Miles Morales no solo es el heredero espiritual del legado arácnido en pantalla: es, a estas alturas, el emblema cultural del Spider-Verse. Desde que Spider-Man: Un nuevo universo irrumpió en 2018 reescribiendo las reglas de la animación comercial, el personaje ha escalado hasta situarse en el centro del imaginario popular. La llegada del spin-off jugable Marvel’s Spider-Man: Miles Morales en 2020, convertido en uno de los títulos más celebrados del primer ciclo de PlayStation 5, terminó de consagrarlo como icono intergeneracional.
Pero ni el músculo de Sony ni su maquinaria transmedia pueden ocultar una realidad evidente: Miles Morales nació mucho antes de Hollywood, en la páginas de Marvel, y lo hizo de la mano de una artista sin la cual esta revolución no habría existido. Sara Pichelli, dibujante italiana reclutada por la editorial en 2008, se convirtió en 2011 en co-creadora del personaje junto al guionista Brian Michael Bendis.
Su debut en Ultimate Fallout #4 marcó un punto de inflexión en la línea Ultimate y, casi sin que la industria lo viera venir, abrió la puerta a una nueva sensibilidad dentro del mito del trepamuros. Hoy, Pichelli tiene malas noticias.
La madre artística de Miles Morales se queda fuera del reparto millonario del Spider-Verse
Ese mismo año, Pichelli vio cómo su talento era reconocido con algunos de los premios más prestigiosos del sector: Mejor Artista y Mejor Debutante en los Stan Lee Awards, además del Favourite Newcomer Artist en los Eagle Awards. Era la confirmación de que Marvel había encontrado una voz gráfica distinta, dinámica, capaz de reinterpretar un símbolo de la cultura pop sin perder el pulso contemporáneo.
Como suele ocurrir en estos casos, el contraste entre aquel reconocimiento y su situación actual no podría ser más llamativo. Mientras Miles Morales protagoniza superproducciones multimillonarias, videojuegos de ventas estratosféricas y un torrente de productos derivados, su creadora no está recibiendo un solo beneficio económico por la expansión global del personaje.
La propia Pichelli lo explicó durante la CCXP de Brasil, cuando un asistente le preguntó qué ganancias obtenía por películas, juegos y merchandising. Su respuesta, tan franca como amarga, dejó helada a la audiencia. "¡Ojalá! Ni lo menciones… Sería multimillonaria". A pesar del éxito masivo del videojuego y de la explotación constante del Spider-Verse, la artista confirmó que no recibe "ni un céntimo". "No gano nada. Y eso es lo más triste de mi vida. Ni yo misma puedo creerlo", indica.
El fenómeno Miles Morales, celebrado por millones y respaldado por una industria que no deja de crecer, tiene un origen claro y un nombre propio, pese a que la industria no sea capaz de reconocerlo. Y, curiosamente, ese nombre es el único que no está participando del festín.
