El gran apagón del 28 de abril ha dejado tras de sí un puñado de preguntas inevitables. Pese a que se hizo hincapié en que jamás ocurriría en España desde el Gobierno, y muchos tildan a las renovables como culpables de la caída y algunos siguen anclados con el ciberataque, surgen muchas dudas y preguntas.
Entre ellas, dos destacan por encima del resto: ¿puede repetirse un apagón de semejante magnitud? Y si es así, ¿cuándo ocurrirá? La respuesta corta es sencilla: es imposible saberlo. La larga, también: lo único que podemos hacer es reducir las probabilidades al mínimo pero eliminarlas por completo sigue siendo ciencia ficción.
No hay forma de predecir el próximo apagón, y aquí te explicamos por qué
Predecir este tipo de eventos es, como decía el físico Niels Bohr, "muy difícil, especialmente cuando se trata del futuro". Una máxima que aplica a casi todo en la vida, pero que encaja como anillo al dedo cuando hablamos de cortes masivos de suministro eléctrico. Por mucho que se analicen patrones y se refuercen sistemas, como explican en Xataka, la posibilidad de anticipar con precisión un nuevo apagón es, sencillamente, inviable.
A día de hoy, seguimos sin saber qué provocó exactamente el apagón y las respuestas son realmente escasas y preocupantes. Red Eléctrica Española (REE) achacó el suceso a una "desconexión de generación", pero los detalles concretos brillan por su ausencia. Se ha hablado de un posible fallo relacionado con las renovables, pero nada ha sido confirmado oficialmente. Y mientras no se determine qué falló, tampoco se podrá diseñar un plan infalible para evitar que vuelva a suceder.
En este contexto resurge un vídeo que ahora resulta casi profético pero en sentido inverso. Pedro Sánchez aseguraba en septiembre de 2022 que "no va a haber apagones de electricidad" en España. Lo decía entonces al calor de la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania. Dos años y medio después, el país ha sufrido el mayor apagón de su historia. La ironía es inevitable: predecir el futuro sigue siendo una tarea ingrata, incluso para los líderes políticos.
Tras el apagón, el presidente prometió reformas para que "jamás" volviera a repetirse un evento así. Suena bien, pero la realidad es menos rotunda: aunque se implementen todas las reformas imaginables, el riesgo cero no existe. El sistema puede ser más sólido, sí, pero factores imprevisibles —desde errores técnicos hasta catástrofes naturales— siempre estarán en la ecuación.
Analistas como Javier Blas en Bloomberg advierten que el diseño de nuestra infraestructura, las políticas energéticas y la gestión del riesgo no están aún adaptadas al nuevo panorama, dominado por un creciente peso de las renovables. Y esa transición, si no se hace de forma ordenada y prudente, puede hacer que los apagones, lejos de ser un fenómeno del pasado, sigan amenazando nuestro futuro.
