A pesar de compartir lazos familiares, los baby boomers y la generación Z parecen vivir en planetas distintos cuando se trata de prioridades cotidianas, visión del trabajo o uso de la tecnología. Estas diferencias no son simples matices: muchas veces provocan incomprensión mutua, en especial cuando ambos grupos intentan convivir o colaborar.
Para los boomers, hay pilares de vida que resultan esenciales —como la lealtad a una empresa o el ahorro silencioso— que los zetas simplemente no comprenden. En cambio, los jóvenes defienden con firmeza valores como el equilibrio entre vida personal y laboral, el bienestar emocional o el activismo ambiental y social.
La tecnología es lo que más los separa
Uno de los mayores abismos entre ambas generaciones es su relación con la tecnología. Mientras que los boomers adoptaron los dispositivos digitales de forma tardía y limitada, los zetas han crecido en un mundo hiperdigitalizado. No es casualidad que, según estudios, pasen el doble de tiempo frente al móvil que sus abuelos, y que utilicen las redes no solo para socializar, sino también como escaparate profesional o forma de construir su identidad, según recoge Trendencias.
Para los boomers, por el contrario, Facebook basta como punto de encuentro ocasional con familia y amigos, y el teléfono sigue siendo, ante todo, un aparato para llamar.
Hay una brecha laboral enorme entre ambas generaciones
En el terreno laboral, la brecha se amplía aún más. Los boomers crecieron bajo la promesa de que el trabajo duro garantizaba estabilidad y ascenso. Pero la generación Z, que ha vivido de lleno las consecuencias de la precariedad tras la crisis de 2008, no confía en ese contrato social roto. Para ellos, un empleo debe ofrecer flexibilidad, respeto por su salud mental y estar alineado con sus valores. De hecho, estudios recientes muestran que el salario ha dejado de ser el factor principal a la hora de elegir trabajo, cediendo terreno a la búsqueda de propósito e impacto.
La conciencia ambiental y la inclusión también dividen posturas. Mientras que muchos boomers ven el cambio climático como una amenaza lejana, los zetas lo consideran una emergencia vital, hasta el punto de que más de la mitad prioriza la sostenibilidad al comprar. Además, demandan entornos laborales inclusivos y diversos, una causa que los boomers a veces perciben como un exceso de corrección política. Pero para la generación Z no es una opción: es la única forma aceptable de convivir en una sociedad justa.
También el cuidado de la salud marca otra gran diferencia. A los boomers les enseñaron a “aguantar” el dolor y evitar hablar de problemas mentales. Los zetas, en cambio, normalizan acudir a terapia, pedir baja laboral si lo necesitan y no romantizar el sacrificio. Para ellos, cuidarse no es una debilidad, sino una estrategia a largo plazo. Esta generación está reescribiendo las reglas de lo que significa ser adulto, con un enfoque más compasivo consigo mismos... aunque a sus abuelos les cueste entenderlo. Aquí los puntos concretos:
- La tecnología como herramienta vs. distracción
- El móvil como teléfono o como centro de operaciones:
- Redes sociales como entretenimiento o presencia vital
- Trabajo como propósito vs. como fuente de ansiedad
- Silencio financiero vs. transparencia económica
- Salario o valores
- Jornada laboral rígida vs. flexibilidad
- Preocupación ambiental tardía o temprana
- Diversidad como extra o como pilar
- Aguantar o cuidarse
- Estigmatizar o normalizar la salud mental
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