La rivalidad entre Sam Altman y Elon Musk, que comenzó como una colaboración prometedora en los primeros días de OpenAI, se ha transformado en uno de los enfrentamientos más notorios de Silicon Valley. Musk, cofundador de OpenAI, terminó abandonando la organización en 2018 tras un choque de visiones y egos, y desde entonces ambos no han dejado de cruzar declaraciones y movimientos estratégicos que han marcado el pulso del sector tecnológico, sobre todo en lo relativo a la inteligencia artificial.
Ahora, Altman ha decidido trasladar la contienda al terreno más personal y ambicioso de Musk: Neuralink, su proyecto de implantes cerebrales, una empresa que está en entredicho tras sus últimos problemas.
Sam Altman contraataca a Elon Musk: OpenAI se lanza a rivalizar con Neuralink en su terreno
OpenAI respalda la creación de Merge Labs, la nueva startup que pondrá a prueba la supremacía de Neuralink. Con una valoración inicial cercana a los 850 millones de dólares, la compañía ya está captando inversiones, muchas de ellas provenientes del brazo inversor de OpenAI, mostrando que Altman no viene a jugar, sino a competir con todo el peso de su influencia y recursos.
El nombre de la empresa no es casual: “Merge” hace referencia a la tan debatida “fusión” entre humanos y máquinas, un concepto que Altman viene explorando desde 2017 y que incluso situó como posible realidad para 2025 en un blog visionario. Este año, el propio Altman habló de interfaces cerebro-ordenador de gran ancho de banda, señalando que los últimos avances tecnológicos podrían convertirlas en una realidad tangible.
Merge Labs se convierte así en el vehículo para materializar esa ambición futurista, con Altman cofundando el proyecto junto a Alex Blania, creador del proyecto World de escaneo de iris para identidad digital. Aunque Altman no participará en la gestión diaria, su respaldo estratégico es determinante.
Merge Labs tiene un objetivo claro: construir interfaces cerebro-ordenador más potentes y prácticas, aprovechando los avances recientes en inteligencia artificial, y entrar directamente en el terreno que Musk domina desde 2016. Neuralink, que recientemente valoró 9000 millones de dólares tras levantar 650 millones en financiación, ha liderado este sector, pero ahora se enfrenta a un rival respaldado por uno de los nombres más influyentes de la IA.
Este movimiento no es solo empresarial; es un desafío personal a Musk en un campo que él considera su joya tecnológica. La historia de Altman y Musk ya incluye intentos de frenar proyectos del otro, demandas y el nacimiento de xAI por parte de Musk tras su salida de OpenAI. Con Merge Labs, la carrera por conectar mentes y máquinas alcanza un nuevo nivel, y la lucha por definir quién controlará el futuro de la interfaz cerebro-computadora acaba de intensificarse.
