Chris Columbus fue el encargado de llevar a la gran pantalla Harry Potter y la piedra filosofal, un éxito rotundo que marcó el inicio de una de las sagas más taquilleras del cine. Pero hubo un momento en el que Steven Spielberg estuvo a punto de dirigir la primera entrega. El cineasta detrás de E.T., Parque Jurásico y La lista de Schindler llegó a trabajar en el proyecto durante meses antes de dar un paso atrás.
"Tomé una decisión difícil, pero acertada": Steven Spielberg detalla por qué dejó pasar 'Harry Potter'
Inicialmente, Spielberg argumentó que su decisión se debía a sus intereses como director, insinuando que el proyecto no suponía un verdadero reto creativo. "No hice a propósito la película de Harry Potter porque para mí era como disparar a patos en un barril. Es un tiro al blanco. Es como sacar mil millones de dólares y depositarlos en tus cuentas bancarias personales. No hay ningún reto en eso", declaró en su momento, ya que esta historia es de sobra conocida y ha vuelto a surgir a raíz del reinicio de la saga literaria en Max con el esperado reboot.

Pero, con el paso de los años, el director ha dado una nueva versión sobre su negativa. Durante una conversación con S.S. Rajamouli, responsable de RRR, Spielberg confesó que rechazó Harry Potter porque quería pasar más tiempo con su familia. "Hubo varias películas que elegí no hacer. Me ofrecieron Harry Potter y decidí rechazar la primera película básicamente para pasar el siguiente año y medio con mi familia, y ver crecer a mis hijos pequeños", explicó. En 2010, Alan Horn, entonces presidente de Warner Bros., reveló que Spielberg había propuesto hacer una versión animada y combinar varios libros en una sola película, algo que el estudio rechazó. No obstante, Spielberg ha restado importancia a esa versión y ha reiterado que su prioridad en aquel momento era su vida familiar.
"Entonces sacrifiqué una gran saga, y hoy, mirando hacia atrás, me siento muy feliz de haberlo hecho para estar con mi familia. La decisión que tenía que tomar era aceptar un trabajo que me trasladaría a otro país durante cuatro o cinco meses donde no vería a mi familia todos los días", concluyó el cineasta. Un sacrificio que, a día de hoy, Spielberg sigue considerando la mejor decisión.