Puede que Superman vuele más alto que nunca en su nueva etapa cinematográfica -al menos en EE.UU, ya que el cuento es distinto en países como China y España-, pero quien verdaderamente ha aterrizado de pie —y con estilo— es su inseparable compañero de cuatro patas. Krypto, el superperro de los cómics, ha hecho su debut en acción real en cine y no solo se ha ganado un hueco en la pantalla: ha provocado un pequeño terremoto emocional entre el público.
La fiebre por adoptar perros ha subido como un cohete en Estados Unidos y sí, en España también se han disparado las búsquedas en refugios y protectoras locales, según datos preliminares recogidos por diversas plataformas de adopción.
Krypto conquista 'Superman' de James Gunn: el superperro que ha disparado las ganas de adoptar
El fenómeno no es menor. Según cifras compartidas por el portal especializado Woof (vía The Wrap), tras el estreno de la película las búsquedas de “adoptar un perro cerca de mí” aumentaron un 513%. Otras más específicas como “adoptar un perro rescatado” crecieron un 163%, y para los más literalistas —y enamorados de la raza del buen Krypto—, la consulta “adoptar un schnauzer” subió un 299%. Una reacción masiva, sí, pero también lógica. Porque, ¿quién puede resistirse a una criatura con superfuerza, una capa roja y la actitud de un gamberro adorable?
En la propia película se recalca que Kal-El no es su dueño, sino su hogar temporal: Krypto es un perro de acogida. Un gesto narrativo que ha hecho mella en la audiencia. James Gunn, perrofilo confeso y director con debilidad por los personajes inadaptados —humanos o no—, ha puesto en marcha una reacción emocional que ni él mismo anticipaba. En redes ha celebrado el fenómeno y ha compartido que la inspiración para Krypto fue su propio perro Ozu. Quería que su mascota llevara la calma de Yasujirō Ozu, pero acabó admitiendo que debería haberlo bautizado como Miike, por el caos encantador de Takashi Miike. Cinefilia incluso en la correa.
Lo curioso es que el vínculo entre Krypto y el espectador empezó antes del estreno. Una escena eliminada de última hora mostraba al villano propinándole un golpe al perro, pero se optó por dejarla fuera: si algo nos enseñó John Wick es que no se toca a los perros. Y mucho menos a uno que, como este, encarna el espíritu camp, luminoso y adorable que Gunn ha recuperado del Superman clásico. En tiempos donde el cinismo abunda, Krypto nos recuerda que la ternura también puede ser superpoderosa.
Y, desde Vandal, os invitamos a adoptar. Nunca sabes dónde podéis encontrar el perro o el gato de vuestra vida.
