La cuenta atrás ya ha comenzado. Stella del Carmen Banderas, hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, ultima los preparativos de su boda con el empresario estadounidense Alex Gruszynski. El enlace tendrá lugar el próximo 18 de octubre en un escenario tan simbólico como espectacular: la Abadía de Retuerta, un monasterio del siglo XII convertido en hotel de lujo, rodeado por viñedos en Sardón de Duero (Valladolid). Un enclave que la actriz ha descrito como “mágico” y que ha elegido con un motivo muy personal: “Soy muy afortunada de poder casarme en el país que me vio nacer”, confesó en una entrevista exclusiva con la revista ¡Hola!
La ceremonia promete convertirse en un acontecimiento familiar y cinematográfico. Está confirmada la asistencia de su abuela Tippi Hedren —la icónica protagonista de Los pájaros de Hitchcock— y de Dakota Johnson, hermana mayor de Stella y estrella de Hollywood.
Pero el rol más especial lo asumirá Antonio Banderas, que ejercerá como padrino de su hija única. “Ver a mi hija vestida de novia será uno de los momentos más bonitos de mi vida”, declaró el actor, visiblemente emocionado. acontecimiento familiar y cinematográfico
Familia, padrino y alfombra roja
La propia Stella ha compartido en redes sociales algunos momentos de su despedida de soltera, celebrada en una casa rural rodeada de amigas y familiares, incluida su madre. En Instagram, donde acumula más de 230.000 seguidores, publicó fotos de la celebración y agradeció el cariño recibido: “He estado rodeada del amor de mis amigas y mi familia, lo que me hace sentir muy agradecida por estos momentos tan especiales”.
El prometido, Alex Gruszynski, dirige NOVA Studios en West Hollywood, un espacio creativo para producciones audiovisuales, sesiones de fotos y eventos. Aunque su perfil profesional está ligado al mundo del cine desde el ámbito empresarial, su relación con Stella también tiene raíces personales de largo recorrido: ambos se conocieron de niños en la escuela infantil Wagon Wheel de Los Ángeles, retomaron el contacto en 2015 y, tras varias idas y venidas, se dieron una segunda oportunidad en 2023. Ahora, su historia culminará en un altar vallisoletano.
Del amor de infancia al sí quiero
La elección de España como escenario de la boda no es casual. Antonio Banderas ha contado en varias ocasiones que su hija “es muy andaluza, muy de Málaga”, y que celebrar el enlace en Castilla y León es una forma de reconectar con sus raíces familiares. Para Stella, que creció en California, casarse en su tierra natal significa también compartir parte de su identidad con Gruszynski y con los invitados estadounidenses que viajarán por primera vez a España.
El lugar escogido, la Abadía de Retuerta, es uno de los espacios más exclusivos de la Ribera del Duero. El monasterio románico-gótico rehabilitado no solo ofrece vistas espectaculares, sino también la intimidad necesaria para un evento que combina lo íntimo y lo mediático. La historia del enclave, que data del siglo XII, añade un componente simbólico: la unión de tradición y modernidad que refleja también la trayectoria vital de la pareja.
En apenas unas semanas, Stella Banderas dejará de ser “la hija de” para protagonizar su propia historia en un entorno cargado de significado.















