♬ sonido original - Santi Sabariego
El proceso comienza con un análisis inicial del estado de la atmósfera. A partir de esa “predicción madre”, se generan 50 escenarios alternativos con pequeñas variaciones para un lugar y fecha concretos. El resultado es un conjunto de 51 pronósticos. Si en 25 de esas simulaciones aparece lluvia, la aplicación marcará un 50% de probabilidad. Si en todas ellas llueve, veremos un 100%. No se trata, por tanto, de certezas absolutas, sino de un rango de posibilidades construido a partir de múltiples simulaciones.
Sabariego lo resume con una idea clara: “La meteorología no es una ciencia exacta. Aunque no lloviera, no se podría decir que la predicción ha fallado, porque lo que se ofrece es un cálculo probabilístico. Y si no te convence, siempre puedes recurrir a otros métodos”. Una frase que, más allá del tono irónico, recuerda que la predicción del tiempo no es magia, sino ciencia y probabilidad, y que el verdadero error está en cómo solemos leer esos porcentajes.
