La plataforma Netflix ha vuelto a colocar un título entre los temas de conversación más comentados del momento, y esta vez no por una escena viral o una vuelta de guion espectacular, sino por un efecto colateral inesperado: decenas —o quizá cientos— de mujeres aseguran haber roto con sus parejas tras ver Mi lista de deseos.
La película, protagonizada por la actriz y cantante Sofia Carson y dirigida por Adam Brooks, se ha convertido en un éxito de visionado y, al parecer, también en un catalizador de decisiones personales trascendentales.
Hay gente que incluso renunció a su trabajo en los primeros pases de la película
Según reveló Carson en una entrevista para Entertainment Weekly, los pases de prueba realizados antes del estreno ya anticipaban el impacto emocional de la cinta. “Adam me llamó y me dijo que mucha gente había dicho: ‘terminé rompiendo con mi novio’ o ‘renunciando a mi trabajo’”, explicó la intérprete. Esta afirmación, que podría parecer anecdótica, ha cobrado fuerza con testimonios en redes sociales donde usuarias afirman haberse sentido interpeladas por la historia de Alex Rose, una joven que se replantea su vida al verse obligada a cumplir una lista de deseos escrita en su adolescencia.
Lejos del tono ligero de muchas comedias románticas, Mi lista de deseos combina drama familiar, búsqueda de identidad y autoconocimiento. La narrativa invita a las protagonistas femeninas (y, por extensión, a las espectadoras) a preguntarse si están viviendo la vida que quieren o la que otros han diseñado para ellas. En palabras del propio personaje de Carson: “No se trata de cambiar a nadie, sino de encontrar a quien te haga sentir más tú”. Para muchas mujeres, parece que la película sirvió de espejo... y de impulso para poner punto final a relaciones insatisfactorias.
No es la primera vez que una producción cultural influye en la vida sentimental del público. Psicólogos como la doctora Lisa Firestone han estudiado cómo ciertas películas o libros pueden funcionar como “desencadenantes emocionales” que llevan a tomar decisiones largamente meditadas. En este caso, la identificación con una protagonista que decide priorizar su bienestar emocional ha resonado especialmente entre mujeres jóvenes, atrapadas en vínculos donde, como Alex, se sienten estancadas.
