El entorno laboral en España está experimentando un fenómeno singular: el sector funerario se perfila como uno de los escasos ámbitos que mantiene un crecimiento sostenido. Según el informe anual de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (PANASEF), en 2023 el número de personas empleadas en empresas de servicios funerarios alcanzó los 12.889, lo que supone un aumento del 3,7 % respecto al ejercicio anterior.
Este crecimiento resulta aún más llamativo si se tiene en cuenta que el número de defunciones registradas en España ese año fue de 435.332, lo que representó una caída del 6,26 % respecto a 2022. Dicho de otro modo: a pesar de que la demanda (según el parámetro mortalidad) retrocedía, el empleo en el sector funerario avanzaba. Ese dato pone de relieve que la contratación no está condicionada solo por el número de servicios, sino por otros factores: expansión de infraestructuras, diversificación de servicios (cremación, tanatoestética, traslados internacionales), y una mayor profesionalización del sector.
Puertas de entrada y sueldos
En cuanto al salario, ofertas recientes identifican posiciones con remuneraciones brutas que oscilan entre los 24.000 y los 30.000 euros al año para perfiles operativos en algunas funerarias —por ejemplo, un puesto de “Funerario/Asesor de Servicios Funerarios” en Aranjuez (Madrid) lo estimaba dentro de ese rango. Esto presenta una particularidad relevante: entradas al mercado laboral con una formación mínima exigida (ESO en muchos casos) que ofrecen una retribución competitiva para servicios de jornada completa en un sector poco saturado.
La estabilidad relativa del sector funerario —considerado por algunos como un “yacimiento de empleo” para perfiles con disponibilidad, sensibilidad para un entorno difícil, y movilidad territorial— hace que aparezca como una opción atractiva. Así lo subrayan entidades formativas especializadas que apuntan que “trabajar en el sector funerario… es una opción estable y con futuro” en España. Además, su crecimiento laboral contrasta con estancamientos o caídas que experimentan otros subsectores de servicios.
Formación y matices
Sin embargo, la realidad no está exenta de matices. Aunque el empleo aumenta, aún se requiere un esfuerzo por parte de las empresas en formación (en 2023 se registraron casi 1.800 empleados más que un año antes que recibieron formación, aumentando un 20 % respecto a 2022). Y el hecho de que algunas ofertas salariales alcancen los 30.000 euros no significa que todo el sector los ofrezca: muchas posiciones de operarios, limpieza, mantenimiento o conducción en tanatorios están por debajo de esa cifra.
Para un periodista que cubre tendencias laborales, ciencia y nutrición, resulta relevante destacar que este crecimiento está ligado también a cambios demográficos, sociales y tecnológicos: el aumento de la cremación frente a la inhumación, la diversificación de servicios funerarios, la mayor exigencia en protocolos sanitarios y normativos generan nuevos perfiles y necesidades. Como se señala en el informe de PANASEF, la tasa de cremación fue del 47,78 % en 2023, lo que refleja un cambio estructural en el modelo de negocio.















