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Stephen King vuelve al cine y a la ciencia ficción: así es el nuevo adelanto del remake de 'The Running Man' con Glen Powell

Si el film logra cuadrar su triángulo —espectáculo, crítica y emoción—, 'The Running Man' puede ser algo más que otra resurrección ochentera. Lo veremos a partir del 21 de noviembre de este mismo año.
Stephen King vuelve al cine y a la ciencia ficción: así es el nuevo adelanto del remake de 'The Running Man' con Glen Powell
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Actualizado: 13:40 11/11/2025
glen powell
the running man

Paramount acelera la campaña de The Running Man con un nuevo avance que confirma lo obvio: Edgar Wright ha decidido reescribir el mito ochentero como un thriller distópico de ritmo quirúrgico y músculo visual. El teaser vuelve a colocar a Glen Powell en el centro del tornado —un Ben Richards menos hiperbólico que el de Schwarzenegger y más cercano al “hombre corriente” que imaginó Stephen King en la novela firmada como Richard Bachman— y sugiere una puesta en escena que respira persecución urbana, cámaras pegadas al cuerpo y montaje sincopado, marca de la casa del director de Baby Driver. En España, el estudio mantiene la fecha en salas del 21 de noviembre de 2025, según materiales locales y listados de estrenos.

El clip despliega la premisa sin rodeos: un reality letal, runners cazados por asesinos de diseño y un aparato mediático que convierte la violencia en espectáculo rentable. La novedad no está tanto en el qué como en el cómo. Wright parece inclinar la balanza hacia el control de la imagen —pantallas, drones, lentes largas— y un subrayado político menos pulp que en 1987, alineado con el King más cínico: propaganda, audiencias y miseria como motor de un “juego” que deshumaniza al concursante mientras engrasa la maquinaria del poder. Esa lectura ya asomó en el metraje mostrado a puerta cerrada en primavera y aquí aflora con más nitidez: un remake que mira al presente, no al retrovisor.

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Un remake que apunta al ahora

Powell, en plena racha comercial, se apropia de Richards desde la contención física: un héroe reacio que corre porque no le dejan parar, que aprende a leer el tablero sobre la marcha y que transforma el “favorito del público” en amenaza sistémica. El avance, además, deja oír el crujido de un reparto secundario que huele a carácter —Josh Brolin, Colman Domingo, Lee Pace, William H. Macy, Michael Cera, Emilia Jones— y sugiere que Wright quiere divertirse con los stalkers como arquetipos: no solo villanos; marcas, franquicias humanas, IPs de un circo que se devora a sí mismo. La bendición pública de Arnold Schwarzenegger al proyecto —un gesto simbólico pero útil para el marketing— terminó de despejar dudas entre los nostálgicos.

Más allá de la pirotecnia, el tráiler juega con una pregunta incómoda: ¿quién controla el relato? La producción pinta un ecosistema mediático que reescribe los hechos en directo —encuestas, memes, clips virales— y un antagonista que entiende que la verdadera bala es el frame. Si en la versión de Paul Michael Glaser el capitalismo tardío se disfrazaba con mallas de neón, aquí el disfraz es la interfaz. Esa actualización conecta con fenómenos contemporáneos —true crime gamificado, streaming en tiempo real, economía de la atención— y ofrece a Wright un terreno ideal para su precisión coreográfica: persecuciones como set-pieces musicales, pero con el algoritmo marcando el compás.

Calendario y apuesta industrial

En el plano industrial, Paramount está construyendo un calendario de lanzamientos de acción con vuelo comercial y sello autoral —y The Running Man encaja como puente entre el fan service bien medido y la sátira social accesible—. La comunicación por territorios, con adelantos y spots a cuentagotas, persigue lo obvio: sostener la conversación hasta ese fin de noviembre en España mientras en Estados Unidos el título se apoya en una ventana ligeramente distinta, típica de los estrenos escalonados por mercados. Un recordatorio útil de cómo se cocina hoy un event movie global sin perder el pulso local.

Queda por ver hasta dónde aprieta Wright el subtexto —los remakes viven o mueren en esa frontera—, pero el avance deja la sensación de que aquí hay película con punto de vista: adrenalina, sátira y un protagonista que no posará como ídolo, sino que se ganará esa condición a golpe de contradicciones.

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