HBO Max no ha dicho la última palabra sobre Poniente. Pese a haber dejado en vía muerta el spin-off de Jon Nieve que iba a protagonizar Kit Harington, George R. R. Martin acaba de confirmar que la cadena sigue explorando “alguna secuela” de Juego de tronos, no solo precuelas. En un encuentro en el festival Iceland Noir (como relataron en exclusiva en el medio especializado Los Siete Reinos), el escritor explicó que hay “cinco o seis” series en distintos estados de desarrollo, la mayoría ambientadas antes de la historia que vimos con Daenerys y compañía… pero no todas. El matiz es importante: por primera vez en años, el futuro de la franquicia ya no mira únicamente hacia el pasado.
El movimiento llega mientras HBO Max consolida su frente de precuelas. La casa del dragón, centrada en la guerra civil Targaryen, tiene aseguradas hasta cuatro temporadas y está llamada a cerrar su historia a mediados de esta década. A su lado se prepara El caballero de los Siete Reinos, adaptación de las novelas cortas de Dunk y Egg, que llevará al streaming un Poniente más pequeño, polvoriento y casi de carretera, muy distinto al grandilocuente tablero político de los Targaryen. Es el eje sobre el que Warner Bros. Discovery quiere seguir explotando el universo de Canción de hielo y fuego mientras Martin sigue sin terminar Vientos de invierno.
Un Poniente que ya no mira solo al pasado
En paralelo, en HBO siguen dando vueltas a ideas que los fans llevan años oyendo de pasada: una serie sobre la conquista de Poniente por Aegon el Conquistador, otra centrada en las aventuras navales de Corlys Velaryon (La Serpiente Marina) e incluso varios proyectos animados ambientados en Essos y en la historia antigua de los Siete Reinos. Muchas de esas producciones han cambiado de formato, de showrunner o de prioridad, pero el dato relevante es que el estudio no ha cerrado el grifo: simplemente está siendo mucho más selectivo tras el desgaste creativo y económico de la primera Juego de tronos.
La gran incógnita es qué forma podrían tomar esas posibles secuelas “puras”, las que irían más allá del final de la octava temporada. El intento más claro fue Snow, la serie de Jon Nieve que el propio Harington impulsó y que llegó a contar con la implicación de Martin, pero que el actor reconoció en 2024 que había quedado “en un cajón” por falta de una historia que entusiasmara a todos. Con ese proyecto congelado, los focos se desplazan inevitablemente hacia otros supervivientes de la serie original: una Sansa consolidando el Norte independiente, una Arya explorando “qué hay al oeste de Poniente”, un Tyrion moviéndose entre intrigas en Desembarco del Rey… o, quizá, un salto temporal todavía mayor, con una nueva generación viviendo a la sombra de las decisiones que vimos en la serie.
El cálculo de riesgo en la era post-Juego de tronos
La prudencia de HBO Max tiene una explicación que va más allá de la creatividad. Desde la fusión de WarnerMedia y Discovery, el estudio ha frenado proyectos millonarios que no veía clarísimos, y el recuerdo del debate tóxico en torno al final de Juego de tronos pesa. Lanzar una secuela directa implica reabrir heridas con una parte del fandom, pero también es la vía más rápida para explotar la nostalgia: Disney ya lo ha hecho con Star Wars, y Amazon está construyendo su propio “metaverso” de El Señor de los Anillos. La diferencia es que en Poniente el canon televisivo y el literario siguen abiertos, y cada paso debe coordinarse con un autor que todavía está escribiendo.
Que Martin hable en público de “algunas secuelas” en marcha no significa que vayamos a verlas todas, ni mucho menos. Pero sí indica algo relevante: para HBO Max, Juego de tronos no es solo un baúl de precuelas medievales infinitas, sino una marca lo bastante fuerte como para plantearse qué viene después del final de la octava temporada. La pregunta ya no es solo si volveremos a Poniente, sino en qué momento de su historia y con qué rostro del legado de la serie como protagonista.
