Christopher Nolan rueda en estos momentos La Odisea, su esperadísimo decimotercer largometraje. Y mientras sus fans más fieles pueden recitar de memoria su filmografía —desde Following hasta Tenet o Oppenheimer—, pocos conocen las verdaderas raíces de su carrera.
Más allá del cortometraje Doodlebug, que circula libremente por internet desde hace años, hay una pieza aún más esquiva: Larceny, una película que Nolan parece haber enterrado a conciencia.
La película maldita de Christopher Nolan: desapareció hace 29 años y él se niega a mostrarla
Estrenada en 1996 durante el Cambridge Film Festival, Larceny desapareció del mapa tan pronto como llegó. Rodada en apenas un fin de semana y financiada de su propio bolsillo, la película ha pasado a convertirse en una especie de leyenda urbana entre los seguidores del director de El Caballero Oscuro. Y no por falta de interés del público, sino por la decisión deliberada del propio Nolan de mantenerla en la sombra.
Larceny —cuyo argumento, según se sabe, gira en torno a un ladrón interrumpido por el dueño de la casa que pretende asaltar— tiene una duración inferior a los diez minutos. Pero a pesar de su brevedad, Nolan nunca ha mostrado interés en compartirla ni siquiera en retrospectivas de su carrera. En una entrevista concedida a Vice en 2014, el cineasta explicó que tanto Larceny como Doodlebug fueron concebidos como ejercicios de estilo, pequeños experimentos para probar recursos visuales y narrativos que más tarde puliría en Following.
Larceny nunca se ha vuelto a proyectar desde aquel festival de Cambridge. Ni siquiera los que participaron en el rodaje han revelado gran cosa. Jeremy Theobald, actor principal de Following y también implicado en Larceny, dijo en The New York Times que “no puedo hablar sobre su contenido”. Por su parte, el productor Ivan Cornell fue tajante: “Como no es de dominio público, no voy a revelar de qué se trata”.
La única pista relevante sobre esta desaparición voluntaria la dio el propio Theobald en el libro Christopher Nolan: A Critical Study of the Films. Allí desliza una teoría reveladora: “Creo que Chris pensó que era demasiado parecida a Following, que la gente la vería como un simple banco de pruebas”. También aseguró que la cinta incluía “un gran giro al final”, uno de esos característicos de la narrativa nolaniana.
Nigel Karikari, asistente de dirección en Larceny, añadió más leña al fuego, “Nolan es un cineasta muy controlado. El hecho de que no quiera publicarla no es más que otra extensión de esa idea”. Intentos por localizar una copia han sido en vano. Ni siquiera el archivo del Cambridge Film Festival conserva una versión. Y aunque su compositor, David Julyan —colaborador habitual de Nolan en películas como Memento o El truco final— reconoció tener una copia en VHS, se negó rotundamente a compartirla. Ya sea por lealtad al director o para evitar cualquier problema legal, Larceny sigue siendo un tesoro escondido.
