Sam Altman de OpenAI ha recibido un duro revés en su avance por fortalecer la empresa detrás de ChatGPT. Cognition ha dado un paso estratégico clave al cerrar un acuerdo definitivo para adquirir Windsurf, una prometedora startup centrada en inteligencia artificial aplicada a la codificación.
La operación llega tras el colapso de la compra previamente pactada entre Windsurf y OpenAI, que había valorado la empresa en 3000 millones de dólares. El giro inesperado abre un nuevo capítulo en la carrera por dominar la automatización del desarrollo de software. E inaugura un nuevo capítulo en la batalla de la empresa con Microsoft, su supuesto aliado comercial. Su AGI, cada vez más lejos.
Sam Altman pierde una batalla clave en el mundo de la IA: Windsurf se queda con la startup del momento
La adquisición por parte de Cognition incluye toda la propiedad intelectual, los productos, las marcas registradas y las operaciones de Windsurf. Además, la compañía ha confirmado que todos los empleados de la startup formarán parte activa del proceso, beneficiándose económicamente de la transacción gracias a exenciones en los períodos de consolidación y aceleración en la adquisición de derechos por el trabajo ya realizado.
El intento de OpenAI de hacerse con Windsurf se frustró por preocupaciones vinculadas a su relación con Microsoft. Algunas voces dentro del sector temían que, de cerrarse el acuerdo, la tecnología desarrollada por Windsurf pudiera acabar reforzando indirectamente a Copilot, el producto competidor de Microsoft en el ámbito de la codificación asistida por IA, lo que provocó el colapso de la negociación.
Con la ruptura del periodo de exclusividad con OpenAI, Windsurf se movió rápido: firmó una alianza estratégica con Google. En paralelo, el gigante tecnológico contrató por 2.400 millones de dólares a varios miembros clave del equipo, entre ellos su CEO Varun Mohan, el cofundador Douglas Chen y varios investigadores destacados del departamento de I+D. Todos ellos se han unido a la división DeepMind para impulsar las ambiciones de Google en codificación autónoma, con especial foco en su plataforma Gemini.
Cognition, por su parte, ha dejado claro que la integración de Windsurf no será solo simbólica. Planea fusionar el entorno de desarrollo integrado (IDE) de Windsurf con su tecnología estrella: Devin, su agente de codificación autónomo. El objetivo es ofrecer a los desarrolladores un entorno de trabajo potenciado por IA capaz de entender el código base, distribuir tareas entre múltiples instancias de Devin, completar componentes complejos con autocompletado inteligente y mantener todo centralizado dentro del mismo entorno de desarrollo.
“Ambas compañías comparten una visión común para el futuro de la ingeniería de software”, afirma el comunicado de Cognition. Una visión en la que los agentes inteligentes no solo complementan el trabajo humano, sino que lo escalan a nuevos niveles de productividad y automatización.
Este movimiento redefine el mapa de la IA aplicada al desarrollo de software y deja a OpenAI fuera de una operación que, de haberse cerrado, habría reforzado aún más su posición en un sector que evoluciona a velocidad vertiginosa.















