Una advertencia insólita se ha colado en los avisos de viaje desde Alemania hacia España: si planeas pasar tus vacaciones en la costa catalana con un móvil Google Pixel modificado con el sistema operativo GrapheneOS, podrías acabar en el radar de la policía… o incluso en un calabozo. Las autoridades alemanas han comenzado a alertar a sus ciudadanos sobre los riesgos de portar estos dispositivos en ciertas regiones de España, tras los informes que los vinculan con el crimen organizado.
GrapheneOS es el problema
El sistema operativo GrapheneOS, una alternativa ultrasegura basada en Android y desarrollada con énfasis extremo en la privacidad, ha captado la atención de los Mossos d’Esquadra en Cataluña. Según reportes recogidos por medios como Xataka Android y PC Welt, el uso de este sistema en móviles Pixel —especialmente las series 8 y 9— ha sido detectado en investigaciones contra redes de narcotráfico, ya que permite borrar todos los datos tras múltiples intentos fallidos de desbloqueo o activar su autodestrucción mediante un PIN de emergencia.
Este tipo de configuración extrema —que en muchos casos implica retirar cámara, GPS y micrófono— ha generado una creciente desconfianza entre los cuerpos de seguridad. Si bien no es ilegal tener un móvil Pixel ni instalar GrapheneOS, las autoridades catalanas ya realizan vigilancia activa y pueden interrogar a quienes usen estos dispositivos de forma visible en lugares públicos, sobre todo si están enviando mensajes o haciendo llamadas en entornos sensibles.
El propio creador de GrapheneOS, Daniel Micay, ha reaccionado con contundencia desde su cuenta oficial en X (antes Twitter), acusando a las autoridades europeas de fomentar un relato autoritario: “Los gobiernos europeos están tergiversando nuestro software y los Pixel como herramientas del crimen, cuando en realidad buscan proteger a los ciudadanos de la vigilancia masiva”, declaró. Micay defiende que su sistema es usado también por periodistas, activistas y defensores de los derechos humanos en todo el mundo.
De momento, la preocupación se centra en Cataluña, aunque expertos en ciberseguridad advierten que la desconfianza podría extenderse a otras regiones de España si aumenta el uso de este tipo de móviles cifrados.
