James Cameron ha desatado la polémica al acusar a Christopher Nolan de eludir una responsabilidad ética en Oppenheimer. En una entrevista concedida a Deadline, el director de Titanic y Avatar calificó la aclamada cinta de Nolan como “una evasión moral” por no mostrar de forma explícita el sufrimiento humano provocado por las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.
Según Cameron, la película se limita a una breve escena con cuerpos carbonizados y luego vuelve a centrarse en la conmoción interior del protagonista, dejando al margen las consecuencias físicas del horror nuclear.
Cameron está inmerso en 'Ghosts of Hiroshima'
El director canadiense, que prepara su próximo filme Ghosts of Hiroshima, asegura que su proyecto sí abordará de frente esa devastación. La cinta, basada en un libro inédito de Charles Pellegrino, recoge más de 200 testimonios de hibakusha (supervivientes de los bombardeos) y estudios forenses sobre los efectos de las explosiones. “Quiero hacer una película que le recuerde al mundo lo que estas armas hacen a los seres humanos. Es inaceptable siquiera contemplar volver a usarlas”, afirma Cameron, quien no descarta que la omisión en Oppenheimer fuera una decisión del estudio.
Las críticas de Cameron no están aisladas. En 2023, Spike Lee ya reprochó a Nolan no haber incluido imágenes del sufrimiento japonés en una película de tres horas: “La gente fue vaporizada. Años después seguían siendo radiactivos”. Estas omisiones, según algunos cineastas y críticos, perpetúan una narrativa centrada en el drama moral del científico estadounidense, sin otorgar voz ni representación a las víctimas directas del ataque.
Nolan, por su parte, defendió su enfoque subrayando que la historia se cuenta desde la percepción de J. Robert Oppenheimer, quien no presenció los bombardeos y se enteró de sus efectos a la par que el resto del mundo. Para el cineasta británico, esta elección narrativa busca enfatizar el distanciamiento emocional del creador respecto a su propia obra destructiva, pero también ha sido interpretada como una forma de evitar la incomodidad visual del genocidio nuclear.
