Lo que durante décadas fue una estampa urbana clásica —la de los jubilados observando obras desde la valla— ha mutado en un insólito entretenimiento digital que arrasa este verano. Cuentas como Viajar Es Lo Mío, que retransmite y comenta al detalle los avances del soterramiento de la A-5 en Madrid, acumulan decenas de miles de visionados y se han convertido en fuente de información alternativa para los ciudadanos atrapados en un verano caótico de obras y atascos.
Los números de seguidores no paran de crecer
Con casi 20.000 suscriptores y vídeos que superan los 25.000 visionados, el canal se ha especializado en seguir con mirada paciente y reflexiva los grandes proyectos urbanísticos de la capital: desde las estaciones de Atocha y Chamartín hasta el reacondicionamiento del Camp Nou o los cambios en la Puerta del Sol. Su cobertura más seguida es la del soterramiento de la A-5, una obra colosal y polémica que, si bien promete eliminar el tráfico en superficie en un 90% y reducir el ruido y la contaminación en barrios como Aluche, Campamento o Lucero, está provocando a corto plazo un infierno logístico diario para conductores y vecinos.
La fascinación por observar estas transformaciones va más allá de la curiosidad o el entretenimiento. En un contexto de colapso simultáneo de Metro, Cercanías y Metro Ligero, seguir estas retransmisiones se ha convertido para muchos madrileños en una forma de estar informados casi en tiempo real, especialmente cuando los canales institucionales se muestran lentos o escuetos. Esta función documental, sumada al tono cercano, convierte al youtuber en una suerte de cronista urbano digital que actualiza con cada vídeo el estado de las calles, los desvíos y el alcance de las obras.
Más allá del interés práctico, esta tendencia conecta con una corriente crítica más amplia sobre el urbanismo contemporáneo. Iniciativas como Nación Rotonda o el movimiento satírico #pormishuevismo de Erik Harley llevan años señalando el impacto de la especulación inmobiliaria y las decisiones arbitrarias de diseño urbano. En ese marco, los canales como Viajar Es Lo Mío no solo documentan sino que ofrecen una forma de fiscalización ciudadana informal, en la que cada túnel excavado o árbol talado queda expuesto al juicio público.
