James Cameron lleva años coqueteando con la idea de volver a Terminator, su saga más influyente junto a Avatar. Sin embargo, el cineasta se ha topado con un muro creativo que no parece fácil de derribar: cómo escribir una historia de ciencia ficción y terror que no quede eclipsada, en cuestión de meses o incluso días, por la propia realidad.
La nueva ‘Terminator’ quiere abrazar el terror, pero James Cameron admite un gran obstáculo: “Ya vivimos en plena ciencia ficción”
En una charla con CNN, el director de Avatar: Fuego y ceniza reconocía que vive un bloqueo inusual, marcado por los peligros del mundo contemporáneo. Entre ellos, destaca dos que parecen sacados de sus propios guiones: la inteligencia artificial y la amenaza de un conflicto nuclear. “Estoy en un punto en el que me cuesta escribir ciencia ficción", indicaba el realizador, inmerso en reiniciar la saga desde hace años.
"Tengo que escribir una nueva historia de Terminator, pero no he avanzado mucho porque no sé qué decir que no sea superado por la realidad. Vivimos en la era de la ciencia ficción", confiesa. El director, que quiere reiniciar la saga y tiene claro que debe expandir la licencia con buenas ideas, quiere evitar el estancamiento de la licencia. Y hay temas interesantes que explorar.
De la película sabemos que tendrá una nueva historia más terrorífica, más sencilla y sin tantas secuencias apegadas en el blockbuster actual, apelando a lo cotidiano y sin los elementos superfluos que han ido emborronado la historia original. Se desconoce si se ambientará en el pasado -hay rumores de una vuelta a los ochenta-, en un presente o incluso en el futuro cercano, pero sí que se eliminará cualquier desenfreno en las secuencias de acción. ¿Volveremos a ver al T-800 persiguiendo a su presa sin descanso entre discotecas, restaurantes y lugares de nuestra vida cotidiana? Tiene pinta.
Cameron, que en Rolling Stone insistió en que aún existe el riesgo de un “apocalipsis al estilo Terminator”, explica que la combinación de IA con sistemas de armamento —incluyendo plataformas de ataque nuclear y contraataques automatizados— no es un escenario lejano. “El campo de operaciones es tan rápido, las ventanas de decisión tan breves, que haría falta una superinteligencia para gestionarlo. Y quizá mantengamos a un humano en el circuito… pero los humanos son falibles, y ya hemos estado al borde de incidentes internacionales que podrían haber acabado en guerra nuclear”.
Con un tono a medio camino entre el lamento y el “ya os lo dije”, Cameron recuerda que en 1984 ya había advertido sobre estos peligros en la primera Terminator. Nadie le hizo caso, y la humanidad ha seguido avanzando hacia ese horizonte sombrío.
